Mas reitera que está dispuesto a cambiar la fecha y la pregunta si Rajoy acepta la consulta
El president de la Generalitat, Artur Mas, prepara el terreno para el diálogo que mantendrá con el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, encuentro que, según avanzó este martes el conseller de Presidencia, la Generalitat vería bien que se celebrase antes de acabar el presente mes de julio. En una entrevista concedida a Bloomberg, Mas ha reiterado que está abierto a negociar con el Gobierno un cambio en la fecha y en la pregunta siempre que Rajoy acepte la consulta. “Si el Gobierno español está dispuesto a comprometerse con que los catalanes voten, como se ha hecho en el Reino Unido, nosotros nos tenemos que sentar en la mesa y negociar”, aseguró el president.
La oportunidad abierta por parte del president no supone cambio alguno en la postura de la Generalitat, que nunca se ha cerrado a la negociación, con la única línea roja de que la consulta sobre la independencia acabe celebrándose. Una condición que también descartaría la propuesta del nuevo líder del PSC, Miquel Iceta, que propuso una pregunta que no menciona la independencia sino el avance en las competencias y el reconocimiento del caracter nacional de Catalunya.
Lejos de moverse, Mas ha reflejado en la entrevista en Bloomberg una propuesta muy similar a la que el Parlament llevó al Congreso el pasado 8 de abril, en la que se reclamaba que la Cámara española traspasara la competencia de convocar consultas a la Generalitat, a cambio de lo cual se ofrecía negociar sobre la fecha y la pregunta con el Ejecutivo de Rajoy. “Será rechazada –la propuesta del Parlament– pero mañana se abrirá el tiempo de la negociación. Ponga fecha y hora. ¿A que esperamos?”, espetó Duran durante aquel debate parlamentario. Han tenido que pasar más de 3 meses para que ambos gobiernos propicien un encuentro.
Todo apunta ahora a que el diálogo se celebrará, pero es más que difícil que los representantes de las instituciones catalana y española lleguen a modificar sus posturas. Para Mas, el requisito de celebrar la consulta es irrenunciable debido a sus compromisos públicos y, sobre todo, a las mayorías que le atan en el Parlament catalán. CiU, en uno de los momentos electorales menos favorables, necesita el apoyo de ERC para continuar con la acción de gobierno. El pacto de legilatura firmado por el partido del Govern y los de Junqueras está fundamentado en la convocatoria de una consulta, lo mismo que el acuerdo al que llegaron ambas formaciones junto con ICV-EUiA y CUP en septiembre pasado. “Cualquier decisión –de cambiar los términos de la consulta– se deberá tomar de acuerdo con las fuerzas políticas que apoyan la consulta”, ha zanjado este martes el conseller de Presidencia, Francesc Homs, poniendo otra nueva condición por parte del Ejecutivo catalán.
Por su parte, Mariano Rajoy ha reiterado infinidad de veces estar abierto al diálogo entre administraciones, pero siempre ha colocado su límite en la Constitución y, por tanto, en no permitir una consulta sobre la soberanía de Catalunya. “Hay una puerta abierta de par en par para aquellos que no estén conformes con el actual estado de cosas: iniciar los trámites para una reforma de la Constitución”, retó el presidente a los grupos que le pedían que flexibilizara su postura en el debate de abril.
Sin cambio desde entonces en la posición de ningúno de los dos, el márgen para la negociación es ahora más que estrecho. El punto en el que el diálogo está encallado desde el inicio es el de la celebración de la consulta y, mientras Rajoy va dejando que el Govern “se cueza en su propio caldo”, a CiU se le acaba el márgen de maniobra para que el Estado acepte sus postulados. A partir de septiembre, cuando termine el periodo de vacaciones, el calendario será más ajustado que nunca. En la recta final del proceso, el Parlament aprobará la ley de Consultas que deberá dar amparo legal al 9N y, a partir de ahí, no habrá punto de retorno.
Diseño de la transición económica en la recta final hacia el 9N
Los informes emitidos por el Consejo Asesor para la Transición Nacional (CATN), organo consultivo adscrito a Presidencia, están tomando protagonismo en esta penúltima etapa del proceso. El Consejo presidido por Carles Viver Pi-Sunyer emitió el lunes cuatro de ellos, de los 10 elaborados hasta el momento. Dos de los informes publicados versan sobre la transición económica, otro sobre el absatecimiento de agua y energía, y el último sobre el proceso constituyente que subseguiría a la declaración de independencia.
El CATN recomienda sobre política monetaria continuar en el euro porque una Catalunya independiente sería “inviable” si saliera de la moneda europea, debido a “los costes de adaptación que supondría para los agentes económicos”. El organismo se inclina por mantener la actual divisa incluso ante una eventual salida de la UE, un escenario del que enumera consecuencias “ciertamente relevantes”, como la falta de acceso de las entidades financieras catalanas al crédito ofrecido por el BCE. Para superar este escollo el CATN contempla un acuerdo con la UE similar al de Andorra o Mónaco.