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La Mina pide un plan específico contra la droga en su Plan de Transformación

El 44% de los encuestados afirma que observa personas consumiendo droga a diario

Yeray S. Iborra

El 36% de vecinos de La Mina, más de un tercio, consideran una prioridad añadir al Plan de Transformación del barrio un plan específico sobre la lucha contra la droga. Así se desprende del estudio dentro del proyecto  De sota, caballo y rey que ha elaborado DesdelaMina.net, un trabajo de campo pionero en la zona que pretende poner en contexto la problemática de la droga en el barrio de Sant Adrià de Besòs. La serie De sota, caballo y rey ha elaborado, a partir de una serie de artículos, una radiografía del mercado de la droga, los consumidores, los profesionales y los vecinos en La Mina. 

Los resultados del estudio dictan que el 40% de las personas que vive en La Mina conoce o tiene algún familiar que consume droga actualmente, la mayoría en La Mina Vella y La Mina Nova. La Mina está actualmente dividida en Mina Vella, los primeros edificios construidos; Mina Nova, los famosos edificios blancos donde encontramos calles como Venus o Marte; y la Mina Residencial, las construcciones más nuevas, junto al litoral.

Esta división no es baladí: el estudio destaca que las personas residentes en la Mina Vella o La Mina Nova se muestran más atemorizadas respecto a la droga que las personas de la Mina Residencial, pero también se muestran más concienciadas y opuestas a la droga. “La Mina Residencial es como un bunker, cuesta que la realidad penetre”, explica Anna Masqué, corresponsable en la elaboración del estudio.

El 26% de los encuestados relatan haber presenciado el consumo varias veces por semana en el barrio. Por otra parte, el 84% de las personas afirman no haber sido nunca víctima de una robo, lo que difiere del imaginario colectivo de “peligrosidad” del barrio, destaca el estudio.

Las cerca de 200 encuestas, elaboradas a lo largo de cuatro meses por trabajadores sociales y voluntarios (una decena de personas) y analizadas por los estadísticos Jordi Puig i Martin y Andreu Ferrero Gregori, ponen también en evidencia el “cansancio” del barrio respecto a la droga. Un 52% de las personas encuestadas no tiene ninguna confianza en que la actual situación respecto a la droga acabe nunca; contrariamente, el 80% dice no haber participado nunca en ninguna acción contra la droga.

La Mina, un barrio relacionado desde su nacimiento en los años 70 con la economía informal, la droga y las coronas (clanes familiares), se ha visto sacudida desde octubre de 2015 por una serie de redadas policiales relacionadas con las familias de la droga en el barrio. “Esto lo hemos percibido mientras elaborábamos las encuestas: el ambiente está crispado”, comenta Anna Masqué. Las redadas también han contribuido a la reducción de la venta de droga en el barrio desde octubre y, por tanto, el cambio en la tendencia de algunas “dinámicas instauradas” en el espacio.

Esta tensión en el ambiente se ha sumado a la dificultad inherente en el propio barrio de hablar sobre la droga. “La realización de las encuestas ya ha sido un estudio en sí mismo”, dice Masqué. “Los vecinos no querían responder y hemos acabado haciendo 184 encuestas menos de las previstas”, matiza.

“Lo que aquí es normal no lo es normal en otros lugares... Pero sí, La Mina comienza a recuperar su ritmo tras las redadas”, explicaba a Catalunya Plural el educador social del barrio David Picó, uno de los trabajadores del proyecto DesdelaMina.net. Un ejemplo: la Mina encara esta semana la XXV Semana Cultural del barrio, donde hay programadas diferentes tipos de actividades. Entre otras, la construcción en un solar de una obra donde se puede leer I love La Mina.

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