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La saturación de los crematorios durante la epidemia lleva Barcelona a plantear entierros provisionales

Morgue de Collserola, en Barcelona

Pau Rodríguez

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Los servicios funerarios de Barcelona no dan abasto con las incineraciones debido a la epidemia de coronavirus. La larga lista de espera, con los cadáveres esperando en el depósito, ha llevado al Ayuntamiento a plantear que se realicen entierros temporales hasta que el sistema se haya descongestionado. Ya han trasladado la petición a la Generalitat, que esperan que lo autorice el miércoles.

El colapso en Barcelona se ha producido no solo por el importante aumento de los fallecimientos, que ha multiplicado los servicios funerarios diarios de 50 a 200, sino porque dentro de ellos ha aumentado mucho la demanda de cremaciones, cuando hasta ahora eran más frecuentes lo entierros. Si en la ciudad hay capacidad para hacer 80 incineraciones diarias, la demanda actual llega a alcanzar las 150. 

El concejal de Transición Ecológica y Emergencia Climática, Eloi Badia, ha explicado que la derivación de cremaciones a inhumaciones se planteará como una solución “temporal” para las familias, que en principio no podrán negarse a ello. “La espera no puede crecer indefinidamente”, ha justificado el edil. A cambio, ha añadido, se les ofrecerá una cremación gratuita al cabo de dos años. 

En previsión del colapso de estos servicios, Barcelona habilitó la semana pasada un depósito para cadáveres en el Tanatorio de Collserola, concretamente en dos plantas de párking, con capacidad para 1.800 ataúdes. Pero el principal problema se encuentra ahora en los crematorios, donde la lista de espera puede llegar hasta los diez días Los cuatro hornos que hay en la ciudad funcionan sin pausa, las 24 horas del día, y el Ayuntamiento anunció la adquisición de un quinto, de formato móvil, pero que no llegará antes de diez días.

Hasta entonces, la solución del consistorio pasa por recurrir al circuito menos congestionado, el de los entierros. “Es donde tenemos más margen”, dice Badia.

Por otro lado, el concejal ha anunciado que la Generalitat ha dado luz verde a su propuesta de precios, después de que varias familias denunciaran que las principales funerarias los inflaban y se inventaban conceptos. Un funeral básico costará como mucho 2.500 euros. 

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