Luis Blanco (IAC): “El 15M ha hecho que mucha gente mire la política a partir de valores libertarios”

En el panorama de las fuerzas sindicales catalanas hay un caso un poco especial. Se trata de la Intersindical Alternativa de Catalunya (IAC). Las siglas solas quizás no se identifiquen a la primera, pero si se acompañan con USTEC, el sindicato de enseñantes, o CATAC el sindicato de la función pública en Catalunya muchos pueden tener una idea más clara de quién se habla.

Luis Blanco es portavoz de IAC, una organización que no contempla la figura del secretario general. Es trabajador de la función pública, con 61 años se muestra partidario de seguir participando en la defensa de los asalariados y la transformación de la sociedad a partir de nuevas realidades como el 15M.

Quizás que definamos primero qué es IAC?

Es fácil, somos una confederación sindical formada por diferentes sindicatos que tienen autonomía completa en sus ámbitos: USTEC en enseñanza, CATAC en la función pública, CATAC-CTS, sanidad, la Federación de Otras Acttividades FAA; CAU: colectivos Asamblearios de Universidad, el CTA (Colectivos de Trabajadores Asamblearios) y, finalmente la FTC, Federación de Trabajadores de Cataluña, que agrupa especialmente los empleados del sector privado, dado que la fuerza principal de las organizaciones de la IAC se halla en la función pública.

Aunque las organizaciones tienen una muy amplia autonomía, funcionamos como una confederación, tenemos órganos comunes y decidimos conjuntamente nuestra estrategia.

¿Y cuando se presentan a las elecciones sindicales como lo hacen?

Al lado de la sigla sectorial y ponemos IAC, de forma que no hay error posible entre los trabajadores. Y tampoco hay ningún problema en la adjudicación de la representación. Piense que en el ranking de delegados estamos un poco por debajo de CGT en el ámbito global, pero somos mayoritarios en ámbitos concretos, como Enseñanza.

¿Cuál sería el rasgo que los diferenciaría de otros sindicatos?

A primera vista se podría pensar que somos similares a otros sindicatos, somos asamblearios, unitarios, y nos definimos como un sindicato de clase, pero lo qué pienso que nos distingue de otros es que ponemos el énfasis en la participación directa, en la autonomía no sólo de los sindicatos sino de los colectivos de trabajadores que negocian o que participan en los conflictos. También nos distingue nuestra independencia, respecto a cualquier otra fuerza sindical o política.

Pero eso, si me permite, hay muchas organizaciones que también lo dicen

Nosotros somos firmemente partidarios de la transformación social, lo que, sin dejar de defender nunca los trabajadores, significa ser contrarios al neoliberalismo o la ideología capitalista que es la causante directa de la crisis. Quizá con quien tenemos menos diferencias es con CGT, un sindicato con el que coincidimos también en que somos contrarios a negociar según qué acuerdos si perjudican a los trabajadores. Somos, pues, contrarios a las reformas laborales, las reformas de las pensiones y los recortes más implacables. Creemos que no se pueden pactar recortes y, en definitiva pensamos que quienes tienen la última palabra en los conflictos son los trabajadores, las asambleas y no las estructuras sindicales.

Ustedes se han distinguido en la oposición a los recortes de gastos públicos..

Hemos sido muy beligerantes contra los procesos privatizadores. Y no se puede olvidar que en esto Catalunya, el Gobierno de Catalunya, ha sido pionera. Por ejemplo en procesos de privatización parcial de servicios públicos como la sanidad. También hemos ido delante de las acciones contra los recortes salariales y de derechos que se han dado a la función pública catalana, donde tenemos una representatividad notable. Pensamos que contra estas políticas se debe estar con firmeza, no sólo como trabajadores públicos sino también como ciudadanos, porque como tales nos afectan las reducciones presupuestarias de la sanidad, la educación, y el resto de servicios, como la privatización del agua, el medio ambiente o el mantenimiento de las carreteras.

El llamado proceso hacia la consulta hace que especialmente los sindicatos deban mojarse. ¿IAC tiene posición respecto a este asunto que polariza la sociedad catalana?

Sí tenemos. IAC, desde su constitución siempre se ha manifestado partidaria del ejercicio del derecho de autodeterminación en cuanto a los derechos nacionales de Cataluña. Pensamos que es un derecho democrático colectivo. Por ello y para que no haya dudas hemos elaborado un documento que fija la posición del sindicato.

Es más matizado, pero se lo puedo sintetizar. El primer punto es que manifestamos que el pueblo catalán tiene todo el derecho a decidir su propio futuro, porque es soberano. En segundo lugar nos definimos a favor de un referéndum cuyo resultado debería ser vinculante. Como organizaciones sindicales no nos definimos sobre si se debería votar que sí o que no. Nuestra afiliación es plural y cada persona debería votar en consecuencia. Pero decimos aún más. Pensamos que el gobierno de Catalunya debería hacer la consulta independientemente de lo que diga el gobierno estatal, si es necesario desobedeciendo.

Ustedes ponen, sin embargo, el acento en las cuestiones sociales

Claro, pensamos que cualquier decisión sobre el futuro de Cataluña debe ir acompañada de medidas que supongan un cambio social radical. Deberían recuperar los servicios públicos privatizados y volver a la negociación colectiva como mecanismo fijación de las relaciones laborales. La Administración debería garantizar unos mínimos a las personas, de acuerdo con lo que propugna la Renta Garantizada Ciudadana. También se debería garantizar el derecho a la vivienda digna y a unas pensiones dignas. Todo esto es indisociable del derecho a decidir, porque Catalunya no puede ser libre sin que sus ciudadanos lo sean y los derechos sociales forman parte de la libertad.

La IAC, tiene como ámbito de actuación Catalunya, ¿pero mantienen relaciones y afinidades con organizaciones de otros territorios?

Efectivamente tenemos relaciones de coordinación y unidad de acción con otras organizaciones que tienen ideas similares a las nuestras. Por ejemplo, con la Intersindical valenciana o la Intersindical balear, con las que tenemos un protocolo de actuación en función de la afinidad cultural de las tres organizaciones.

¿En estos momentos marcados por la crisis y los recortes, cuáles son las actuaciones que IAC considera prioritarias?

En primer lugar se deben revertir los recortes y las reformas laborales, que han hecho que la situación sea muy difícil, también para defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Por tanto, hay que tener instrumentos para remitir la situación. Nosotros hemos apostado fuerte por la Marcha de la Dignidad, de la que fuimos promotores iniciales. Esta movilización nosotros pretendemos que se mantenga en el tiempo y que se cree una coordinación estable. Pensamos que se debe mantener, porque sólo la movilización puede ayudar a recuperar los derechos que se han perdido.

¿Todo esto como se puede hacer?

Pues a partir de un reparto justo del trabajo y de la riqueza. Eso y la apuesta por cosas de sentido común, como el mantenimiento del carácter de los servicios públicos y la estabilidad de las plantillas. Hacer que lo que es público esté al servicio del conjunto de la sociedad, pero además, con calidad, gratuito y con igualdad. En Cataluña cada día vemos, por ejemplo en la sanidad, las dobles listas de espera. Una más larga en la publica y si se quiere pagar, a la privada.

La forma de hacerlo puede ser unitaria, quiero decir entre diferentes sindicatos...

Es cierto que muchas personas que forman parte de organizaciones sindicales hay veces que están en desacuerdo con las políticas de sus sindicatos. Los dos grandes sindicatos, CCOO y UGT han dejado de lado el sindicalismo clásico basado en negociar y movilizar para dedicarse a la concertación y esto sólo nos ha llevado a pérdida de derechos. Por lo tanto, nosotros apostamos por organizaciones de base, como las asambleas, que permitan un trabajo unitario.

Insisto, ¿qué camino se debería tomar?

Creo que el 15M es referente, no por las conquistas alcanzadas sino porque ha generado un estado de opinión diferente. Mucha gente ha pasado a mirar la política a partir de valores propios del movimiento libertario: democracia directa, radicalidad en las demandas, negociación a partir de la movilización y de una posición de fuerza, no delegación sistemática de la representación. Todo esto ha impregnado muchos colectivos y nosotros estamos contentos que la gente no esté dispuesta a delegar.

¿Pero parece qué esto no se traduce en una mayor actividad y afiliación a los sindicatos, no da más fuerza de estas organizaciones?

Es cierto que la recuperación ideológica no va acompañada de vinculación orgánica. Vemos con preocupación que mucha gente forma parte de plataformas ciudadanas o sociales mientras que al mismo tiempo en sus empresas no tienen la misma actividad. A mí se me ocurre que la regresión legal hace que muchos tengan miedo de perder su puesto de trabajo mientras que son activos los barrios o entidades sociales.

Y ya para finalizar, ¿qué os parece la repetida afirmación oficial de que se está saliendo de la crisis?

Parece que a corto plazo se verá una pequeña reducción de las cifras del paro, pero esto es falso, porque al mismo tiempo aumenta el empleo precario y cada vez hay más pobreza laboral con gente con trabajos parciales y salarios absolutamente insuficientes. Con esto no se puede hablar de recuperación.

Los movimientos sociales son conscientes de que la causa originaria de la pobreza es el modelo capitalista. Por tanto, hay un cambio de modelo, que no vendrá sólo de la lucha sindical sino de la confluencia con los movimientos sociales como la PAH y otras luchas unitarias, lo que debería tener también una traducción en el ámbito político.

¿En estos momentos marcados por la crisis y los recortes, cuáles son las actuaciones que IAC considera prioritarias?

En primer lugar se deben revertir los recortes y las reformas laborales, que han hecho que la situación sea muy difícil, también para defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Por tanto, hay que tener instrumentos para remitir la situación. Nosotros hemos apostado fuerte por la Marcha de la Dignidad, de la que fuimos promotores iniciales. Esta movilización nosotros pretendemos que se mantenga en el tiempo y que se cree una coordinación estable. Pensamos que se debe mantener, porque sólo la movilización puede ayudar a recuperar los derechos que se han perdido.

¿Todo esto como se puede hacer?

Pues a partir de un reparto justo del trabajo y de la riqueza. Eso y la apuesta por cosas de sentido común, como el mantenimiento del carácter de los servicios públicos y la estabilidad de las plantillas. Hacer que lo que es público esté al servicio del conjunto de la sociedad, pero además, con calidad, gratuito y con igualdad. En Cataluña cada día vemos, por ejemplo en la sanidad, las dobles listas de espera. Una más larga en la publica y si se quiere pagar, a la privada.

La forma de hacerlo puede ser unitaria, quiero decir entre diferentes sindicatos ..

Es cierto que muchas personas que forman parte de organizaciones sindicales hay veces que están en desacuerdo con las políticas de sus sindicatos. Los dos grandes sindicatos, CCOO y UGT han dejado de lado el sindicalismo clásico basado en negociar y movilizar para dedicarse a la concertación y esto sólo nos ha llevado a pérdida de derechos. Por lo tanto, nosotros apostamos por organizaciones de base, como las asambleas, que permitan un trabajo unitario.

Insisto, ¿qué camino se debería tomar?

Creo que el 15M es referente, no por las conquistas alcanzadas sino porque ha generado un estado de opinión diferente. Mucha gente ha pasado a mirar la política a partir de valores propios del movimiento libertario: democracia directa, radicalidad en las demandas, negociación a partir de la movilización y de una posición de fuerza, no delegación sistemática de la representación. Todo esto ha impregnado muchos colectivos y nosotros estamos contentos que la gente no esté dispuesta a delegar.

¿Pero parece qué esto no se traduce en una mayor actividad y afiliación a los sindicatos, no da más fuerza de estas organizaciones?

Es cierto que la recuperación ideológica no va acompañada de vinculación orgánica. Vemos con preocupación que mucha gente forma parte de plataformas ciudadanas o sociales mientras que al mismo tiempo en sus empresas no tienen la misma actividad. A mí se me ocurre que la regresión legal hace que muchos tengan miedo de perder su puesto de trabajo mientras que son activos los barrios o entidades sociales.

Y ya para finalizar, ¿qué os parece la repetida afirmación oficial de que se está saliendo de la crisis?

Parece que a corto plazo se verá una pequeña reducción de las cifras del paro, pero esto es falso, porque al mismo tiempo aumenta el empleo precario y cada vez hay más pobreza laboral con gente con trabajos parciales y salarios absolutamente insuficientes. Con esto no se puede hablar de recuperación.

Los movimientos sociales son conscientes de que la causa originaria de la pobreza es el modelo capitalista. Por tanto, hay un cambio de modelo, que no vendrá sólo de la lucha sindical sino de la confluencia con los movimientos sociales como la PAH y otras luchas unitarias, lo que debería tener también una traducción en el ámbito político.