El periodismo para unos es una profesión; para otros, como el caso de Margarita Rivière, era un oficio (aprendido en muchos años). En una entrevista sostiene: “no es esta la profesión idónea para hacerse rico o para satisfacer otra ambición que no sea la extrema locura de tocar el mundo en carne viva”. Rivière fue una periodista incisiva que vivió profesionalmente el franquismo, la transición y la democracia. Publicó miles de artículos y entrevistas y más de treinta libros, de temas muy diferentes, desde la moda, la salud de las mujeres y los medios de comunicación. También hizo de profesora en dos universidades. En su vida de periodista jubilada, aunque hacía determinadas colaboraciones en medios -también en Catalunya Plural- pero sin la desazón de la prisa que conlleva el periodismo en activo. Podríamos decir que Margot, como era conocida por los amigos, cultivó todos los campos del periodismo y la comunicación. Desde el primer cargo como redactora jefe de Dossier Mundo (1971-74), proseguido como jefe de la sección de Cultura en el Diario de Barcelona (1974-78) y en El Periódico de Cataluña durante los diez años siguientes. Fue después directora de la agencia EFE en Cataluña (1988-1992), luego se concentró en sus entrevistas y artículos en los tres diarios principales del mercado catalán. Aunque siempre tuvo tiempo para muchas otras tareas, como inventar revistas (¿Qué leer?), dirigir programas de televisión, escribir guiones (para las ceremonias de apertura y clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona), dirigir colecciones de ensayo (El círculo cuadrado, en Plaza y Janés).
Rivière prefirió hacer su trabajo con dignidad más que defenderla a capa y espada. Fue una gran periodista. En el primer aniversario de su muerte, su periodismo sigue vivo. Fotografías y documentos nos lo recuerdan en la exposición Margarita Rivière, obrint portes, que ha inaugurado el Col·legi de Periodistes de Catalunya y que repasa la trayectoria profesional de la periodista y escritora. El grupo de trabajo de Cultura e Innovación del colegio profesional le rinde homenaje con una muestra “que gira en torno a la idea de abrir puertas, porque eso es lo que hizo a lo largo de su vida”. Puertas como el acceso de las mujeres al periodismo. Rivière fue una de las primeras periodistas en unas redacciones eminentemente masculinas. Una época de su vida de la que la exposición reúne fotografías de ella rodeada de sus compañeros masculinos. La muestra también repasa sus trabajos sobre el ámbito de la mujer y la salud, como sus colaboraciones con Santiago Dexeus en temas de contracepción. Finalmente, la exposición se detiene en la amplia labor que desarrolló como escritora. Margarita Rivière es, ha sido y será un referente del periodismo catalán y barcelonés. Un modelo a seguir por sus textos, sus entrevistas, su manera de mostrar la realidad. Margarita Rivière, obrint portes es la esencia de una profesión que lucha por sobrevivir en un mundo cambiante, mirando a Margarita Rivière hay motivos para la esperanza: significa repasar las victorias y los éxitos del periodismo.
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