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Dos semanas después, el futuro de Can Vies sigue siendo incierto

João França

Vídeo: Mario Munera

Dos semanas después del desalojo del centro social Can Vies, que desencadenó una semana de duras protestas en las calles del barrio de Sants, primero, y unos días más tarde en el centro de Barcelona, la solución del conflicto sigue siendo una incógnita. Han cesado las manifestaciones en las calles pero nada hace parecer factible un acuerdo entre el Ayuntamiento y los okupas.

El consistorio procedió a desalojar el edificio –propiedad de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB)– cuando la negociación con Can Vies ya no avanzaba. La oferta era que abandonaran el edificio mientras lo rehabilitaban para luego volver a ocuparlo bajo el paraguas del consistorio hasta el derribo. El colectivo la rechazó por considerarla una maniobra para sacarlos pacíficamente del inmueble después de 17 años, porque experiencias anteriores los hacían desconfiar del compromiso del Ayuntamiento a dejarlos volver, y porque en ningún momento se cuestionaba el derribo.

La semana de protestas, hizo cambiar la situación. El alcalde Xavier Trias que empezó diciendo que no habría negociación mientras durara la violencia en las calles, al cabo de unos días, aunque las manifestaciones en Sants seguían acabando en llamas, anunció que cederían a la primera demanda de Can Vies y pararían el derribo del edificio para poder negociar. A pesar de esto, el colectivo siguió insistiendo en que no negociaría con quién había echado abajo medio edificio.

El pasado miércoles, el primer teniente de alcalde y presidente de TMB Joaquim Forn presentó la nueva oferta del Ayuntamiento. Se ofrecían a retirar los escombros y a ceder el edificio a los colectivos del barrio para su rehabilitación –imprescindible después del derribo parcial. Eso sí, la condición que siempre está sobre la mesa es la de derribarlo en 24 o 30 meses para crear una zona verde como contempla el plan urbanístico.

La oferta ha sido vista como una victoria por los defensores de Can Vies. Por otro lado, ha provocado duras críticas a Trias y compañía desde los sectores más conservadores, fueran tertulianos, vecinos o Mossos d'Esquadra. Lo que está claro es que el Ayuntamiento ha cedido a las protestas –a pesar de la violencia. Es la única explicación por la que dejar Can Vies donde estaba dos años más no estuviera sobre la mesa hace dos semanas.

“Que nos dejen en paz”

A pesar de esa victoria, desde Can Vies no se plantean negociar con el consistorio. Su demanda es que los dejen en paz. El sábado posterior al desalojo, después de cinco días de protestas, empezaron a trabajar en la reconstrucción del edificio. El primer paso era retirar todos los escombros. Después de varios días de trabajo colectivo y de rechazar la oferta del Ayuntamiento de retirarlos, han conseguido dejar limpia la parte exterior.

Empezar la reconstrucción ya será más complicado. Can Vies ha abierto al barrio este debate y trabaja con un colectivo de arquitectos para pensarlo, pero las obras que exige el edificio son de gran envergadura. El Ayuntamiento, por su lado, insiste en que no podrán hacerse sin el correspondiente permiso de obras. En todo caso, el colectivo se muestra convencido en seguir adelante.

Mientras, las okupaciones de Barcelona parecen haberse visto reforzadas. La amenaza de desalojo que pendía sobre el Ateneo Popular del Eixample sigue sin hacerse efectiva, el viernes una plataforma de jóvenes del barrio del Fort Pienc inauguraba un nuevo espacio ocupado, y se comenta que hay otras okupaciones en marcha.

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