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Sobre este blog

Adiós a las armas nace con el objetivo de contribuir a la construcción de un mundo más seguro, a través de la cultura de paz y el desarme, desde la investigación y difusión de los efectos perversos del militarismo y el armamentismo, prestando especial atención al comercio de armas, la financiación de las armas, el gasto y presupuestos militares, las fuerzas armadas, la industria militar, la Investigación y Desarrollo (I+D) de armamento, las operaciones militares en el exterior, con especial atención en el Estado español; también hacemos análisis de conflictos armados, el militarismo y armamentismo mundial y de las doctrinas de seguridad y defensa de España, la UE y la OTAN.

Adiós a las armas es un blog coral en el que escribimos investigadoras y colaboradoras del Centro Delàs de Estudios por la Paz, pero dónde también se pueden encontrar artículos firmados por autoras que hacen una lectura de los conflictos y las relaciones internacionales incorporando un análisis crítico desde la cultura de paz y la no-violencia.

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No necesitamos un ejército

Jordi Calvo

Centre Delàs d'Estudis per la Pau —

En la Asamblea Nacional Catalana hay diferentes sectoriales y grupos de reflexión que tratan de dibujar cómo sería un hipotético nuevo estado catalán. Dentro de todas estas resulta sorprendente que haya una sectorial de defensa donde se acumulan documentos militaristas que tratan de justificar la necesidad de un ejército catalán. Incluso se han atrevido recientemente a proponer el armamento, el número de soldados de su ejército catalán y el coste que tendría.

Entre otras justificaciones dicen que debemos tener un ejército porque todos los estados del mundo ya lo tienen, siguiendo la misma lógica, habrá que tener también cuerpos que torturen, o repriman la población, normativas electorales antidemocráticas, políticas que promueven la desigualdad, políticas económicas que generan pobreza, corrupción, ... No, no necesitamos copiar todo de otros estados.

Por otra parte, proponen que haya una industria militar, que debemos saber que viviría principalmente de los pedidos del ejército catalán, y que la inversión militar genera empleo. Es cierto, si quieres tener un ejército, todos los soldados y mandos tendrán un trabajo y en la industria de armas también habría puestos de trabajo, pero no dicen que todo esto se tendría que pagar con dinero público, con nuestros impuestos. ¿Es esto productivo? Parece que no demasiado. También argumentan que de la inversión militar nos beneficiaremos todos, porque los fabricantes de armas cuando investigan hacen investigación que de vez en cuando tiene aplicaciones civiles. Pero, ¿no sería mejor invertir en una I+D que directamente se dedique a investigar en lo civil, que no en un I+D militar que invente nuevos armamentos que de rebote pueden ver aplicada su investigación en aspectos civiles?

Después nos hablan de los intereses a los que debe servir un ejército, pero tratan solo de pasada lo más importante, las amenazas a la seguridad de Cataluña. Porque el inicio de toda política de defensa y seguridad es hacer frente a las amenazas de un pueblo, país o territorio. ¿Cuáles son las de Cataluña? ¿Hay algún riesgo de perder el control territorial? Al norte se encuentra Francia, que parece que no tenga la intención de expandir su territorio hacia el sur; al oeste y al sur estaría España, que si bien tiene algunos militares jubilados con ganas de jaleo, no parece que llegado el momento de una separación quiera invadir militarmente Cataluña, entre otras cosas porque en el seno de la UE no dejarán que esto suceda. Al este, finalmente, está el mar, y más allá Francia y España de nuevo e Italia, que no es sospechosa de querer hacer una ofensiva hacia Cataluña desde Cerdeña. Además, Cataluña nunca podría tener un ejército que pudiera ganar en un enfrentamiento con España, Francia o Italia, así que el argumento de la disuasión no se sostiene de ninguna de las maneras. Hay que decir que en España es mucho más vendible la inverosímil amenaza de los que quieren recuperar Al-Andalus. Digo inverosímil porque si desde el Magreb u Oriente Próximo hubiera una amenaza militar, no los venderíamos cada año, nosotros y los aliados OTAN y UE, ingentes cantidades de armas. Pero la amenaza de Al-Andalus en Cataluña no cuela. Así que amenazas que necesiten de una respuesta militar no hay, y si se hacen las cosas medianamente bien, no debe haber en un futuro. El mundo actual, afortunadamente, utiliza mecanismos para prevenir y resolver los conflictos mucho más efectivos que los militares. Invertir en ellos es la mejor manera de defendernos de cualquier amenaza.

Pero el argumento de los intereses que utilizan para justificar un ejército sí que es más real. De hecho la OTAN acepta en su Nuevo Concepto Estratégico, que como no hay amenazas a la seguridad en el territorio de sus estados miembros, que requieran una respuesta militar, los ejércitos deben ocuparse de velar por los intereses estratégicos (energéticos y económicos). Quede dicho que la amenaza a la seguridad de los estados miembros de la OTAN es principalmente la amenaza que supone la OTAN hacia los demás, que ha generado hasta ahora odio, rencor y espíritu de venganza, plasmados en tres atentados terroristas en los países protagonistas de la foto de los Azores, que supuso el disparo de salida de la invasión de Irak. La OTAN es la única que invade otros países y bombardea más allá de sus fronteras. Esto es lo que nos debe preocupar.

Así pues, el ejército catalán debería servir, según la sectorial de defensa de la ANC, para favorecer los intereses vitales, estratégicos (incluyen económicos) y periféricos (se refieren a misiones de paz y ayuda humanitaria). Pero no dicen que los intereses vitales no los garantiza el ejército, sino las políticas públicas y un verdadero estado de derecho. ¿Es tarea del gobierno pagar y enviar un ejército a proteger los intereses económicos de las transnacionales catalanas? Nos saldría un poco caro y sería injusto con el resto de empresas. Finalmente, se agradece el detalle de incluir el mantenimiento de la paz y el trabajo humanitario en la lista de intereses de un país, pero evidentemente no es con armas como se promueve la paz o se ayuda a los más necesitados, ya tenemos ONG que esto lo hacen mejor y más barato que los ejércitos.

En fin, todo junto es un despropósito. Si la ANC quiere tener el apoyo de la mayoría de la población catalana, debería vigilar cuáles son sus socios de viaje. El pueblo catalán no quiere un nuevo estado militarista, que vaya de la mano de la OTAN sembrando el caos allí donde pone el pie. El pueblo catalán quiere algo nuevo, una nueva visión de la seguridad, quiere ser un ejemplo para el mundo, que puede ayudar de manera muy relevante a un cambio de paradigma en la gestión de la seguridad, y pasar de la defensa militar a la seguridad humana, de la cultura de la violencia a la cultura de la paz.

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Adiós a las armas nace con el objetivo de contribuir a la construcción de un mundo más seguro, a través de la cultura de paz y el desarme, desde la investigación y difusión de los efectos perversos del militarismo y el armamentismo, prestando especial atención al comercio de armas, la financiación de las armas, el gasto y presupuestos militares, las fuerzas armadas, la industria militar, la Investigación y Desarrollo (I+D) de armamento, las operaciones militares en el exterior, con especial atención en el Estado español; también hacemos análisis de conflictos armados, el militarismo y armamentismo mundial y de las doctrinas de seguridad y defensa de España, la UE y la OTAN.

Adiós a las armas es un blog coral en el que escribimos investigadoras y colaboradoras del Centro Delàs de Estudios por la Paz, pero dónde también se pueden encontrar artículos firmados por autoras que hacen una lectura de los conflictos y las relaciones internacionales incorporando un análisis crítico desde la cultura de paz y la no-violencia.

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