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“La socialdemocracia no tiene planes de futuro”

Owen Jones, un intelectual comprometido con la izquierda

Tomeu Ferrer

Barcelona —

Owen Jones es una de las estrellas ascendentes de la intelectualidad de izquierdas europea. Hijo de un trabajador municipal del Gran Manchester estudió historia en Oxford y un Master of Arts en historia de Estados Unidos. Periodista y escritor ha saltado a la fama como autor de dos libros: Chavs, la demonización de la clase obrera, editado en 2011, y El Establishment, de 2014.

Invitado por Comisiones Obreras, Jones vivió en primera fila, en Barcelona, la conmemoración del 40 aniversario de la asamblea constitutiva del sindicato en España, desde la parroquia de Sant Medir. Durante casi dos horas se sometió pacientemente a las preguntas de los sindicalistas, jóvenes y veteranos, que al terminar admiraban la claridad de la exposición de intelectual británico.

Al finalizar el acto, Owen se sometió a una especie de rueda de entrevistas. Varios periodistas hacían cola delante del joven escritor que contestaba pacientemente en una especie de carrusel improvisado.

¿Cómo explicaría que una parte de la gente trabajadora de Gran Bretaña haya votado favorablemente a la salida de la Unión Europea (UE)?

La mayoría del partido laborista y los sindicatos, las Trade Unions, y sus afiliados apoyaban en un 90 o 95% seguir en la Unión Europea, el remain. Los grandes sindicatos votaron e hicieron campaña por la continuidad. No obstante algunos sindicatos, muy pequeños realizaban una crítica a las actuales bases programáticas de la Unión Europea. Su argumento era que querían una Europa más democrática. Querían enfrentarse al TTIP, a las políticas de privatización que atacan la clase trabajadora, a la situación que se ha dado en Grecia, etcétera. Su razonamiento era: si nos quedamos debe ser para construir desde dentro un nuevo tipo de Unión Europea, que consideraban perdida.

¿Qué papel puede hacer el sindicalismo en la construcción de una Europa no tan ligada al neoliberalismo?

Primeramente parece que el sindicalismo debe organizarse en Europa de una manera más efectiva en sus estructuras de enlace, movilizándose en función de las demandas. Por ejemplo, oponiéndose al TTIP, o recuperando los derechos de los trabajadores. Porque en Europa hay derechos laborales que todo el mundo debería defender y proteger, como los de los empleados a tiempo parcial, agencias de colocación y la Seguridad Social pública. Por todas estas cosas los sindicalistas se deberían movilizar y enfrentarse a tratados que proponen privatizaciones de los mercados y servicios públicos. Los sindicalistas deberían añadirse a todas estas demandas.

En esta situación, ¿cuál debería ser el papel de la socialdemocracia?

La crisis de la socialdemocracia crece en Europa por muchos motivos. La socialdemocracia nació con la intención de representar políticamente la gente trabajadora. La clase obrera ha cambiado pasando de la industria a los servicios. Está ahora más fragmentada y esto ha tenido consecuencias. La globalización ha limitado el sueño de tomar el poder desde una óptica socialdemócrata, para pasar a ser la última alternativa al mercado capitalista desregulado.

Después del crash, la socialdemocracia ha entrado en una gran crisis. Porque hoy si eres socialdemócrata, no puedes apoyar al mismo tiempo a la reducción de gasto y defender la inversión pública. Estás asumiendo todas las políticas que atacan a tus bases. Todo esto lo aprovecha el populismo del UKIP y el Frente Nacional, de Francia, y fuerzas políticas similares. Y al mismo tiempo también es aprovechado por fuerzas de la izquierda como Syriza y Podemos.

La crisis de la socialdemocracia no tiene fronteras. Supera este ámbito político, es una crisis de todos. Pienso que todo lo que no funciona en los últimos años tiene que ver con el hecho de que la crisis nos ha llegado de Nueva York. Frente a todo esto la socialdemocracia no tiene planes de futuro.

¿En Gran Bretaña ha habido un componente de voto a favor de la UE procedente de los electores escoceses, cree que los movimientos de reivindicación nacional pueden ser decisivos para la demanda europeísta o piensa que el voto positivo al remain era una forma de afianzar la su posición nacional?

remain

En Escocia se votó claramente a favor de mantenerse en la UE. En las ciudades grandes, como Londres o Manchester, votaron también en el mismo sentido. Fue en los pequeños pueblos rurales y entre la clase trabajadora donde la gente votó por irse.

Los escoceses son reacios en general respecto a Inglaterra. Se sienten más queridos en la Europa. Además ven Inglaterra muy dominada por los conservadores y se sienten tratados en contra de sus opiniones. Por lo tanto, ven en la situación actual una gran oportunidad para conseguir la independencia de Escocia en los próximos años. Sin embargo esa es una decisión difícil. Al final si los escoceses no son escuchados, se acabarán convenciendo de que somos países diferentes, según reconoce la propia gente de Londres.

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