Exactamente ocho meses después de iniciada la huelga en la fábrica de Panrico en Santa Perpètua de la Mogoda la asamblea de trabajadores ha decidido desconvocar la movilización y aceptar la vuelta al trabajo el lunes 16 de junio, según fuentes laborales.
La votación ha sido de 99 votos a favor de volver al trabajo y 45 partidarios de mantener la huelga indefinida.
La decisión se ha adoptado después de que el jueves pasado en la reunión mantenida en la sede del departamento de Empresa y Empleo no se consiguieran acercamientos entre las posiciones sindical y empresarial. La última propuesta de Panrico era reducir los despidos de los 133 que había previsto inicialmente hasta los 80 antes mencionados, aunque durante el año pasado ya se ejecutaron otros 33 despidos.
Los despidos de la planta de Santa Perpètua de la Mogoda son los más significativos del plan de reestructuración de la empresa de bollería. En total en todas las factorías del grupo la sentencia de la Audiencia Nacional permite a la compañía realizar 745 despidos, de los que el 43% corresponden a la planta catalana. Detrás de este duro plan de ajuste se encuentra Carlos Gila, un directivo especializado en reestructuraciones de empresa y cierres de sociedades en crisis.
La desconvocatoria de la huelga se complementa con el Expediente de Regulación Temporal de Empleo que ha pedido ya la empresa para poder realizar un retorno a la normalidad de forma escalonada.
En su mediación la Generalitat había pedido a la empresa que redujera hasta 70 los despidos a cambio de que los trabajadores pararan la acción judicial presentada por atentar contra el derecho de huelga.
Los trabajadores de Santa Perpètua de la Mogoda se declararon en huelga indefinida el 13 de noviembre de 2013. Lo hicieron después de que el voto de esta factoría resultó decisivo en dos ocasiones para rechazar acuerdos a los que eran favorables a los colectivos empleados de otras plantas del grupo que, en el plan empresarial estaban menos afectados por la reconversión. En Santa Perpètua los operarios de Panrico se rebelaron contra las intenciones de la empresa después de que dos años atrás habían sido afectados por otro expediente de regulación de empleo (ERE) que supuso una fuerte reducción salarial.
Durante los ocho meses de huelga los empleados han creado su base ante la factoría. Frente a la fábrica se produjeron también dos cargas de los mossos. Allí mismo, en una choza construida manualmente, han situado los huelguistas su mando general. Se han coordinado, pero también han utilizado el lugar para fabricar productos que sirvieran para vender y así recaudar fondos para la caja de resistencia. También durante todo el tiempo de la huelga trabajadores de la localidad y del resto de poblaciones de la comarca se han solidarizado con la gente de Panrico, han organizado festivales musicales y los han acompañado en manifestaciones. Las últimas acciones solidarias se hicieron precisamente el día antes de la desconvocatoria. Grupos de trabajadores fueron a grandes almacenes donde se vendían productos de la fábrica en huelga e instaron a los compradores a hacer boicot.
La huelga de los trabajadores de Panrico es el paro indefinido más larga duración que se produce en Cataluña durante el último período democrático y la segunda de mayor duración en España.