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La amenaza de cierre del cine Verdi moviliza instituciones, vecinos y comerciantes

El cine Verdi, en Barcelona. /Cristina Palomar

Cristina Palomar

Barcelona —

El cine Verdi, uno de los más emblemáticos de Barcelona, podría cerrar definitivamente sus puertas este 2015 después de 27 años exhibiendo el mejor cine independiente en el barrio de Gracia. La razón es el conflicto económico que enfrenta al propietario del inmueble con los gestores de las cinco salas de exhibición de la calle Verdi y que se arrastra desde hace más de un año y medio sin que, de momento, se haya llegado a un acuerdo que garantice la continuidad del proyecto.

Según ha publicado este viernes 16 de enero el semanario L’Independent de Gràcia, el cine Verdi “atraviesa una grave crisis de relaciones que incluye impagos”. El detonante de la tensa relación actual se produjo el mes de julio pasado, cuando el propietario de la finca amenazó implícitamente a la dirección del cine encabezada por Adrià Pérez con rescindir del contrato y abrir un supermercado si no se ponía al día de los pagos pendientes.

La grave crisis económica que vive el sector cinematográfico provocada por la disminución del público, el aumento de los precios de las entradas y las copias ilegales de películas ha puesto contra las cuerdas al mítico cine barcelonés. Ninguno de los recortes aplicados hasta ahora, empezando por el despido de buena parte de la plantilla, han servido para eliminar del todo la deuda actual y la desaparición de otros cines de Barcelona, como el caso del cine Alexandra de la Rambla de Catalunya, pesa como una losa.

El posible cierre del cine ha movilizado tanto a Instituciones como vecinos y comerciantes del barrio. De un lado, el Ayuntamiento de Barcelona está mediando entre las dos partes para intentar desbloquear el conflicto. A pesar de que desde el distrito de Gràcia se ha lanzado un mensaje de tranquilidad asegurando que no se ha presentado ninguna licencia nueva de actividad en el local, la realidad es que el caso es difícil de solucionar ya que se trata de un asunto entre privados con una deuda de por medio. Desde el Institut de Cultura de Barcelona (ICUB) se ha confirmado una reunión en los próximos días.

La posibilidad que el local del cine Verdi se convierta en un supermercado, concretamente un Mercadona, ha disparado las alarmas entre vecinos y comerciantes. El cine ha sido durante muchos años un atractivo de la zona y muchos establecimientos, sobre todo cafeterías y restaurantes, se benefician directamente de su público. “Es preocupante. Si lo cierran nos quedaremos sin clientes. No quiero un supermercado”, aseguraba ayer la propietaria de una tienda próxima al cine.

El cine Verdi no sería el primer cine de la ciudad que se convierte en un supermercado. En el barrio de Sagrada Familia, un conflicto similar enfrenta a los vecinos con el distrito del Eixample. En este caso se trata del cine Niza, cerrado hace más de diez años y a punto de convertirse en un Mercadona. La asociación de vecinos de Sagrada Familia reclama desde hace meses el local como equipamiento para el barrio.

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