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Mujer de mediana edad y sin estudios, el usuario tipo de los servicios sociales de Barcelona

La brecha salarial se mantiene entre los usuarios de servicios sociales

Yeray S. Iborra

Mujer, de mediana edad y sin estudios. Este es el perfil tipo de los usuarios de los servicios sociales de Barcelona el año pasado, según un informe elaborado por encargo del área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de la capital catalana. Los datos proporcionados por el estudio resultan novedosos: hasta ahora sólo se disponía de la Encuesta de Condiciones de Vida –a nivel autonómico– para recabar información sobre el uso de los servicios sociales en la ciudad.

Según la tenienta de alcaldía Laia Ortiz, la encuesta encargada por el Ayuntamiento es la “más profunda” realizada hasta la fecha, pues ha sido elaborada con 200 preguntas en base a un proceso que ha contado con la participación de casi 12.000 personas –usuarias de servicios sociales– de más de 16 años. Las personas que hicieron las encuestas formaban parte de los planes de ocupación de Barcelona.

Tal y como ha expuesto este lunes el Ayuntamiento de Barcelona, el objetivo del encargo de dicho informe era el de “conocer las condiciones de vida de las personas que utilizan los servicios sociales”, así como incidir en los “condicionamientos de la pobreza” que afectan a los habitantes de Barcelona.

La vivienda, la falta de mínimos vitales y la pobreza infantil han sido algunos de estos condicionamientos arrojados por el estudio, según ha explicado el consistorio. “Basarnos en evidencias es la mejor manera de actuar”, ha destacado la teniente de alcaldía, Laia Ortiz.

Los datos arrojados por el estudio alertan, una vez más, que la pobreza tiene rostro de mujer. En el 72% de los casos, los usuarios de servicios sociales son mujeres, de mediana edad (entre 35 y 40 años), y sin estudios o, como mucho, con estudios primarios.

Las usuarias de servicios sociales también reproducen en este caso la brecha de género existente en la ciudad –las mujeres cobran un 25% menos que los hombres– y sus ingresos serían de prácticamente una tercera parte respecto a la media de Catalunya. El 17,7% de las mujeres trabajadoras lo harían sin contrato, una cifra superior a la de los hombres en la misma situación.

Por otro lado, la carga de las tareas de cura, también haría mella en dichas mujeres: las casas con pequeños a cargo son las más vulnerables, según las conclusiones del informe. Un dato alarmante, aunque engañoso: los propios servicios apuntan que “hasta que no se tiene hijos no se hace uso, en muchas ocasiones, de las ayudas”.

Además, alrededor del 70% de las personas que acuden a los servicios sociales vivirían en situación de pobreza severa; situación en la que no está garantizada ni la aportación de proteínas mínimas en una dieta saludable. El alquiler pasaría a ser el régimen mayoritario entre las personas usuarias de estos servicios. “Esto nos tiene que poner en alerta y hacernos pensar en proteger el mercado del alquiler”, ha destacado Laia Ortiz. En Barcelona el alquiler alcanzó cifras récord el pasado verano.

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