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Jóvenes turcos tratan de dar visibilidad en Barcelona a las protestas de Taksim

Baybars y Pelin, dos de los jóvenes turcos que tratan de dar visibilidad en Barcelona a las protestas que se viven en Turquía, frente al consulado ubicado en el Paseo de Gracia (foto: Pau Rodríguez)

Pau Rodríguez

Barcelona —

Desde hace más de una semana, un grupo de decenas de jóvenes turcos se congrega cada tarde ante el Consulado General de la República de Turquía en Barcelona, en el Paseo de Gracia, para dar muestra de su apoyo a los protagonistas de las protestas iniciadas a raíz de los planes de urbanización del parque Gezi de Estambul. Extienden carteles por la acera y reparten panfletos a transeúntes, curiosos y turistas. Pero consideran ahora que deben dar un paso más. Este fin de semana se han reunido con las asambleas de barrios de Barcelona y con el 15-M para tratar hacer llegar el mensaje de los manifestantes de Taksim a más gente y conseguir así su solidaridad.

Tanto con las asambleas de barrios, con las que se encontraron el sábado en el Poblenou, como con la comisión internacional del 15-M, este grupo de jóvenes turcos acordó realizar charlas por los distritos de la ciudad, y repartir octavillas entre los activistas locales para que las difundan por cada barrio, puede con puntos de información todavía por concretar. “Queremos ayudar a conseguir la empatía internacional con las protestas”, expresa Pelin Dogan, arquitecta turca que hace dos años que vive en Barcelona, consciente de la importancia de la solidaridad internacional pero también de sus limitaciones.

La concentración ante el consulado empezó cuatro días después de que estallara la revuelta contra el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, y nació de las redes sociales. Concretamente, del grupo de Facebook Pueblos de Turquía en Barcelona, ligeramente politizado y de izquierdas.

Este es el granito de arena que puede aportar la comunidad turca en la ciudad, transmitir el mensaje de Taksim de primera mano, pues están en contacto permanente con sus conciudadanos activistas. Baybars Kulebi, astrofísico de Ankara de 29 años, es uno de los más activos a la hora de hacer posible este enlace a través de las redes sociales. Cuando estalló la protesta, este investigador postdoctoral de la UAB estaba enfermo, pero en vez de descansar se pegó a la pantalla de su portátil durante horas para tratar de echar una mano a los manifestantes. “En la medida que pude, me dediqué a combatir rumores que corrían por la plaza a través de las redes”, detalla, y pone por ejemplo una campaña de contrainformación en la que participó durante los primeros días, que tenía como objetivo desmentir que la policía utilizara cierto gas disuasivo muy dañino, algo que se demostró incierto, pero que desmovilizaba a los manifestantes.

“A medio camino entre el 15-M y la Primavera Árabe”

Pelin estuvo en Barcelona durante el 15-M. Aunque no se implicó demasiado en las tareas de Plaza de Catalunya, recuerda con especial nostalgia la noche en protegió la acampada de las celebraciones de los aficionados del Barça. “Lo que pasa en Turquía está a medio camino entre el 15-M y las Primavera Árabe”, opina. “Como vosotros, tenemos democracia, pero la represión policial, por ejemplo, es superior”.

Baybars Kulebo ve también en España algunas similitudes, en este caso en las causas que han provocado las protestas. “Nos hemos dado cuenta de que el sistema económico quizás no sea el adecuado; la economía es aparentemente fuerte pero no se sustenta en la industria, sino en el turismo y la especulación”, valora. También ve parecidos, aunque salvando las distancias, los procesos de gentrificación que viven las grandes ciudades, desde Estambul hasta el barrio del Raval de Barcelona.

Pelin y Baybars viven con cierta ansiedad lo que sucede en su país. En gran medida por la represión policial, que les hace sufrir por sus amigos y seres queridos. Preguntados por si alguno de sus allegados ha sido víctima de las fuerzas del orden, ambos lo niegan. “Algunos compañeros han recibido golpes de la policía, y a uno incluso le golpearon en la cabeza y quedó inconsciente”, dice Baybars, pero no le parece eso demasiado relevante teniendo en cuenta la violencia sufrida por algunos manifestantes, entre los cuales se cuenta algun muerto. Pero en Turquía “han perdido el miedo”, celebra Baybars, en lo que considera uno de los principales logros de la acampada.

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