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El discurso racista se normaliza en Cataluña

Alba Cuevas, directora de SOS Racismo Catalunya, y Alicia Rodríguez, coordinadora de SAID.

Noelia Román

Barcelona —

El Día Internacional contra el Racismo y la Xenofobia no llega con buenas noticias. Catalunya no es hoy menos racista o xenófoba que lo era hace un año. Puede que incluso lo sea más. La crisis económica ha servido de excusa para relajar los filtros y endurecer el discurso culpabilizador contra los que son diferentes. Así se deduce del informe sobre el estado del racismo en Catalunya en 2012, presentado hoy por SOS Racismo.

El estudio revela que, por vez primera en los últimos 20 años, el tipo de agresiones y discriminaciones racistas más frecuentes son las que se dan entre particulares (30%), es decir, entre vecinos o entre ciudadanos en la calle, y no las protagonizadas por los cuerpos de seguridad (29%), como había sucedido en el último trienio. “Eso no quiere decir que las agresiones de los cuerpos de seguridad hayan disminuido, sino que las que se producen entre vecinos o ciudadanos han aumentado considerablemente”, aclara Alba Cuevas, directora de SOS Racismo Catalunya.

“Casi el 50 por ciento de los casos que llevamos se dan entre particulares, por prestación de servicios y con los cuerpos de seguridad. Esto demuestra la normalización de un discurso racista y las consecuencias que tiene en el ámbito privado”, añade Cuevas. Su organización recibió el año pasado 495 demandas. Pasado el filtro, asumió 80 casos nuevos, frente a los 90 que había antendido en 2011. “Las demandas han descendido ligeramente por falta de recursos para demandar, pero el número de casos se mantiene”, puntualiza Alicia Rodríguez, coordinadora del Servicio de Atención y Denuncia para Víctimas de Racismo y Xenofobia (SAID).

Casos como el del alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, y el del partido xenófobo Plataforma per Catalunya ilustran, según SOS Racismo, la radicalización del discurso político, extensible también a los medios de comunicación. “Hemos pasado de un consenso acerca de la diversidad cultural a una confrontación en la que partidos políticos y medios de comunicación sobredimensionan determinados hechos, reproducen prejuicios y generan falsas polémicas”, lamenta la directora de SOS Racismo Catalunya. “Y esto es muy peligroso”, advierte.

Sólo hay que mirar hacia Grecia y ver lo que sucede con el partido xenófobo Amanecer Dorado. El riesgo de contagio, alertan, es alto. “Los recortes contribuyen a que la sociedad se divida y culpe al de al lado”, razona Cuevas. Así, las oportunidades laborales y el acceso a la salud y a la educación de los inmigrantes son cada vez más restringidos. “Hay una visión utilitarista de la inmigración; la gestión de la crisis económica está justificando y legitimando el recorte de derechos y oportunidades, especialmente entre las personas más vulnerables”, denuncia SOS Racismo.

Tarjeta sanitaria y becas comedor

Aunque en Catalunya no se ha aplicado aún, el fin de la tarjeta sanitaria para los inmigrantes no regularizados es, según la organización, un claro ejemplo de políticas racistas. Y una posible fuente de casos de racismo, cuando, a finales de este mes, concluya la moratoria para que los migrantes acrediten que llevan al menos tres meses empadronados en Catalunya. Situaciones similares se viven ya en las escuelas, con los recortes de las becas comedor, asegura SOS Racismo.

“Es triste decir que le racismo social se está consolidando en Catalunya. El discurso político cala; las declaraciones racistas no tienen consecuencias y la sociedad tampoco las exige porque nos estamos acostumbrando a ellas”, afirma la directora de SOS Racisme, una de las más de 60 entidades firmantes del manifiesto El racismo mata.

Así se explica el aumento de agresiones entre particulares y, también, que casi un 55 por ciento de los 80 nuevos casos atendidos por SOS Racismo en 2012 hayan sido gestionados por la vía penal. “Eso demuestra que muchos de ellos ya están denunciados o que vienen muy deteriorados porque la vía penal estaba antes más relegada”, concluye Alicia Rodríguez.

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