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Hasta 30 detenidos en la tercera noche de enfrentamientos en Sants

Un bombero apaga un contenedor durante los altercados en Sants. /ENRIC CATALÀ

Pau Rodríguez

Barcelona —

Otra noche más -y ya van tres- salieron a la calle centenares de personas en el barrio de Sants de Barcelona para mostrar su rechazo al desalojo del centro social okupado Can Vies. Y una vez más la manifestación de vecinos y activistas derivó en graves altercados por el barrio, con actos de vandalismo urbano, cargas policiales por toda la zona y el contínuo repicar de las cazuelas de muchos vecinos, que desde sus balcones gritaban a los numerosos agentes de los Mossos de Esquadra que se marcharan del barrio.

Los disturbios fueron muy similares a los del martes, aunque en esta ocasión los focos de enfrentamientos se dispersaron más por el barrio y el operativo se saldó con muchos más detenidos. Hasta 27 personas fueron arrestadas por la policía, a las que se suman tres detenidos más este jueves por la mañana. Las dos noches anteriores de protestas hubo 8 arrestados, de los que siete salieron sin consecuencias y solo uno en libertad provisional. Esta mañana había concentración en la comisaría de Les Corts para pedir la libertad de los detenidos.

La manifestación de este miércoles fue más concurrida que las del lunes y martes, con unas 5.300 personas según la Guardia Urbana, puesto que acudieron al barrio activistas y vecinos de otras zonas de Barcelona. A partir de las 21 h iban llegando en columnas a Plaça de Sants manifestantes de la comarca del Baix Llobregat y de barrios barceloneses como el Raval, Poble-sec o Gràcia. Todos ellos eran recibidos por los miles de concentrados con aplausos, al grito de “si Can Vies va al suelo, el barrio en pie de guerra”.

Más allá de las protestas en Sants hubo anoche concentraciones en solidaridad con Can Vies en más de 40 puntos de toda Catalunya.

El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, había comparecido para asegurar que estaba dispuesto a dialogar con los colectivos de Can Vies siempre que cese la violencia, pero sus deseos no se cumplieron. Los enfrentamientos con los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra empezaron sobre las 22 horas en la calle de Sants.

La protesta se dirigía a la sede del distrito, que estaba blindada por la policía, cuando por el megáfono los Mossos anunciaron que los manifestantes no podían avanzar más porque la marcha no estaba autorizada. Ante el aviso, la manifestación se detuvo, pero un grupo disperso de encapuchados, que ya habían destrozado algunos escaparates, se avanzó y empezó a montar barricadas con contenedores, vallas y macetas. Este fue el pretexto para la carga de la policía, que se llevó por delante a los alborotadores y también ahuyentó toda la manifestación.

A partir de ese momento los Mossos se dedicaron a perseguir a grupos de concentrados por las calles adyacentes a Plaça de Sants. Los agentes se desplazaban en sus furgonas, se apeaban y cargaban -con disparos de salvas o balas de foam- contra los grupos que huían, en un correcalles que se extendió hasta pasada la una de la madrugada.

La actuación policial iba acompañada en todo momento de los gritos de rechazo y la cacerolada improvisada de muchos vecinos. Especialmente contundente fue la respuesta de los santsenses en la calle Olzinelles. Varias furgonetas descendían lentamente la calle, escoltadas por sus agentes a pie, mientras los vecinos les increpaban e incluso les llegaron a lanzar un bote de pintura.

La protesta, con escenas a menudo de batalla campal, dejó una noche más un paisaje de devastación por la mayoría de calles que rodean Plaça de Sants. Escombros, hogueras aquí y allá, trozos de pavimento levantado para apedrear a la policía y contenedores y vallas atravesadas por la calle de Sants. Según ha informado este jueves el Ayuntamiento, los desperfectos ascienden a un valor de 155.000 euros desde el lunes.

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