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La campaña del 27-S hace tambalear los apoyos al gobierno de Colau

Alfred Bosch observa a Xavier Trias durante un acto de Junts pel Sí / SANDRA LÁZARO

Oriol Solé Altimira

El curso político en Barcelona ha comenzado exponiendo la debilidad del gobierno municipal, que sólo cuenta con el apoyo estable de los 11 concejales de Barcelona en Comú frente a los 41 que conforman el plenario. La investidura de Ada Colau recibió el voto favorable de los 5 ediles de ERC, los cuatro del PSC y de una de las tres concejalas de la CUP. Pero la campaña electoral del 27-S ha obligado a todos los partidos a marcar perfil propio, y el apoyo de las tres formaciones a Colau se ha desvanecido, de momento. A partir del 28 de septiembre se podrá comprobar si el distanciamiento es efímero y motivado por la necesidad de poner distancias en campaña electoral, o si por el contrario va en serio.

Este jueves en Nou Barris, dentro del centro de cultura Els Propis, en contraste con la calle que constantemente está pisando Junts pel Sí, los presidentes de los grupos municipales de CiU y ERC, Xavier Trias y Alfred Bosch, han mostrado buena sintonía y han hecho reír a unos sesenta jubilados. Antesala de un pacto para desplazar Ada Colau de la alcaldía tras el 27-S?

Fuentes municipales ven el acto de este jueves entre Trias y Bosch inscrito en la “lógica electoral autonómica”; una dimensión, recalcan, “diferente a la lógica municipal”. El público de Nou Barris, sin embargo, tenía ganas de poner el foco en la política municipal aprovechando la presencia de los dos políticos. Uno de los asistentes ha preguntado a Trias y a Bosch por qué no se hizo un Junts pel Sí en las municipales, vistas las altas expectativas de éxito de la candidatura para el 27-S. Trias ha sido sincero: “Si hubiéramos ido juntos, hubiéramos ganado”. Bosch se ha mostrado más cauto: “No sé si deberíamos arrasado”.

Bosch ha intentado distanciarse de Trias ante el público circunscribiendo únicamente a la cita del 27-S “el abrazo con la gente de derechas y Xavier Trias”. “Yo no soy de derechas”, ha respondido rápido Trias. “Él [en referencia a Bosch] continuará diciendo que yo soy de derechas, pero está equivocado”, ha incidido el ex alcalde.

A pesar de la reivindicación de izquierdas de Bosch, el inicio del curso político ha unido a ERC a CiU, PP y Ciudadanos para poner en entredicho el gobierno de Ada Colau en dos de los temas más sensibles de su mandato: los manteros y el turismo masivo. Toda la oposición, salvo la CUP, se ha unido esta semana para criticar la “inacción” del gobierno con los manteros. También han obligado a Colau presentar dentro de un mes una propuesta para levantar parcialmente la suspensión de licencias de alojamientos turísticos decretada el pasado julio.

El PSC también votó con los grupos de derechas y ERC, aparcando los ofrecimientos para entrar en el gobierno que su líder, Jaume Collboni, había hecho después de las elecciones municipales. La CUP, por el contrario, también ha cargado contra el gobierno de Colau por su actuación con los manteros, pero no por insuficiente sino por excesiva.

Desde que CiU se quedó sin la alcaldía ha seguido una línea dura contra Colau, llegando al extremo de asegurar que al gobierno de la alcaldesa “no le gusta la Navidad”. Este jueves por la mañana, el propio Trias ha tildado de “mal gobierno” el ejecutivo municipal, al que ha acusado de pérdida de autoridad y de actuar “con frivolidad y sectarismo”. Para valorar los 100 días de Colau en el Ayuntamiento, Trias ha elegido tres imágenes: el selfie de Colau con Pablo Iglesias cuando se quedaron encerrados en un ascensor del consistorio, un grupo de manteros en el metro de Plaça Catalunya y la fotografía de un autobús de la nueva red saliendo de una parada.

Pero fue la votación sobre la entrada de Barcelona a la Asociación de Municipios por la Independencia la que puso fin a la sintonía entre ERC y Barcelona en Común. La abstención de los 11 concejales de Colau hizo inútil la mayoría de 17 votos (CDC, ERC y CUP), al no alcanzar los 21 necesarios para que saliera adelante la adhesión. “Del mismo modo que les apoyamos en la investidura de forma simbólica, ahora les retiramos este apoyo y se lo tendrán que ganar a pulso”, espetó Bosch en Colau.

La idea de que un Ayuntamiento de Barcelona nítidamente favorable a la independencia es condición necesaria para que el proceso independentista tenga éxito es una idea que ha calado fuerte en la órbita convergente. De hecho, fue uno de los argumentos más utilizados en la campaña de las municipales para cargar contra Colau, aunque no bastó para que Trias continuara como alcalde.

Curiosamente, la primera aparición conjunta de Xavier Trias y Alfred Bosch en la campaña para el 27-S se ha producido en el feudo de Ada Colau. El pasado 24 de mayo, Barcelona en Común se impuso en Nou Barris con el 33% de los sufragios, el doble que la segunda fuerza, el PSC. CiU y ERC obtuvieron unos resultados más que discretos, el 10% y el 7% del voto, respectivamente, quedando incluso por detrás de PP y Ciutadans. A pesar de los antecedentes poco optimistas, Bosch y Trias se han conjurado para que la independencia “gane” en Nou Barris el 27-S.

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