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Avanzando hacia el TTIP: ¿Por qué ahora es el momento y como nos impactará?

Tara Opalinski

Northeastern University —

Para un momento y observa cómo es tu vida actual, compara con la vida de tus padres y con la vida de los padres de tus padres. Ahora intenta imaginar la vida de tus hijos, y compárala con la de tus nietos. Mientras lo haces, ten en cuenta como las transiciones económicas resultado de las crisis y el boom demográfico, la globalización y el reemplazo de los actores globales y sus roles han influido en tu vida. ¿Cómo te han afectado personalmente estos cambios? ¿y en tu familia? En este preciso momento, las negociaciones entre la UE y los Estados Unidos pretenden poner en práctica un acuerdo de libre comercio conocido como el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP). Si las negociaciones tienen éxito, el libre comercio abrirá las puertas a nuevas tasas aduaneras, al intercambio de trabajadores a través del Atlántico y la consolidación de la alianza económica más dominante en el mundo. Si pensamos en el impacto de las políticas económicas en nuestras vidas, ¿es una política de libre comercio a través del Atlántico el camino a seguir?

De aprobarse, el TTIP se convertiría en el acuerdo comercial económico de mayor alcance de la historia, ya que combinaría dos de las mayores economías del mundo, la UE y los Estados Unidos. A escala global, estas dos economías representan casi el 50 por ciento del PIB mundial y el 41 por ciento del poder adquisitivo mundial.[1] Este tratado es único ya que no sólo tiene la intención de impulsar el crecimiento económico en las dos regiones del Atlántico, sino que también puede tener un efecto de inercia en otros países, lo que acabaría redefiniendo las regulaciones comerciales globales actuales. Pero, ¿cómo se diferencian estas negociaciones de las anteriores? ¿Qué hace que ahora sea un momento más idóneo para un tratado de estas características? ¿Cómo nos afectará el TTIP en nuestras vidas? Estas son las preguntas imperativas que nos gustaría poder contestar.

En anteriores negociaciones la UE y los Estados Unidos se focalizaron en la reducción de aranceles, políticas que tuvieron éxito, ya que la tasa arancelaria actual es menor al tres por ciento.[2] Esta vez, aunque las tarifas están en la mesa de negociación, no representan el objetivo principal. En cambio, el foco son las barreras impuestas al comercio por la UE y las normas y reglamentos comerciales de los Estados Unidos. Este cambio de objetivos es esencial para entender tanto la diferente naturaleza de estas negociaciones respecto a las anteriores, como la mayor posibilidad de éxito.

Si damos un paso atrás en el tiempo entenderemos mejor esta transición de prioridades políticas. Remontándonos al 1945, las negociaciones comerciales globales iniciaron inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial en un intento de liberalizar el comercio, de reconstruir la estabilidad económica y de crear un marco de cooperación mundial. Con estas prioridades, los acuerdos económicos globales, como los aprobados por la Organización Internacional de Comercio (OIC), talmente el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), o incluso los acuerdos de su actual sucesor, la Organización Mundial del Comercio (OMC), giraban alrededor de economías basadas en bienes y manufacturas.[3] En consecuencia, las políticas públicas desarrolladas se centraron en la reducción de los aranceles y en la provisión de acceso a los mercados, haciendo hincapié en la transparencia y la no discriminación.[4] En comparación, actualmente, la única vez que se ha tratado seriamente el tema de las barreras comerciales ha sido en la ronda de negociaciones de la OMC en Doha. Pero ¿por qué aquellas negociaciones no tuvieron éxito? Seguramente porque se dejaron incumplidas, ya que la UE y los Estados Unidos, a pesar del esfuerzo, no acabaron de encontrar un terreno común en las negociaciones multilaterales. Si la UE y los Estados Unidos no pudieron comprometerse en Doha, negociaciones iniciadas en 2001 y congeladas en 2008, ¿por qué esta vez tiene que ser diferente?

Hoy en día, la economía mundial se centra más en los servicios y en cómo operan las empresas a través de las fronteras. Las situaciones económicas de la UE y los Estados Unidos han cambiado también drásticamente, ya que las dos regiones, aunque a escalas diferentes, afrontan una crisis económica. Por otra parte, la expansión de la globalización, incluso en la última década, ha generado una mentalidad más multilateral, un factor clave inalcanzable durante los siete años de negociaciones de Doha. Hablar de multilateralismo significa hablar de competitividad internacional, lo cual es importante para la UE y los Estados Unidos a medida que otras economías crecen y aumentan su influencia internacional. Un ejemplo es el crecimiento sin precedentes de la economía china, que ha creado un incentivo para la colaboración. La necesidad de prosperidad económica, así como un cambio en las reglas del comercio mundial y la competitividad internacional, hace que ahora sea el momento adecuado para negociar bajo perspectivas más prometedoras. En este marco, el TTIP reducirá las barreras regulatorias y los costos entre la UE y los Estados Unidos, y dará paso a un tratado comercial moderno con regulaciones adecuadas a la economía actual.[5] Pero ¿cómo exactamente nos acabará afectando?

Tanto los Estados Unidos como la UE han analizado los beneficios económicos del TTIP a ambos lados del Atlántico. En un estudio se concluye que el TTIP aumentará la producción económica en más de 100 mil millones de dólares, reduciendo el desempleo, tanto en Estados Unidos como en la UE, debido a que la inversión y la demanda de mano de obra serían más altas.[6] Organitzacions d'avaluació d'impacte també han estimat que la UE guanyarà 119 mil milions d’euros l'any addicionals, comportant una mitjana de 545 d’euros extres a les famílies de quatre membres de la UE.[7] Tanmateix, un acord econòmic tan gran no pot tenir exclusivament beneficis sense cap tipus d'inconvenients. Llavors, quin és el truc?

Hi ha el risc que el TTIP acabi desplaçant el pol de força cap a les empreses multinacionals, (o en el pitjor dels casos aquesta és la intenció amagada) versus un augment de la igualtat econòmica i el creixement intern mitjançant polítiques d’ocupació als Estats Units i la UE. És inevitable que, fins a cert punt, el lliure comerç permeti que les empreses es moguin abastament, en producció i tecnologia a l'estranger.[8] La clau és posar límits tant a aquest tipus de moviments com a les polítiques de beneficis dels accionistes d'algunes empreses.[9] Si les polítiques de lliure comerç s’orientessin al benefici de les multinacionals, seria com permetre’ls contractar treballadors en països que ho estan fent molt pitjor a nivell de drets que d’altres. Per exemple, la UE ha afegit recentment nous estats membres que no estan a l’alçada de les lleis de protecció dels treballadors de la majoria dels membres de la UE (drets i polítiques de protecció laboral que, per altra banda, superen a les dels Estats Units). Contractar els treballadors d’aquests països no beneficiaria l'individu, només l'empresa.

Tenint en compte els avantatges i desavantatges en el context de la globalització, el TTIP és la forma més plausible per donar respostes a una economia canviant. Els Estats Units, la UE, així com la prosperitat global, només avançaran amb un sistema de comerç actualitzat. Però, com es duen a terme les negociacions és essencial, l'objectiu ha de ser la millora de la qualitat de vida dels ciutadans. Les intencions hi són: amb la consolidació d'un pacte o una aliança econòmica permanent, es crearia una xarxa de seguretat, un sistema de suport que ajudaria a sostenir les economies de la UE i dels Estats Units davant de qualsevol futura caiguda econòmica. No obstant això, les negociacions no han fet més que començar, i s’allargaran com a mínim fins el 2014, pel que els efectes només es donaran a mig i llarg termini. Els acords i les negociacions anteriors han posat les rodes en moviment per a aquesta aliança; la UE i els Estats Units tenen ara una mentalitat més multilateral i és el moment adequat per avançar i consolidar el TTIP.

[1] Office of the United States Trade Representative, Executive Office of the President. 2013. “Benefits of Trade.” http://www.ustr.gov/about-us/benefits-trade

[2] European Commission Directorate-General for Trade. 2013. United States. http://ec.europa.eu/trade/policy/countries-and-regions/countries/united-states/

[3] Synovitz, Ron. 2013. “Explainer: What’s At Stake In U.S.- EU Talks On A Trans-Atlantic Trade Deal?” http://www.rferl.org/content/explainer-eu-us-trade-deal-talks/25040012.html

[4] Id. Supra

[5] Id. Supra

[6] Francois, Joseph. 2013. “Reducing Transatlantic Barriers to Trade and Investment: An Economic Assessment.” http://trade.ec.europa.eu/doclib/docs/2013/march/tradoc_150737.pdf

[7] European Commission Directorate-General for Trade. 2013. “Questions and Answers (TTIP).” http://ec.europa.eu/trade/policy/in-focus/ttip/questions-and-answers/

[8] U.S.-EU Free Trade Agreement (TTIP). 2013. http://www.aflcio.org/Issues/Trade/U.S.-EU-Free-Trade-Agreement-TTIP

[9] Id. Supra

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