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“El sistema sanitario ha medicalizado gran parte de los problemas de la vida cotidiana”

Montserrat Busquets, en la Escuela de Enfermería de la Universidad de Barcelona

Blanca Blay

Montserrat Busquets es enfermera, licenciada en Antropología Social y Cultural y tiene un master en Bioética y Derecho. Hasta hace pocos días trabajaba como profesora titular de Ética y Legislación Profesional de la Escuela de Enfermería de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB. Ahora sin embargo, después de casi 35 años dedicados a la docencia, se ha jubilado, no sin antes recibir el Premio Enfermería y Sociedad 'Cerca de ti' 2016. El premio es el máximo galardón que otorga la Fundación Enfermería y Sociedad y está dedicado a las personas que hacen posible el desarrollo de la profesión enfermera, el tema que centra esta entrevista.

Hace poco ha recibido el Premio Enfermería y Sociedad 'Cerca de ti', en reconocimiento a su contribución a la profesión enfermera. ¿Cómo describirías el rol de la enfermera?

El rol de la enfermera en el ámbito de la sanidad lo percibo como imprescindible en el sentido de que la enfermera desde el punto de vista del cuidado de las personas, es la persona que tiene en cuenta las necesidades de la vida de las personas que padecen una enfermedad y también las que pueden enfermar. La gran diferencia con la medicina es que se enfoca a la enfermedad mientras que la enfermera acompaña a la persona a lo largo de la vida. Por ejemplo, no sólo durante la enfermedad sino también en un nacimiento, un parto, o durante la vejez.

A menudo se dice que la enfermera cura pero también cuida?

Más bien diría que mientras cuida también cura. Es decir, lo que cura es cuidar de la persona, es decir que la persona esté en una mejor disposición contextual, social o emocional condiciona el proceso de curación. Por ejemplo, cuando una enfermera consigue ayudar a un enfermo a dormir mejor su curación es más fácil.

Es vocacional?

La vocación tenía que ver con algo poco reflexiva, con algo que se podía tener o no, era un valor añadido. La enfermería durante mucho tiempo ha tratado de reconvertir la profesión para que no dependa de la vocación o el modo de ser de la persona. Si entendemos por vocación lo que viene ya dado, no. Ser enfermera se aprende sobre todo viendo como las personas desarrollan su capacidad cuando están enfermas. Si entendemos vocación para que las condiciones de vida de una persona sean mejores, sí.

Aparte de ser enfermera trabajas en el ámbito docente desde 1983. Ha evolucionado la manera de enseñarla?

Todo ha cambiado de la mano de la evolución de la sociedad, hemos ido aprendiendo a ser mejores enfermeras y mejores docentes. La formación ha cambiado mucho, de ser una clase magistral a ser una clase más motivadora, más centrada en el alumno por ejemplo. También ha cambiado mucho la información. Al principio casi toda la información o conocimiento que había era en inglés, ahora hay mucha documentación y artículos científicos en español también. Sin embargo el reto sigue siendo motivar al estudiante.

Y en el día a día de la enfermera, ¿qué ha cambiado?

Nuestra sociedad en los últimos años ha dado algunos pasos atrás a raíz de la crisis, pero uno de los cambios positivos ha sido adquirir autonomía profesional. Pasar de ser una profesión más dependiente y de colaboración con el médico a tener un rol más autónomo, a ser más capaz de hacer lo que hace. Hoy en día pero por la crisis seguramente el racionalismo vuelve a imperar y ahora estamos en una época de recesión.

Como vives como docente y profesional, por ejemplo, el hecho de que desde la crisis cada año se marchen de España cerca de mil enfermeras a trabajar en el extranjero? (Datos del Consejo General de Enfermería)

Esto ha pasado siempre aunque se puede haber acentuado con la crisis. Por un lado que esto ocurra quiere decir que la formación aquí es muy buena, en otros países de Europa no ha sido así. De la enorme expansión de los hospitales durante los 80 o los 90 en España la enfermera fue logrando competencias técnicas que en otros países no tienen y eso es muy valorado. Es decir que se vayan no está mal, porque la experiencia enriquece, lo que sabe mal es que no vuelvan. Y que cuando vuelven se encuentran con un sistema sanitario que no reconoce todavía la experiencia profesional. No tenemos los puestos de trabajo adecuados.

Decidir trabajar como enfermera hoy es decidir trabajar en precariedad?

Sí, al igual que ser médico o tantas otras profesiones. Trabajar como enfermera es trabajar en precariedad y con contratos muy difíciles. Además, una enfermera docente hoy lo tendrá más difícil para poder hacerlo, por el sueldo y por las exigencias de la universidad española y los centros sanitarios, que valoran poco la docencia y valoran más las publicaciones en revistas de impacto internacional y los proyectos de investigación. Esto quiere decir que no tiene sentido publicar en catalán o en castellano, porque esto no se valora, y porque al final del día valorarán que la Universidad de Surrey tenga un contrato contigo.

Últimamente se ha hablado del colapso de las urgencias y la presencia de pacientes en los pasillos. ¿Cuál es la salida para reducir la presión asistencial que viven los profesionales y que repercute en los pacientes?

Seguramente sería volver atrás con la política de camas pero por otro lado reforzar la atención primaria. La enfermera tiene un papel importantísimo en la atención primaria, por ejemplo con las personas que están en una situación crónica. También hay una cuestión muy perversa, que es la ocupación de camas. En los últimos años hemos asistido a una política de ocupación de camas corta, entendiendo que el alta hospitalaria se puede dar cuando el proceso médico ha acabado. La realidad pero es que no se ha terminado el proceso de atención ya que si bien médicamente puede irse a casa, sus necesidades no están cubiertas. Muchas veces los reingresos se podrían evitar si el sistema se centrara en las necesidades de las personas enfermas y no de las enfermedades. Por ejemplo, un proceso quirúrgico tiene cuatro días pero no es lo mismo que te lo hagan a ti o a mí. El sistema sanitario se colapsa porque la atención es básicamente médica.

Por otra parte en los ciudadanos se ha generado una idea de desresponsabilización, el sistema ha medicalizado gran parte de los problemas de la vida cotidiana y ha dado a entender que las cuestiones de la vida se solucionan yendo al médico. Muchos padres por ejemplo van a Urgencias por el llanto de los niños y en la mayoría de casos no se trata de una urgencia. El propio sistema sanitario ha generado la necesidad y ahora tiene la demanda.

¿La enfermera debería tener más responsabilidades o más decisión en algunos aspectos? Por ejemplo, pienso en la petición del colectivo para que se derogue el decreto del PP que limita lo que pueden prescribir a los enfermos las enfermeras y se haga una regulación que incluya ciertos medicamentos o productos

La prescripción es un muy buen ejemplo. Imagínate que tienes a tu padre en casa y necesita pañales y tienes una prescripción de 3 o 4 pañales al día. Yo vengo como enfermera a visitarlo y me cuentas que por lo que sea necesita más pañales. En ese momento yo no puedo prescribir más pañales. Las enfermeras que hacen el seguimiento, por ejemplo, de los enfermos ostomizados (personas que llevan una bolsa donde derivan las necesidades fisiológicas) no pueden recetar el tipo de bolsa, ni el tipo de pomada o medicamento que hace que la piel alrededor del agujero mejore. Ellas lo ven, lo piensan y lo indican al médico, que es quien debe firmar. Las enfermeras tenemos la responsabilidad y tenemos la capacidad pero si no tenemos la posibilidad de ejercer no nos sirve de nada, al contrario, nos inquieta. Además, hay una perversión del sistema. Por ejemplo, durante la epidemia de gripe se modifican los criterios y se plantea un plan de atención y la enfermera puede recetarte por ejemplo un antibiótico. En Inglaterra se ha demostrado que las enfermeras de la atención primaria disminuyen los costes, mejoran los resultados y disminuyen las urgencias.

Otro tema de actualidad en estos momentos es la lucha por una muerte digna. Crees que el debate sobre la legalización de la eutanasia tiene el lugar que merece?

No, no tiene el lugar que se merece. Curiosamente los colectivos médicos presentan una situación más reticente que no la propia sociedad. La enfermera, desde el punto de vista de tener cuidado, se plantea que ante el fin de vida, para un médico el fracaso será que el enfermo se muera, pero para la enfermera el fracaso será que se muera mal, solo, sucio, con angustia o sufrimiento. Por eso Cicely Saunders impulsó los cuidados paliativos, pero para llevarlo a cabo tuvo que terminar cursando medicina.

Están la enfermería y la medicina en bastante consonancia?

La profesión enfermera puede aportar mucho, me gustaría que los médicos aprendieran de nosotros igual que nosotros podemos hacerlo de ellos. La medicina, la enfermería y el trabajo social son tres profesiones que deberían ir de la mano y todavía vamos bastante separados. La atención sanitaria o es sociosanitaria o no lo es.

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