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El PDECat y la CUP reavivan sus diferencias sobre los presupuestos

Anna Gabriel y Carles Puigdemont en la cuestión de confianza

Oriol Solé Altimira

Los presupuestos para 2017 se debatirán en el Parlament. Cómo salgan de la Cámara catalana ya es otra historia. La CUP, el socio del Govern para aprobar las cuentas, ha cargado con dureza este lunes contra el proyecto de presupuestos que el Ejecutivo aprobará el próximo 29 de noviembre. El Partit Demòcrata Europeu Català (PDECat), la antigua Convergència, ha replicado calificando las críticas cupaires de “sin sentido”. ERC, como viene manteniendo durante toda la legislatura, se ha situado en medio de anticapitalistas y exconvergentes y ha confiado en que “ninguna de las partes se equivoque” y se aprueben las cuentas.

Pese a que accedió a tramitar las cuentas, a la CUP no le gustan los presupuestos para 2017. El diputado Benet Salellas ha afirmado que el proyecto no convence “nada” a su formación porque es “extremadamente continuista” con las cuentas del 2016 –que la CUP rechazó, junto al resto de la oposición, debatir en el Parlament. Salellas ha reconocido que las cuentas no incorporan las demandas que los anticapitalistas pusieron sobre la mesa, como la subida del IRPF a las rentas más altas o la subida del impuesto de Sucesiones y Donaciones.

En este contexto, Salellas ha señalado que es el momento de “dejar las negociaciones de despacho a puerta cerrada” para “salir a la calle” a hacer “un debate social”, en el que la CUP, ha dicho el diputado, promulgará más medidas fiscales para aumentar ingresos.

La respuesta de la antigua Convergència no ha tardado en llegar. La coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, ha afirmado que las declaraciones de Salellas son un “sin sentido” y se ha mostrado sorprendida porque la CUP, ha recordado, ya debatió y accedió a tramitar las cuentas.

“Necesitamos presupuestos para que el proceso salga adelante”, ha señalado Pascal, que, con todo, se ha mostrado satisfecha porque el proyecto “preserva la carga fiscal a las clases medias” así como “el modelo de bienestar basado en la colaboración públicoprivada”.

Por su lado, ERC ha intentado poner paz y situarse en el centro entre el PDECat y la CUP. El diputado Sergi Sabrià ha confiado en que Junts pel Sí y la CUP llegarán a un acuerdo y ha asegurado que habrá “muchas oportunidades para hablar de presupuestos”. Asimismo, ha recordado a Salellas que del proyecto también han quedado fuera propuestas del PDECat y de ERC.

Una vez las cuentas entran en el Parlament, el techo de gasto e ingresos queda fijado, aunque se pueden modificar cómo se reparten determinadas partidas. El calendario de los presupuestos catalanes tiene todos los números para alargarse. Y es que previsiblemente, PP y Ciutadans llevarán el proyecto al Consell de Garanties Estatutàries –el Constitucional catalán– si observan cualquier partida para el referéndum de autodeterminación planeado para septiembre del año que viene. Hasta que el Consell decida, pueden pasar un mínimo de veinte días, lo que unido a las vacaciones de Navidad y su paso por las distintas comisiones dejaría la aprobación definitiva de las cuentas para, como mínimo, febrero de 2017.

La continuidad de la legislatura –y el referéndum de autodeterminación– depende de que se aprueben los presupuestos. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, anunció que convocaría elecciones anticipadas si no logra la luz verde a las cuentas.

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