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La Barceloneta retoma las manifestaciones contra la turistificación tres años después

Manifestación contra los pisos turísticos en la Barceloneta / João França

Sergi Franch

Los vecinos del barrio de la Barceloneta vuelven a salir este sábado a la calle para manifestarse contra la especulación inmobiliaria, los actos de incivismo, la ocupación del espacio público y la expulsión de vecinos en pleno debate sobre los efectos del sector turístico en la ciudad condal.

Han pasado tres años desde aquel 22 de agosto, el día que los vecinos del barrio de la Barceloneta estallaron ante los excesos de lo que se denominó “turismo de borrachera”. Fueron los primeros en levantar la voz por un barrio que veían desaparecer. Con las primeras quejas “nos trataron de exagerados”, recuerda Sebas Huguet, uno de los fundadores de la plataforma de vecinos “La Barceloneta diu prou” (La Barceloneta dice basta). Los vecinos, por aquel entonces, advirtieron que la situación que sufrían se extendería a otros barrios de la ciudad de Barcelona.

Tras estos años, han afinado la perspectiva y apuntan directamente al problema que, en su opinión, debe tratarse. Para ello, no han cesado de pedir soluciones. Por delante tienen dos frentes de batalla: los pisos turísticos que provoca la expulsión de los vecinos y la especulación inmobiliaria que aumenta los precios del alquiler. Huguet señala como hoy “no hay nada que te dé un 9% como la vivienda, lo están comprando todo, y con esto tenemos un problema muy gordo”.

Los vecinos que cuentan con un contrato de alquiler tienen los días contados en el barrio. Aseguran que este es “el monstruo del tema”. Pero ante los escándalos de borracheras nocturnas, turistas dormidos en las calles y la ocupación masiva de los espacios públicos del barrio, considera que “el problema no es el incivismo, es que nos están echando”. Señala un ejemplo, y es que en una misma mañana tres vecinos se han acercado con un burofax al negocio de una de las activistas del barrio: la propiedad les comunica que deberán dejar su casa. Tres en una sola mañana, y “nadie de aquí puede pagar un alquiler de 900 euros”, denuncia.

“No hay turismofobia, lo que hay es mucho cabreo”, exclama Hughet, que opina que con un 8% de aumento de turistas por año la situación cada día va a peor. “Llevamos toda la vida aquí y no te dan opción a quedarte donde te has hecho mayor. Hemos contribuido a que Barcelona esté bien, y ahora, ¿nos tenemos que ir?”, se pregunta.

El fundador de la plataforma “La Barceloneta diu prou” recuerda que en uno de los primeros encuentros con el entonces alcalde Xavier Trias le contaron que tenían localizados al menos 900 pisos turísticos en el barrio. En una zona sin grandes hoteles, había una nueva modalidad de alojamiento para los turistas, a escasos metros de la playa: Airbnb.

“El señor Trias me dijo que esto no podía ser, es imposible” cuenta Hughet. Durante el mes y medio siguiente los inspectores municipales detectaron 480 pisos turísticos ilegales después de 9.000 inspecciones. A los cuatro meses, el Ayuntamiento comunicaba a Hacienda 900 expedientes: “No estábamos equivocados”, concluye.

Los vecinos se quejan de la lentitud de las administraciones y que, por ejemplo, una de las primeras medidas que pusieron encima de la mesa fue la necesidad de regular el tráfico de bicicletas de alquiler. “Después de tres años, va a salir la nueva normativa pero esto será a principio de septiembre y en pruebas durante seis meses”, recuerda.

Aplauden la moratoria de alojamientos turísticos del gobierno de Colau, el PEUAT, y consideran que con ella “hay un antes y un después”, pero exigen mayor celeridad de todas las administraciones, sobre todo de la Generalitat. Como ejemplo, recuerdan la propuesta de la nueva ley de Turismo: “Va a dar cuartel a las habitaciones para los turistas, ¿os imagináis que va a ser esto? No se lo puede imaginar nadie”, exclama.

En un verano marcado por el debate sobre el modelo turístico tras la acción de Arran contra un autobús que paseaba turistas, los vecinos claman en la convocatoria de este sábado en la playa con un “Ningún verano más como este”. Su preocupación es otra. “Nos estamos volviendo locos si creemos que ese es el problema”, denuncia.

“Nos están echando, que vengan a una comisión de vivienda un miércoles y verán cuál es el panorama de verdad que tenemos en el barrio, están arrasando, es una máquina depredadora que va a lo suyo y les da lo mismo dejar a la gente en la calle”, se lamenta ante la insensibilidad mostrada por los responsables políticos.

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