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El independentismo empuja a Mas hacia la desobediencia al TC

Manifestantes por el 9-N a las puertas del Palau durante la convocatoria

Arturo Puente

Barcelona —

El Tribunal Constitucional admitió a trámite los dos recursos interpuestos por el Gobierno de España, dejando sin efecto legal la ley de consultas y la convocatoria de la consulta del 9-N. Hasta aquí llegaba la hoja de ruta pactada el 12 de diciembre del 2013 por CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP para un proceso que ha andado siempre dentro de la linde de la legalidad. Hasta este lunes. Tal y como estaba previsto, el Constitucional ha cerrado en banda ese camino legal, un punto de inflexión que mete al proceso catalán en una etapa incierta.

Descontando las anunciadas alegaciones de la Generalitat ante el TC, las posibles decisiones del Govern a partir de ahora se separan en dos bloques: emprender acciones que acepten el veto del Estado y renuncien al 9-N para buscar nuevas salidas legales, o no acepten el veto y continuar hacia la consulta por los extramuros de la legalidad constitucional española. Los actores que han apoyado el proceso –los partidos, las más de 800 entidades que forman parte del Pacto Nacional Pel Dret a Decidir o la enorme fuerza ciudadana movilizada por la ANC y Òmium–, deberán tomar partido en favor del primer camino, el del acatamiento, o el segundo, de la desobediencia, una discusión que ha venido dándose como telón de fondo desde que se firmara el pacto por la consulta, pero que ahora se alza como central.

Por su parte, el Govern espera poder retrasar esta decisión todo lo posible mientras mantiene la tensión batallando por la vía judicial con el TC. Por el momento, el mandato del Tribunal es suspender la campaña junto con el resto de preparativos, y esa será una de las decisiones que el Ejecutivo catalán deberá tomar en la reunión ordinaria del Consell Executiu de este martes, lo que se convertirá en un adelanto de si pretende continuar o no con el plan del 9-N. En la entrevista del sábado en El Objetivo de La Sexta, Mas se reafirmó en que la consulta se iba a celebrar, pero aseguró no estar “en un momento de desobediciencia civil”.

Presión para la desobediencia

La esquerra independentista, con la CUP al frente, fue el sector que más temprano apostó por la desobediencia. En el debate de política general, celebrado a principio de este mes, la CUP apoyó en solitario una resolución llamando a la desobediciencia del TC en la que ERC se abstuvo. Tras la decisión del TC, varios cientos de personas respondieron a la convocatoria de la Candidatura d'Unidat Popular delante de la Delegación del Gobierno en Barcelona, donde volvieron a mostrar su apuesta firme por celebrar la consulta del 9-N “sí o sí”.

También ERC ha amagado con la apuesta por la insumisión institucional. El líder independentista, Oriol Junqueras, llamó a la desobediciencia civil ante un veto del Estado al 9-N, unas palabras que posteriormente fueron rebajadas por su número dos, Marta Rovira, quien matizó que no se debía llamar a la desobediencia civil “con estas palabras” porque “puede impactar a algunas personas”. Pese a esto, Alfred Bosch, portavoz de Esquerra en el Congreso, volvió a dejar caer la posibilidad de celebrar la consulta al opinar, tras concocerse la suspensión, que “mantener la consulta no le quita validez internacional”. Una postura similar a la manifestada por Marta Rovira, secretaria general de ERC, quien aseguró: “Si nos ponen en la disyuntiva entre tener que obedecer al Constitucional y el amplio mandato democrático de la ciudadanía, tenemos claro que obedeceremos a este último”.

ERC se ofreció hace dos semanas a entrar en el Govern a cambio de “blindar” la consulta, un ofrecimiento al que Mas contestó con largas y señalando que la consulta ya estaba blindada. Pero el nuevo escenario que abre la paralización de la convocatoria en el Alto Tribunal, la entrada de Esquerra vuelve a estar sobre la mesa. Si Artur Mas decide seguir adelante con la consulta, un gobierno de concentración sería la fórmula más estable. Por el contrario, si Mas decidiera obedecer el veto del Constitucional, el plan de Convergència es ir a unas elecciones con un lista independentista conjunta con ERC, como ya intentó para las europeas. La mayor dificultad de esta opción para CDC sería aceptar el punto de una declaración unilateral de independencia, además dedespedirse definitivamente de su historico socio, Unió.

Manifestaciones delante de los ayuntamientos

La ANC y Òminum Cultural, entidades que han sacado a la calle a cientos de miles de catalanes en favor del derecho a decidir y la independencia, también juegan un papel relevante en el debate sobre la desobediencia. Por el momento, las organizaciones ciudadanas han convocado concentraciones este martes delante de los ayuntamientos de todos los municipios catalanes, sin decantarse con claridad por ninguna opción.

Con motivo de la paralización de la convocatoria y la ley de consultas, la Assemblea ha adelantado el inicio de su campaña por el sí, que comenzará este martes. El acto central del inicio de campaña se realizará en la plaza Sant Jaume de Barcelona con la presencia de la presidenta de la ANC, Carme Forcadell, y la de Òmnium Cultural, Muriel Casals.

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