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Juzgan a dos mossos acusados de agredir a un manifestante antifascista el 12 de octubre de 2012

Los mossos acusados formaban parte del operativo policial del 12–O

Oriol Solé Altimira

Dos agentes de los Mossos d'Esquadra irán a juicio este lunes por, presuntamente, agredir a un manifestante antifascista durante el 12 de octubre de 2012. La Fiscalía y la acusación particular, ejercida por el agredido, piden cinco años de prisión para cada uno de los policías por un delito de lesiones con la agravante de abuso de su posición de superioridad. Por el contrario, las defensas de los dos agentes, representados por la abogacía de la Generalitat y el letrado José María Fuster Fabra, solicitan la absolución.

Los hechos ocurrieron en Barcelona el día de la fiesta nacional de 2012. Según el fiscal, un joven francés se encaró a la manifestación antifascista que cada año se celebra en la ciudad desplegando una bandera española. La acción del joven molestó a un grupo de manifestantes. Cuando varios antifascistas intentaban quitarle la bandera española aparecieron los dos policías, que se encontraban de servicio en la plaza Universitat. No fue una intervención policial pacífica, al menos para la Fiscalía.

Así, según detalla el ministerio público, uno de los dos agentes de los Mossos d'Esquadra acusados empujó a un joven antifascista y, una vez en el suelo, ambos policías le golpearon “repetidamente” en la cabeza y en las piernas con sus defensas reglamentarias. A juicio del fiscal, los dos policías agredieron al joven “puestos de común e instantáneo acuerdo con el ánimo de dañar la integridad corporal ajena”.

Como consecuencia de los golpes, la víctima sufrió una hemorragia debajo de la retina y otras tres lesiones oculares. Necesitó 190 días para curarse, teniendo que pasar por el quirófano. Los agentes, además, detuvieron al joven por desórdenes públicos después de golpearle.

La Fiscalía y la acusación particular piden una pena de cinco años de prisión y de inhabilitación para cada uno de los dos agentes. Solicitan además que durante el mismo periodo de tiempo no se puedan aproximar ni al domicilio ni al lugar de trabajo de la víctima, ni tampoco comunicarse con él.

Además, las acusaciones piden a la Generalitat que, como responsable civil subsidiaria, indemnice con 10.063 y 16.000 euros, respectivamente, al joven agredido. A diferencia de otros casos, el gobierno catalán no ha indemnizado a la víctima antes de llegar al juicio, según han detallado fuentes cercanas.

Es el segundo caso de una supuesta agresión por parte de agentes de la policía catalana que llega a juicio en pocas semanas. El pasado 29 de septiembre, un mosso justificó ante el juez la bofetada que le dio a un detenido en la comisaría de Mataró como un “toque de atención” ante la agresividad que, aseguró, mostraba el arrestado.

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