Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Joan Herrera: “Nos acusan de ambiguos los mismos que no aceptan la pluralidad de Catalunya”

El coordinador general de ICV, Joan Herrera, en el Parlament de Catalunya / ENRIC CATALÀ

Jordi Molina

Barcelona —

Un recorte de periódico en el que aparece el comunista Sebastià Piera preside su despacho en el Parlament. “Tenemos muchos héroes silenciosos como él”, afirma Joan Herrera (Barcelona, 1971) orgulloso de pertenecer a una familia política que, en el caso de Piera, resistió sin delatar a sus compañeros de clandestinidad en el PSUC (el PCE catalán) durante 30 días de torturas dirigidas por los hermanos Creix. Salvando las distancias, y el contexto, hoy los marcos unitarios, confluencias, y la suma de las izquierdas son la obsesión del coordinador general de ICV. Hablamos con él días después del terremoto político que supuso el 24-M y de la posibilidad de trasladar la experiencia de Barcelona en Comú a los comicios del 27-S, cuando Cataluña se juega en las urnas su futuro político.

Visto, ya, con un poco de perspectiva, ¿cuál es la principal conclusión que extrae del 24-M?

Que fue un éxito. Sobre todo porque hemos conseguido que en Catalunya cambie la agenda. El 24-M nos habla del derecho a decidir, en eso estamos todos de acuerdo. Pero también habla de otras cuestiones que para nosotros también son primordiales. Aquellos que no querían que se hablara de desigualdad o de corrupción no se han salido con la suya.

¿Y en clave de partido?

Nosotros subimos en votos, incluso si sacamos el resultado de Barcelona, sumamos 10.000 votos más que en las anteriores municipales. Además nos encontramos con la oportunidad de liderar nuevas ciudades. Y lo haremos de forma compartida porque, para ganar, sólo podía ser de forma compartida. El resultado de Barcelona cambia radicalmente todo lo que pasa en Cataluña.

Han perdido representación en capitales importantes, como Girona o Lleida...

Sí, seguramente una de las caras negativas del 24-M. Pero junto a ello entramos en Berga o Valls. Y sobre todo nuestra presencia en el área metropolitana es muy fuerte, aspirando a liderar ciudades importantes como Sabadell, Mollet, Hospitalet o Montcada.

Lo que parece evidente desde todos los prismas es que les va mejor allí donde se han presentado en confluencia. ¿Eso es bueno o malo para ICV?

Nosotros tenemos una cosa muy clara: la suma multiplica. Ya desde la Asamblea de ICV de Viladecans, detectábamos la necesidad de confluir. De eso hace ya dos años, cuando aún no existían actores como Podemos. Pero, más allá de esta apuesta, el resultado de ICV en el resto del territorio es positivo. Nos podríamos haber encontrado con un mal resultado en Barcelona y en el resto del país, y no ha sido así. En Castelldefels, por ejemplo, el resultado es muy bueno, también en Sant Boi. Formaciones con gran presencia mediática, como es el caso de Ciudadanos, u otros con mucha presencia en el circuito mediático catalán, no han sacado los resultados que esperaban. Si nosotros hubiéremos tenido la misma proyección mediática habríamos hecho milagros. Pienso que el 24-M ha demostrado la musculatura organizativa de ICV.

Desde CiU ven los procesos de confluencia como una estrategia para sobrevivir políticamente en un momento en el que las siglas de ICV cotizan a la baja...

Convergencia no esconde las siglas, de momento, pero sí la corrupción. Nosotros hacemos política para cambiar las condiciones materiales de la vida de la gente. En un momento en el que la gente está muy jodida, nosotros hemos apostado por sumar y confluir. Contaminando y dejándonos contaminar. Ahora bien, entiendo que algunos nos querrían marginales. Pero no se lo pensamos poner fácil. Seguiremos construyendo marcos unitarios para cambiar la agenda.

¿Cree que se les ha reconocido suficientemente esta voluntad de sumar desde los mismos actores con los que han confluido?

A medida que avanzó la campaña, sí. Pienso que la construcción de algo nuevo no se puede hacer desde la competitividad. Nosotros hemos aprendido de esta experiencia y, pienso, que también hemos aportado cosas. En el caso de Barcelona en Comú todo el mundo ha acabado reconociendo a cada uno de los actores. Y, de hecho, sin la suma de todos, esto no hubiera sido posible. Del mismo modo que ha sido fundamental el liderazgo de Ada, o que estuvieran Podemos y Procés Constituent, ha sido fundamental el aporte de ICV y EUiA.

Vamos al 27-S. ¿Es extrapolable trasladar la experiencia de Barcelona en Comú a Cataluña? “No es peor Trias que Mas”, ha dicho en más de una ocasión...

Ha habido un terremoto político, han cambiado tendencias, pero debemos tener claro que las izquierdas alternativas sólo ganan en aquellos casos en los que se logran marcos unitarios. Las mareas en Galicia, la experiencia de Zaragoza, de Ahora Madrid, o Barcelona son buenos ejemplos. La experiencia nos dice que esta fórmula ensancha fronteras... Ahora bien, es cierto que Cataluña no es Barcelona, y además tenemos poco tiempo. Pero si no es ahora, ¿cuándo? No veo motivo alguno para no llevarlo adelante. Aquellos argumentos de resistencia políticos, que eran respetables, hoy ya no existen.

¿Con quien están hablando para construir esta alianza?

Las conversaciones existen y nunca han dejado de existir. Pero no nos equivoquemos: Esto no debe ser un pacto entre partidos. Debe haber un alto componente ciudadano. Si tenemos elecciones el 27 de septiembre y asumiendo que la gente suele desconectar durante el mes de agosto, está claro que el acuerdo debe hacerse en poco tiempo. Más aún si queremos incluir el rol de la ciudadanía, y abrir un proceso de primarias para escoger un cabeza de lista. Si lo queremos hacer de forma horizontal, transparente y absolutamente democrática debemos empezar pronto.

Corríjame si me equivoco, pero en esta hipotética Catalunya en Común, o Syriza Catalana que dice su colega Joan Josep Nuet de EUiA, no podrán convivir ICV y CUP. Una vez más.

Es muy probable que no pase, pero antes me preguntaría: ¿Porque no debería pasar? Es una pregunta que se les debería hacer a ellos. Podemos ser diferentes, pero compartir marcos unitarios. Momentos excepcionales necesitan soluciones excepcionales. El Frente Amplio de Uruguay, con quien nosotros tenemos una relación desde hace décadas, es un buen ejemplo.

¿Cómo puede ser que dos fuerzas que coinciden prácticamente en todas las votaciones en el Parlament sólo confluyan en una localidad, Vilassar de Mar?

A mí me gustaría que la gente de la CUP dijera, vamos a compartir. Por ejemplo en Vic, donde hay una mayoría alternativa a CiU entre ERC, CUP e ICV. Ante la posibilidad histórica de que las izquierdas se impusieran en el feudo del caciquismo convergente, la asamblea de la CUP ha dicho que no. ¿Si allí no lo podemos hacer, donde debemos hacerlo? Nosotros en Badalona los hemos apoyado. No tenemos ningún problema y tenemos muy claro que ser de izquierdas significa ser unitarios. Esta actitud que tenemos en Badalona creo que es la que debería imperar en todas partes. Si yo me pongo a lavar platos, seguro que podré romper alguno. Difícilmente se rompen platos si no lavas nunca ninguno.

En Podemos suena Albano Dante como cabeza de lista en Cataluña. ¿Tiene perfil confluyente a sus ojos?

ICV ha trabajado mucho con la gente de Café amb Llet. Me parece un activo y son compañeros con los que hemos hecho denuncias conjuntas. Pero debemos entender que la experiencia de Barcelona en Comú, con liderazgo de Ada, es irrepetible. Pero fijémonos en lo que ha pasado en Madrid. Quizás Carmena no la conocía tanta gente como a Ada. Ha sido un esprín corto. Debemos encontrar los mejores perfiles para aspirar a ganar.

¿Si para que esta confluencia funcionara hiciera falta que usted no estuviera, daría un paso atrás, como hizo Ricard Gomà en Barcelona?

Pienso que este proceso debe hacerse admitiendo que cada actor es activo. Nosotros no haremos este proceso con vetos. Cada espacio político tiene sus referentes y nosotros funcionamos de forma muy democrática.

Pero en Barcelona hubo vetos... Que Gomà cayera era una condición previa…

No lo creo. Ricard no tenía pensado estar en Barcelona en Comú. Quizás se vendió así desde determinados sectores, pero no es el caso. Él quería volver a la docencia. Lo más importante es la suma, no podemos empezar hablando de nombres.

¿Ve a ERC en este frente unitario de izquierdas?

No, seguro que no. ERC ha canjeado el derecho a decidir a cambio de apoyar los recortes. Está en una lógica diferente, que es disputarle la hegemonía a CiU. Se ha demostrado que hay mucha gente en Cataluña que vota con un componente de clase muy marcado. El voto de la franja del Besós, del Raval, de la Zona Franca se ha identificado mucho con la propuesta de Barcelona en Comú. Nosotros tenemos que buscar estos escenarios, donde defenderemos el derecho a decidir, pero añadiéndole un componente social indispensable.

¿Existe algún escenario en el que ICV apoyaría la independencia de Cataluña?

La actual situación sólo se desatasca alrededor de la amplia mayoría que representa la defensa del derecho a decidir. El 80% del país dice sí al derecho a decidir. Esto es imbatible. Pienso que un escenario constituyente en Catalunya influirá poderosamente en el escenario constituyente que se debe dar en el Estado. Debemos aprovechar el momento que vive Catalunya, pero también el cambio que se avecina en el Estado.

Si bien es cierto que el bipartidismo está resquebrajando, también lo es que no ha muerto. El PP sigue siendo mayoritario. ¿Qué le hace pensar que este escenario constituyente se puede dar?

Estamos abriendo escenarios. Estamos en medio de una gran sacudida y hay que jugar la partida. A mí, por ejemplo, me revienta la gente que desde Madrid ha despreciado el escenario constituyente catalán. Pero también la gente que desde Cataluña no ha tenido en cuenta que en el Estado también están cambiado las cosas. ¿Quién nos iba a decir lo que ha pasado en Valencia, en las Islas o en Madrid? Está claro que nos podemos encontrar en un escenario en el Estado en el que el PP y su marca blanca, Ciudadanos, sumen. Pero cada vez más gente pide un cambio. No habrá un nuevo contrato democrático sin un nuevo contrato social.

Y si en el Estado las fuerzas que quieren abrir el candado de la Constitución no salen reforzadas, ¿Entonces apoyarían una DUI -Declaración Unilateral de Independencia- tal y como les reclama su sector independentista interno?

Lo que hoy es importante es sumar a mucha gente y entender que es necesario un cambio en las relaciones con el Estado. Es inaplazable un cambio de relaciones con el Estado, de la misma forma que es inaplazable un cambio en las relaciones con el poder. Sara Vila, portavoz del corriente que menciona, esta de acuerdo con la decisión de ir hacia marcos unitarios de izquierda.

¿Entiende que los acusen de ambiguos en su posición sobre la independencia de Cataluña?

No. Nosotros lo tenemos muy claro. Mucho más de lo que ha demostrado tenerlo el socio de CDC, Unió, con la pregunta que formuló hace unos días. Queremos una Catalunya libre en un Estado plurinacional. Esta es nuestra propuesta y nuestra lucha. Y, personalmente, pienso que ICV se parece bastante a la Catalunña que tenemos. Hay quien ha querido resumir la Catalunya de hoy entre independentistas y unionistas. La gente lo ha desautorizado este 24-M. Los que nos acusan de ambiguos son los mismos que no aceptan la pluralidad de Catalunya.

¿Es cierto que son el segundo partido más endeudado con La Caja con 16'1 millones?

No, es una cifra muy inferior. En la web de ICV están los datos exactos. Pero sí me gustaría explicar los datos del endeudamiento, porque tienen varias razones. La primera, somos el único partido de los preexistentes al que no se le ha condonado ninguna deuda. A PSC, CiU, PP y ERC les han condonado deudas. Segundo, nosotros tuvimos un problema, como han tenido otras familias pero con una dimensión superior, cuando nos echaron de la calle Ciutat en 2007. Y compramos en el peor momento. De la deuda central, el 70% proviene de este local. Por lo tanto, tenemos una fuerte deuda, pero también mucho patrimonio. Tercero, hemos reducido de forma drástica la deuda que teníamos y estamos financiando la campaña con microcréditos. Y, por último y más importante, ¿qué hemos dejado de hacer por tener esta deuda? Hemos dejado de denunciar Barcelona World, propiedad de La Caixa?

¿Es coherente rodear La Caixa o criticar Barcelona World y, al mismo tiempo, tener esta dependencia con las grandes entidades financieras?

¿A caso una persona que está hipotecada no puede ir a una acción de protesta frente a un banco? Es decir, lo que le permitimos a la gente corriente no se le permite a ICV? Nosotros no hemos dejado de denunciar nada por tener esta deuda. Yo entendería la crítica si ICV hubiera callado con los bussines que Barcelona World hace con La Caixa. Pero sobre el territorio hemos sido los más beligerantes. Quien tenga interés con las cifras reales, en nuestra web lo tenemos detallado.

Visto con perspectiva, ¿qué balance hace del Tripartito?

Después de 23 años de pujolismo era necesario un Govern d’Entesa. Hubo cambios importantes, como el Plan de Barrios, que incrementó la esperanza de vida de las zonas más desfavorecidas. Nadie habla de ello, pero hubo medidas que hicieron un giro en las políticas que se habían estado haciendo.

¿Qué falló porque hoy nadie lo reivindique como etapa de referencia de los gobiernos de izquierdas?

Seguramente un relato de cambio profundo, probablemente por la correlación de fuerzas. Hay algunos temas que no se abordaron lo suficiente, como temas de Salud o infraestructuras. Se pactó la LEC con CiU, a pesar de haber hecho más inversiones que nunca en Educación. Ahora bien, pienso que sufrimos linchamiento mediático. Los mismos problemas que tenía el Tripartit no se trataron igual más adelante.

¿El PSC les hizo la cama?

Hubo quien pactó con el grupo Godó para blindar al presidente a cambio de atacar a los socios. Daría para escribir un libro. El establishment cuando no gobiernan los suyos es capaz de todo. Ahora bien, el linchamiento mediático que sufrió el Tripartit será un juego de niños comparado con el que sufrirá Barcelona en Comú. Todavía no gobierna y ya lo estamos viendo.

Cíteme algún diputado que le merezca admiración y que no sea de su partido...

Eva Granados lo hace muy bien en materia social o Núria Parlon, las dos del PSC. También me gusta Pere Bosch, de ERC. Y con David Fernández, de la CUP, tengo buen rollo.

¿Cumplirá la limitación de tres mandatos?

Y tanto, o quizás me marche antes. Clarísimamente. Haré de abogado, o vete a saber...

Etiquetas
stats