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“Suiza es uno de los países donde hay más diferencia entre ricos y pobres”

Filippo Rivola, vicesecretario central de las Juventudes Socialistas Suizas.

Siscu Baiges

Barcelona —

Las Juventudes Socialistas Suizas han recolectado las cien mil firmas que les hacían falta para convocar un referéndum mediante el cual se apruebe poner límite a la diferencia que existe entre los salarios más altos y los más bajos en las empresas del país. Proponen que la Constitución reduzca de 1 a 12 esa diferencia. La consulta está convocada para el próximo 24 de noviembre. Los poderes fácticos suizos, incluidas las multinacionales farmacéuticas y el lobby financiero, dedican grandes inversiones a defender el 'no'.

¿Cuándo y cómo surgió esta iniciativa?

Nació cuando Suiza puso mucho dinero para rescatar UBS, el principal banco del país. Le dió 60.000 millones de francos suizos. Al mismo tiempo, la dirección de UBS cobró muchos millones en bonus y nos pareció que no era correcto. Por eso pusimos en marcha esta iniciativa para canalizar la indignación en hechos concretos.

La idea la tuvimos en 2008 y la iniciativa la pusimos en macha en 2009. En un año, recogimos 100.000 firmas de gente dispuesta a votar a favor de reducir de 1 a 12 la distancia entre los sueldos de los trabajadores mejor pagados de una empresa y los que tienen los sueldos más bajos. Y lo votaremos el próximo 24 de noviembre.

¿Fue difícil recolectar las firmas?

Hemos sido los miembros de las Juventudes Socailistas Suizas quienes hemos impulsado la recogida de firmas. La presentamos en el Ayuntamiento de Berna para darla a conocer. Solo hemos tenido tres personas liberadas para administrar el proceso. Y no muy bien pagadas, por cierto. Normalmente, a los partidos políticos les cuesta un mínimo de 500.000 francos suizos realizar estas campañas. Nosotros lo hemos hecho por solo 100.000 francos suizos. Por tanto, no ha resultado demasiado caro.

Supongo que han firmado fundamentalmente trabajadores y gente de clase media. ¿Ha firmado algún ejecutivo de esos que están demasiado bien pagados desde vuestra perspectiva?

Sí. Alguno. Pero han sido ejecutivos de pequeñas empresas. No demasiados, claro. La mayor parte han sido gente que encontrábamos por la calle, militantes o simpatizantes del Partido Socialista.

Las diferencias salariales dentro de las empresas ¿han crecido mucho en los últimos años en Suiza?

Sí. En 1984, la diferencia más grande entre la persona peor pagada y la mejor pagada en una empresa era de 1 a 6. Hoy, la diferencia es de 1 a 193. Se ha disparado en los últimos 20 años. Nosotros decimos que la máxima diferencia debería reducirse a 1 a 12.

¿Cómo se explican estas diferencias tan grandes?

La razón es que los jefes de las empresas quieren cuanto más dinero, mejor. No les importan los trabajadores. Solo les importa su dinero. Despiden a la gente. Se llevan las empresas a Asia o a donde quiera que consigan más beneficios. Los sueldos de los trabajadores, de la clase media, se han mantenido prácticamente igual que hace diez años. Los ricos se hacen más ricos; y los pobres, más pobres.

También en Suiza...

Sí. Suiza es uno de los países donde hay más diferencias entre ricos y pobres. Aquí hay muchas personas ricas, pero también hay 300.000 personas que trabajan pero que son pobres porque no ganan lo suficiente como para vivir con dignidad. También en Suiza tenemos problemas con la pobreza. No es lo mismo, naturalmente, que en Grecia, España, Italia u otros países europeos afectados por la crisis. Hay demasiados ricos que tienen demasiado dinero y muchos pobres que necesitan ese dinero.

¿Cuáles son los siguientes pasos a dar de cara al referéndum del próximo 24 de noviembre?

Ahora tenemos que trabajar duro durante los próximos meses para conseguir el máximo de votos posibles. Necesitamos la mayoría de la gente y la mayoría de los cantones. Como mínimo, tenemos que ganar en 12 cantones. Es complicado. Hay cantones muy conservadores y será difícil hacer campaña para ganar en esos cantones.

¿Qué pasará si ganáis?

Haremos una gran fiesta el día 24. Y el 25 veremos qué pasa. El Parlamento tendrá que votar después y reescribir la Constitución. El Parlamento tiene hasta tres años de tiempo para llevar a la práctica esa modificación. Quizás quieran introducir excepciones. Será el paso siguiente. Pero si ganamos, no tendrá más remedio que hacer una Ley que respete ese resultado.

¿Los suizos ricos aceptarían que ganáseis el referéndum?

No. Naturalmente que no. Hay gente que hará todo lo posible para que esta iniciativa fracase y dedicarán mucho dinero a conseguirlo. Sabemos ya que el grupo “Economía Suiza”, donde están las empresas más grandes, como Nestlé, Novartis... dedicará 5 millones de francos suizos a la campaña por el 'no'. Nosotros tenemos un presupuesto de 200.000 o 300.000 francos. Será duro.

¿Habéis contactado con otras organizaciones de jóvenes socialistas europeos para que propongan esta idea en sus países?

Sí. Tenemos muchos contactos, sobre todo con jóvenes de Francia, Alemania... Ellos hablan de pedir una relación de 1 a 20 entre los salarios más altos y los más bajos. No tienen la posibilidad de forzar la celebración de un referéndum como el nuestro. No están regulados como en Suiza. Pueden intentar que se hagan leyes en esa dirección. Nuestra iniciativa ha servido para dar ideas a otros países. Se ha hablado de ella en los medios de comunicación de países como Italia, Francia o España. Especialmente en países de nuestro entorno. La idea tiene una buena acogida. Hay gente que dice que la relación 1 a 12 es quizás demasiado exigente, pero están de acuerdo con la idea de fondo.

Somos quince personas trabajando para ganar este referéndum y esperamos conseguirlo.

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