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La Generalitat pretende mantener los libros de texto actuales a pesar de los cambios de la LOMCE

Irene Rigau, consejera de Enseñanza de la Generalitat de Catalunya.

Pau Rodríguez

El Diari de l'Educació —

La consejera de Enseñanza de la Generalitat de Catalunya, Irene Rigau, informará al sector editorial catalán que se mantienen los libros de texto actuales a pesar de los cambios de currículo que propugna la LOMCE. ¿Será este el primer paso hacia la insumisión a la ley Wert por parte del gobierno catalán? En todo caso habrá que esperar a la próxima semana, cuando la consejera se reunirá con las empresas del sector para trasladarles su voluntad. Según Rigau, el material escolar vigente ya “garantiza la implantación de las competencias básicas” que se marca su departamento, así que por tanto no vale la pena cambiarlo.

La Asociación de Editores de Libros de Textos española ya anunció a varios medios de comunicación a principios de año que ha puesto en marcha, a petición del Ministerio de Educación, la elaboración de material para 180 asignaturas diferentes de toda la formación no universitaria -primaria, secundaria, FP y bachillerato-. En total, 150 millones de ejemplares, según sus cálculos, que comenzarán a distribuirse por las aulas el próximo curso. Como la ley se aplicará progresivamente, el 2014-2015 sólo se deberán tener a punto los libros para primero, tercero y quinto de primaria y para la FP básica. La implantación en el resto de cursos será durante el curso 2015-2016.

Pero desde la consejeria de Enseñanza quieren evitar este proceso en Cataluña, tal y como han avanzado en un comunicado de prensa. Rigau explicará a los editores, por un lado, que en el actual contexto de crisis quieren evitar gastos “innecesarios” a las familias -se pueden llegar a gastar 300 euros en un curso-, y por otro, que el material actual ya responde a los objetivos marcados por el departamento en cuanto a la consecución de competencias. Además, Rigau les reiterará que la normativa para la aplicación de la ley aún está pendiente de aprobación.

Lo que no esclarece la consejera, al menos por ahora, es cómo se evitará la implantación del currículo que prevé la ley, teniendo en cuenta, por ejemplo, que los alumnos deberán aprobar unas reválidas -diseñadas por el ministerio- para obtener los títulos de la ESO y bachillerato. Así pues, habrá que esperar a la reunión con las editoriales o a posteriores declaraciones de Rigau para ver cómo el departamento hará frente a las exigencias de la nueva ley -unos currículos cuyo contenido está ahora mismo en borrador- sin adaptar los libros de texto.

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