Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Sobre este blog

'Dones en Xarxa' promueve los derechos de las mujeres y apuesta por su empoderamiento usando las TIC. Cree en el potencial de internet para alcanzar la igualdad efectiva.

Ante un precipicio invisible

Sara Berbel

Doctora en Psicología Social por la Universidad de Barcelona —

Las investigadoras feministas hemos diagnosticado hace tiempo las dificultades que para las mujeres supone alcanzar el poder en cualquiera de sus ámbitos, político, económico, mediático, académico o cultural. El concepto de “techo de cristal” apareció precisamente para definir de forma metafórica esa realidad intangible según la cual existe un obstáculo invisible que impide la promoción de las mujeres en sus carreras profesionales. Y es invisible porque, aparentemente, todo se realiza de forma igualitaria. La evidencia del techo de cristal son el escaso 12% de mujeres directivas en las grandes empresas, el 14% de catedráticas, el 12% de alcaldesas, el 29% de emprendedoras y así podríamos seguir en un largo etcétera.

El resistente techo de cristal está formado por factores internos y externos a las propias mujeres, y de entre ellos podríamos destacar los estereotipos, los prejuicios y la propia estructura social. Los estereotipos son creencias que la sociedad comparte respecto a cómo son y cómo deben comportarse los seres humanos de acuerdo a su adscripción al sexo femenino o masculino. Todavía predomina la creencia de que las mujeres son emocionales, sensibles y sumisas, mientras que a los hombres se les considera enérgicos, valientes y agresivos. Estos estereotipos son letales para el desarrollo libre de las capacidades de cada persona, sea en su vida personal, profesional o en el ejercicio del liderazgo. A modo de corsés, implican un mandato de actuación que penaliza a quien no se ajusta a él, a semejanza del lecho de Procusto a la entrada de la mítica Atenas. Las mujeres resultan doblemente perjudicadas al ser las características adscritas a ellas menos valoradas en el mundo público y empresarial.

Por su parte, los prejuicios, como su propia palabra indica, se basan en valoraciones previas a cualquier análisis científico u objetivable, respecto a cómo son o deben ser las personas. En el caso de las mujeres, el prejuicio ampliamente extendido es que no están preparadas para gobernar ni para ejercer el poder, y, cuando lo hacen, son especialmente dañinas para quienes están en su entorno. Tal vez por ello sólo el 8% de las mujeres en nuestro país dicen preferir a una mujer como jefa (Otto Walter, 2010).

Si a los prejuicios y estereotipos sumamos una estructura organizativa que obliga a las mujeres a dobles e incluso triples jornadas, con horarios que impiden la conciliación de los diversos ámbitos de la vida, hallamos el dibujo de un techo de cristal firmemente construido y difícilmente rompible.

Por todo ello, los movimientos de mujeres han saludado con entusiasmo las noticias que, han ido llegando conforme algunas directivas están alcanzando puestos de poder en empresas que habían fracasado previamente en manos masculinas. El paradigma fue Islandia, en donde la mala gestión y la crisis de la burbuja financiera condujeron a la quiebra a los tres principales bancos del país. Al tiempo que una socialdemócrata accedía a la presidencia del gobierno, dos de estas entidades financieras pasaron a ser dirigidas por mujeres. Parecía que por fín se reconocía el talento femenino en la dirección.

Sin embargo, estudios posteriores advierten contra el riesgo de que se contrate a directivas en épocas de crisis o ante malos resultados empresariales. Podría ser que se estuviera destinando a las mujeres a puestos peligrosos y complicados, que nadie más quiere o que otros hombres de su mismo nivel han desechado. Al parecer está extendiéndose la tendencia a reservar para las mujeres los peores puestos o aquellos que tienen mayor riesgo de fracasar. Es el fenómeno llamado “glass cliff” o precipicio de cristal (Ryan y Hasslam, 2005) contra el que hay que estar alerta, al ser tan invisible como el techo de cristal y construido en realidad por los mismos estereotipos y prejuicios. Puestos de dirección, sí, pero también los de perspectivas exitosas y halagüeñas.

Sobre este blog

'Dones en Xarxa' promueve los derechos de las mujeres y apuesta por su empoderamiento usando las TIC. Cree en el potencial de internet para alcanzar la igualdad efectiva.

Etiquetas
stats