La segunda reunión entre la dirección de CataunyaCaixa y los sindicatos para negociar los términos del ERE que se aplicará en la entidad, y que de entrada plantea despedir el 30% de la plantilla -2.500 personas-, acabó sin acuerdo. Los representantes de los trabajadores creen que el ajuste que se plantea es desmesurado, pero además denuncian un agravio comparativo con la otra entidad financiera nacionalizada a nivel estatal: Bankia. Los de la entidad catalana están dolidos porque aseguran que el Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB), propietario de CatalunyaCaixa y de Bankia desde su nacionalización, les ofrece un trato inferior respecto al que recibe la plantilla de entidad producto de la fusión encabezada por Caja Madrid.
El FROB ofrece a los trabajadores Bankia 30 días de indemnización por año trabajado con un tope de 22 mensualidades, más una prima de 2.000 euros por cada tres años de antigüedad en la empresa. Con estas condiciones, la cifra inicial de bajas prevista para Bankia, de 3.200 personas -un 22% del total- se ha visto incrementada por las peticiones de acogerse al ERE. A finales de julio las solicitudes de bajas voluntarias aumentaban la oferta inicial de despidos en 500 casos. Cabe decir que el plan de la Unión Europea fija el número de salidas de Bankia en 4.500 antes de 2015.
Precisamente una de las quejas del comité de empresa de CatalunyaCaixa es que la dirección quiera aplicar el plan de recortes exigido por Bruselas antes de concluir septiembre, cuando en realidad hay margen hasta el 2015.
Las condiciones del ERE en CatalunyaCaixa contemplan, de entrada, una indemnización de 20 días por año trabajado y un máximo de 12 meses. En el primer planteamiento por parte de la dirección quedan excluidos de las bajas los mayores de 55 años, y se introduce la posibilidad de reducir el número de afectados por el expediente a cambio de una rebaja salarial de hasta el 15% para el conjunto de la plantilla que quede en la empresa.
En opinión de Montse Delgado, responsable del comité por CCOO, las bajas deberían producirse escalonadamente. También reclama que las salidas sean voluntarias y no se centren en personal joven, que suele tener más compromisos económicos vigentes, habiendo personas que están cerca de la jubilación.
Movilizaciones que pueden perjudicar el proceso de venta
El malestar de la plantilla, producto de las escasas condiciones que ofrece la dirección, pero también del agravio que aseguran sufrir con respecto a los trabajadores de otras entidades en proceso de reestructuración, está provocando que en las asambleas informativas se reclame la preparación de acciones contundentes si la empresa no se mueve de su punto de partida. Teniendo en cuenta que el objetivo de la reestructuración es la venta de la histórica caja de la diputación de Barcelona en otoño, una huelga en estas condiciones iría en contra de los intereses de los posibles compradores.
El comité de empresa insta a la dirección de la entidad a presentar una oferta que permita negociar, que no sea simplemente mencionar la menor indemnización contemplada por la ley. El convenio colectivo de CatalunyaCaixa obliga a unas reuniones previas entre dirección y representantes de los trabajadores antes de la presentación del ERE. Esto es lo que se está haciendo. En el primer encuentro, la representación de la empresa planteó casi 2.500 despidos.
El segundo encuentro, celebrado el pasado jueves, era esperado por la plantilla con cierta esperanza. “Entendíamos que después de nuestra total disconformidad con el primer planteamiento la empresa haría una nueva oferta”, explica Montse Delgado, responsable de CCOO en el comité de empresa. La sorpresa llegó cuando en esa segunda reunión los negociadores repitieron punto por punto la misma propuesta que en el anterior encuentro, sin moverse ni un palmo de la posición de salida.
Sobre este blog
El Diari del Treball es un blog con voluntad de reflejar, tanto desde la información como la opinión, la lucha por preservar los derechos laborales y económicos que la crisis pone ahora en peligro. El blog está coordinado por el periodista Tomeu Ferrer.
