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Puigdemont busca sumar a los comuns al referéndum presentando las “garantías” del 1-O

Colau y Puigdemont en un acto en el Hospital del Mar

Oriol Solé Altimira

Tras el fiasco de la compra de urnas, el independentismo redoblará esta semana su apuesta por el referéndum anunciado para el 1 de octubre. La jornada de más actividad será el martes. Junts pel Sí y la CUP presentarán por la mañana en el Parlament la ley del referéndum. Por la tarde será el Govern el que explique los detalles operativos de la votación para responder así a las “garantías” que los comuns han reclamado para el 1-O. Los de Ada Colau, por su lado, resolverán el sábado su posicionamiento sobre la consulta.

Los independentistas darán detalles, pero no firmarán ningún documento oficial. La idea es contener hasta que sea inevitable la respuesta judicial a los planes del Govern, una vez se ha demostrado que la Fiscalía, a diferencia del 9-N, actúa en cuanto cualquier plan independentista aparece en el Diario Oficial de la Generalitat (DOGC) o en el Boletín del Parlament.

Así pues, el martes será una jornada prorreferéndum en dos actos. Junts pel Sí y la CUP explicarán en el Parlament a las 12:30 del mediodía la ley con la que quieren amparar el referéndum. Al encuentro se ha invitado a todos los diputados de la oposición, que vienen afeando desde hace meses el secretismo y las formas de los grupos independentistas, en especial la reforma del reglamento de la Cámara.

Horas más tarde, a las 19:30, el Ejecutivo dará cuenta de aspectos logísticos de la votación como el censo, los colegios electorales o el sistema de recuento, en un acto que lleva por nombre “Garantías para la democracia: por un referéndum legal, efectivo y vinculante”. Todo un guiño hacia los comuns, cuya participación en el 1-O el Govern sabe que resulta de caudal importancia para la legitimidad de la votación. El acto se celebrará en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC) –curiosamente, el principal legado cultural de los 23 años de Govern de Jordi Pujol.

Hasta ahora los comuns no se han mostrado especialmente entusiasmados con el 1-O, y lo encaran más como una movilización que como una votación vinculante. De hecho, denuncian que les falta información. “El Govern no nos ha comunicado nada”, se quejó la mano derecha de Ada Colau en el Ayuntamiento, Gerardo Pisarello, este viernes.

La posición definitiva de Catalunya en Comú sobre el 1-O se conocerá este sábado, tras la reunión de su coordinadora. En la recta final del debate interno del partido, Ada Colau, en una entrevista este lunes en El Periódico, ha advertido: “Entiendo la impaciencia de algunos, porque el bloqueo del PP es exasperante, pero tirar millas con el referéndum no es eficaz”.

Con los dos actos del martes se busca diferenciar el papel el legislativo y el ejecutivo. Así, se muestra al Parlament como la fuente desde donde los grupos independentistas harán emanar con su mayoría la norma para convocar el referéndum, mientras que la Generalitat queda como la encargada de la logística y la organización material de la votación.

Con todo, la idea inicial de Junts pel Sí no pasaba por redactar una ley del referéndum, sino que el paraguas normativo de la votación quedara incluido en la ley de transitoriedad jurídica. La CUP, de nuevo, se ha apuntado un tanto, tras reclamar desde hace semanas dos leyes separadas –aunque se tramiten conjuntamente–, y denunciar que el diálogo con Junts pel Sí se había resentido desde la aprobación de los presupuestos.

Dudas materiales y políticas

Pese a la solemnidad de la que irán cargados los actos de esta semana, sobre el referéndum planean todavía varios interrogantes. Y no solo sobre los aspectos logísticos de la votación, como el papel de los funcionarios, el censo o la junta electoral. Igual o más importantes que los obstáculos materiales son las dudas mutuas entre los socios independentistas.

ERC y el PDECat se acusan de no querer correr riesgos con la preparación del referéndum. Las suspicacias volvieron al primer plano esta semana con el fracaso del concurso para comprar urnas, que la consellera querellada, la neoconvergente Meritxell Borràs, aprovechó como argumento de defensa.

La CUP insiste en que si algún conseller no quiere asumir alguna orden relacionada con el 1-O allí están ellos para entrar en el Govern. Y desde las entidades soberanistas, habitualmente cautelosas a la hora de poner los puntos sobre las íes al Govern, ya se mandan mensajes directos. “Si hay alguien que esté bloqueado por el miedo, pedimos que se aparte”, ha dicho el líder de Òmnium, Jordi Cuixart, en una entrevista en Nació Digital. Esta semana no se firmará nada oficial, pero se podrá medir con qué fuerzas llega cada actor a la hora de la verdad para el 1-O.

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