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Convergència llega acorralada a la semana clave del juicio del caso Palau

El extesorero de CDC, Daniel Osàcar, el pasado jueves

Oriol Solé Altimira

Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) vivirá esta semana una estación destacada en su particular vía crucis de la corrupción. Las negociaciones de la Fiscalía con Jordi y Gemma Montull para que avalen que el partido se financió ilegalmente a través del Palau de la Música han continuado desde que la segunda sesión del juicio terminó el pasado jueves y seguirán hasta que este miércoles empiece la declaración de los acusados del caso Palau.

La pieza clave en el tablero es Gemma Montull, exdirectora financiera del Palau de la Música y para quien la Fiscalía pide 26 años de prisión, uno año y medio menos que la cárcel que solicita para su padre y para el todopoderoso exlíder de la institución cultural, Fèlix Millet. Si se consuma el acuerdo con el ministerio público, Gemma Montull declarará en primer lugar en vez de Millet, y ratificará el “acuerdo criminal” descrito en la acusación del fiscal Emilio Sánchez Ulled por el que Ferrovial pagó 6,6 millones de euros a CDC en comisiones ilegales a través del Palau para lograr contratos de obra pública.

El pacto comportaría el acuerdo de algunas preguntas. El interrogatorio del fiscal anticorrupción Emilio Sánchez Ulled a Gemma Montull se prevé que sea tremendamente minucioso y tan extenso que podría ocupar toda la sesión del miércoles. Esto dejaría la declaración de Fèlix Millet para el jueves.

Aunque el partido alegue que el relato de Gemma Montull obedece a un intento desesperado de aliviar su situación procesal, la confirmación de la financiación ilegal de CDC por parte de una de las principales implicadas del caso causará un terremoto político de grandes magnitudes. La oposición del Parlament ya se frota las manos. 

Osàcar, señalado

Con todo, los Montull no prevén señalar a ningún político de Convergència y, si se consuma la confesión, inculparán al único acusado del partido, su extesorero Daniel Osàcar, que afronta siete años y medio de prisión. Para que Gemma Montull logre una rebaja de la pena solicitada por la Fiscalía que la salve de pisar la cárcel, tendrá que confirmar que el “Daniel” que aparece una y otra vez en los documentos de la causa es Osàcar. Jordi Montull, según las fuentes consultadas, ratificaría las palabras de su hija. 

No se irá más allá del relato acusatorio del fiscal. Por lo tanto, salvo sorpresa mayúscula, no se podrá acreditar si Osàcar recibió instrucciones de los máximos responsables de CDC. A diferencia de Millet y los Montull, Osàcar no se llevó al bolsillo ni un euro del Palau. Todo por y para el partido. Artur Mas puso en 2015 la mano en el fuego por Osàcar, al que se ha visto cansado y decaído en las primeras sesiones del juicio. Declarará después de los Montull y Millet.

La maniobra de los Montull ha cogido con el paso cambiado al que fuera el mandamás del Palau, Fèlix Millet. El expresidente de la institución también ha sondeado a la Fiscalía, pero tiene remotas posibilidades de lograr una rebaja en las penas por parte de todas las acusaciones, que, además de la Fiscalía, son el Consorcio del Palau, la Fundació Orfeó Català, la Abogacía del Estado y la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona. El escenario para Jordi Montull es similar.

La partida de Millet se jugará cuando toque solicitar los beneficios penitenciarios y acortar su eventual estancia en prisión. También intentará convencer al tribunal del atenuante de la confesión: dos meses después de estallar el caso, confesó haberse llevado 3,3 millones, cifra que Millet podría hacer aumentar en su declaración como acusado.

Varias de las acusaciones no están dispuestas a aceptar este reconocimiento del expolio como una confesión que pueda comportar beneficios penitenciarios. Al juicio se ha llegado sin saber el destino de 9 de los 34 millones a los que asciende el saqueo, pues los bancos no proporcionaron los resguardos de las salidas de efectivo.

El papel de Montull en camuflar las comisiones

En el engranaje de comisiones de Ferovial a CDC a cambio de obra pública, Sánchez Ulled sostiene que Gemma Montull, como directora financiera del Palau, “controlaba a su gusto todos los mecanismos” usados para el desvío de dinero. “Contribuyó intencional y decisivamente a su sofisticación”, añade el fiscal. Según el fiscal, de los 6,6 millones desviados, 3,7 millones se entregaron en efectivo a Osàcar, y el resto se camufló en facturas “mendaces” de empresas y convenios de colaboración cultural “falsos” con la Fundación Trias Fargas, vinculada a CDC.

En la partida de los Montull para que Gemma no pise la cárcel también ha cobrado importancia la responsabilidad civil de más de 20 millones de euros que piden todas las acusaciones. La ejecución de la sentencia resolverá cómo se reparte entre Millet, los Montull y Rosa Garicano, exdirectora financiera del Palau, que ya tienen la mayor parte de sus bienes embargados. A última hora, Gemma Montull ha presentado un documento en el que intenta demostrar que ella no expolió 3,3 millones del Palau, sino que fueron a parar a gastos de Fèlix Millet.

También el miércoles, antes de que empiecen a declarar los acusados, el tribunal puede resolver las cuestiones previas planteadas, un trámite que podría alargarse porque las partes alegarán vulneración de derechos fundamentales en función de lo que decidan los magistrados.

Entre todas las cuestiones previas planteadas destacan la petición de prescripción para los dos directivos de Ferrovial acusados. Y la exclusión como prueba, por haberse roto la cadena de custodia, de un CD con varios documentos en los que se basó Hacienda para concluir que CDC se financió ilegalmente a través del Palau. No obstante, el tribunal también podría dirimir algunas de estas cuestiones en la sentencia.

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