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Josep M. Álvarez: “A la UGT de Catalunya o se la respeta como es o habrá muchísimas complicaciones”

Josep M. Àlvarez durante la entrevista en su despacho

Tomeu Ferrer

Barcelona —

Josep Maria Álvarez (Belmonte Miranda, 1956) cumple uno de los rituales que se le conocen desde que es secretario general de laUGT de Catalunya, hace 25 años: se somete a entrevistas estivales. Hasta ahora servían comobalance del curso. Ahora, habiendo anunciado su retirada, permiten una visión de conjunto de su prolongado mandato al frente del sindicato catalán.

Después de más de 25 años de mandato tiene delante, tareas estratégicas: la derogación de las Reformas Laborales y reestructurar las relaciones entre empresas y trabajadores. ¿Es un momento difícil para dejar el timón?

La verdad es que hace ocho años que miro de ver cuál sería el momento oportuno, pero no nos dan una tregua para poder irnos. Es una situación difícil y complicada. Creo que las personas a las que les tocará dirigir el sindicato en los próximos tiempos no lo tendrán fácil: Pintan bastos!

¿Qué les gustaría que pasara antes de cesar como secretario general?

Yo todavía aspiro a que antes de que se inicie el congreso de la UGT de Catalunya en abril del 2016 se haya derogado la reforma laboral. Porque confío en que las elecciones españolas se celebren, y espero que salga una mayoría en el parlamento que la derogue.

Hace poco os apuntasteis a la jubilación avanzada en Alstom ..

No me apunté, fue un ERE, estoy despedido, estoy en el paro ...

Sea como sea, a partir de ese momento se dijo: voy a dar la batalla de revertir la situación de las personas despedidas con más de 55 años que se encuentran sin salario y sin ninguna protección social ..

Esta lucha me gustaría que fuera una gran conquista para una gente que lo ha dado todo por el país. Que ha pagado sus cotizaciones y tienen el derecho a tener una pensión digna. Y ahora por una coyuntura en la que no tienen ninguna responsabilidad lo pueden perder todo.

Se le ve implicado personalmente ...

Reconozco que cuando estás cerca de una situación piensas más. No debería ser así, pero pasa. Yo mismo, cuando en diciembre pasado iba a darme de alta en la oficina de empleo, en el camino no pude evitar que me saltaran las lágrimas .. Estaba preocupado, soy una persona a la que le han reducido salario, que deberá jubilarse con 63 años, que me reducirán la pensión, pero que en relación con lo que le pasa a la mayoría del país, no me puedo quejar.

¿Se ponía en la piel de otras personas en situaciones peores?

Si, me decía, ¿qué pensaría yo si en lugar de ir con ERE pactado, con una capitalización de la indemnización y estos mecanismos-puente, qué pensaría si fuera otra persona despedida sin otra posibilidad de cobrar el paro y después, búscate la vida ...

Unos días después revisando papeles me dije: !tenemos que hacer algo en este asunto! !Porque al final lo que importa es que nuestras reivindicaciones tengan nombres y apellidos! A veces por abarcar a más gente, generalizamos. Entonces cuesta más llegar a la gente; que se identifiquen y puedan luchar.

Las reformas laborales parece que tenían una derivada, desmontar los sindicatos y lo que significan. Además, en estos tiempos la corrupción ha salpicado algunas organizaciones. ¿Que opináis?

Es evidente que a los sindicatos no les han podido desmantelar. Pero nos han obligado a dedicar demasiado tiempo a mirarnos a nosotros mismos. Debemos reconocer que no estamos preparados para tener chorizos en nuestro país. No estamos preparados para estas cosas. Pero, volviendo al tema, creo que no han conseguido desmontarnos. Creo también que el que haya hecho cualquier cosa incorrecta tiene que pagarlo, con toda rotundidad.

En el último Consejo Nacional afirmaba que había que reorganizar el sindicato, que nadie dice que funcione mal. Y ya sabéis que se dice que lo que va bien no se debe tocar. ¿Por donde iría el cambio?

Mire, se lo diré con solemnidad: la gran transformación del período actual de UGT no es quién será el secretario general en España o en Catalunya, sino que lo realmente trascendente serán los cambios que haremos.

¿Nos puede poner ejemplos?

En Catalunya los cambios no nos cogen tan de sopetón. Hace años que los hemos introducido. Algunos los hemos hecho en el ámbito territorial, creando la organización de la región metropolitana de Barcelona, que prima los servicios al afiliado, la atención al trabajador en el local y al mismo tiempo reducir estructuras del propio sindicato. En definitiva, tener menos personal administrativo y más personal técnico, abogados, economistas, etc.

Y ahora en el ámbito estatal se trata de terminar de hacer el proceso de fusiones de federaciones que tenemos en marcha desde los años 70 del siglo pasado. De las 21 federaciones que había, ahora quedan seis, y queremos simplificarlo aún más.

¿Como irá esto?

Vamos a un proceso en el que quedarán tres federaciones: una de servicios privados, otra de servicios públicos y una tercera de industria y sector primario. Pero, al mismo tiempo, en realidad estas tres federaciones se desdoblarán entre 27 y 30 sectores, lo que antes se llamaba sindicatos de rama.

En síntesis, reducimos estructura y al mismo tiempo creamos estructura sectorial para dar respuesta a las cosas que la gente reclama cada día.

¿Y que les pide la gente?

Nos dice, 'lo hacéis muy bien, pero de mí no os preocupáis, porque yo trabajo para una empresa que opera por un gran grupo y se preocupe por la gente de este grupo importante pero de mí no lo hace'. Y creo que tienen razón a medias, porque el sindicato también son ellos, pero dicho esto se debe hacer un esfuerzo para conseguir que donde el sindicato es más fuerte, haga de paraguas para aquellas empresas donde no hay tanta capacidad organizativa.

Es interesante lo que dice, ¿pero puede poner ejemplos de lo que se quiere hacer, en este sentido?

Le diré que la UGT en la Seat plantea un punto que afecte a sus empresas proveedoras. En concreto, que no pueda adjudicarse ningún concurso que no contemple la aplicación al menos del convenio provincial de referencia de la empresa a la cual se debe realizar esta concesión. Este es el punto que debemos desarrollar, porque las estructuras que teníamos quedaron anquilosadas.

Y, además, hace falta más claridad, más transparencia para desvanecer las sospechas sobre ciertas actitudes, ¿no?

Eso es algo que en el sindicato no habíamos hecho nunca, porque no estábamos acostumbrados a convivir con gente de moral dudosa. Por tanto, debemos establecer mecanismos para que todos puedan saber cómo funciona todo, a todos los niveles. En Catalunya eso ya lo hacemos desde hace tiempo. En 2003, colgamos en la página web de la IDFO, la fundación del instituto de formación de UGT, todos los cursos que estábamos haciendo y esa información se mantiene accesible para todos. Y lo mismo se puede ver en relación con los acuerdos con la Administración.

En la perspectiva de todos sus mandatos, UGT de Catalunya ha hecho un gran cambio. De todas las cosas que ha hecho, de cual os sentís más satisfecho?

Para pensar en lo que me preguntas me tendría que situar en la puerta de salida, y me quedan todavía unos meses, una eternidad.

Algunas cosas sí que se pueden reivindicar. Soy un enamorado del sindicalismo alemán. Y de este modelo siempre me admiró su carácter transversal, desde el punto de vista político. Esta convivencia siempre me pareció algo a aplicar aquí. Desde entonces he pensado que había que superar la visión aquella que cree que sólo son buenos los tuyos. Y a veces hay gente que no es de tu partido, en la que vale la pena confiar.

Esto lo ha aplicado un poco en Catalunya, en estos 25 años.

A la chita callando, vaya lo que hemos hecho. Siempre se habla de la autonomía del sindicato, pero esta autonomía debe poder superar la prueba del 9. Y esta es la pluralidad interna. Por ejemplo en la dirección convivimos personas que militan o han militado en ERC, el PSC, en UDC, en CDC, o en la CUP. Para nosotros esto es una realidad que tiene su reflejo en las comarcas o muchísimas organizaciones de empresa. Y esto es posible porque en lo que para el sindicato es vital: las personas, no hay diferencias.

Usted milita en el PSC, que ha tenido un descalabro con gente que ha marchado por motivos ideológicos, no se han preguntado como se lo hace UGT para tener incidencia en lugares tan dispares como Cornellà o en Olot?

No me lo han preguntado. Pero en política todo es más complicado. El sindicato puede pasar de soslayo en algunos temas, mientras que en la vida política hay cosas que son: sí o no, blanco o negro. Nosotros no hemos nacido para definirnos sobre según qué. Hemos nacido para las cosas que nos son propias: la defensa de los trabajadores, el reparto de la riqueza producida, la libertad.. Sin embargo, hay cosas sobre las cuales no nos hemos de definir. Y eso es una ventaja.

No os preguntaré quién os ha de suceder al frente de la UGT de Catalunya, pero sí os pregunto por las características que debería tener esa persona?

Me parece que respecto al próximo secretario o secretaria, lo que conviene es que sea él mismo. Después de 25 años, lo que importa, es que la secretaría general, que no influye en todo, pueda introducir su manera de ser y de pensar. Y yo le pediría al sindicato que se lo deje hacer.

Tal vez alguien piensa, 25 años son mucho tiempo, pero en realidad en Catalunya ahora mismo la mayoría de los miembros del secretariado no pasan de los 45 años. Y los hay que son más jóvenes todavía. Esto quiere decir que el sindicato al único que no ha cambiado estos años es el secretario general.

Esta es una constante en UGT

Si, los dos últimos congresos cuando se hablaba si tenía que cesar o no, y me decían que siguiera, yo siempre planteaba como contrapartida la renovación del equipo. Y personalmente eso me costaba mucho, porque siempre hay relaciones personales y de trabajo que cuesta romper. Pero la renovación debe ser una constante.

Buena parte del mandato de José Maria Álvarez ha coincidido con la de Cándido Méndez en el ámbito estatal. ¿Los cambios aplicados en Catalunya se habrían podido aplicar con otro equipo en Madrid?

En el congreso de la UGT de Catalunya en el que salimos elegidos, había gente que al terminar lloraba. El compañero Zufiaur, de la comisión ejecutiva confederal, me preguntó, ¿porque lloran? Y tuve que decirle que en ese momento lo que pasaba era que se rompía con un modelo de sindicato que nos había situado en una posición un poco marginal. Y los que entrábamos teníamos claro que la UGT de Catalunya debe ser una organización autónoma. Las cosas que nos son propias las debemos decidir con absoluta libertad y pensando con la gente que representamos.

¿Méndez eso lo entendió? ...

Cándido tiene un talante que ha permitido que esto sea posible. No quiero pensar que hubiera pasado si no hubiera sido así. Porque esta es una cosa que los dirigentes de UGT confederal deben tener clara, a la UGT de Catalunya o se la respeta como es o habrá muchísimas complicaciones.

¿Al principio las relaciones no serían fáciles?

Explicaré ahora una anécdota que nunca he contado. El primer debate que tuvimos cuando llegué a la UGT de Catalunya fue si el carné de los afiliados debía ser en catalán o no. Y era una discusión bizantina.

Nicolás Redondo vino a Barcelona para la inauguración de los juegos paralímpicos. Ese día yo estaba bastante caliente porque no me gusta perder el tiempo. Y le dije: «mira Nicolás, a mí en el sindicalismo, si el modelo me interesa sigo, y lo mismo los que estamos en esto. Tenemos una idea, Sabemos lo que queremos, y lo que se trata es saber si en la confederación esto encaja o no. Hay dos maneras de ver la UGT. Una organización muy pegada al cinturón de Barcelona y al partido socialista, que será muy importante, o una organización mucho más abierta, plural, sociopolítica, que será una organización importantísima. A mí la primera no me interesa. La segunda sí. Así que o dejamos claro desde el principio que este es el camino, o nos vamos y ponéis a quien queráis ». Y Nicolás me dijo: «Pepe, me interesa la segunda».

¿No le da rabia dejar la secretaría general cuando parece que cosas como el derecho a decidir están en un punto interesante o que la unidad sindical por lo menos con CCOO parece ya muy aceptada?

No me da rabia por eso, me da más rabia que a los compañeros de Malhe de Montblanc, les gustaría que continuara por si los puedo ayudar en algo.

En cada momento habrá cosas trascendentes. Pero ni la unidad sindical está muy cerca, ni en el derecho a decidir queda claro que mañana tengamos la opción de elegir. Como yo seguiré viviendo y trabajando, en la unidad de acción yo podré hacer menos, pero yo pienso seguir ayudando por ejemplo a que Catalunya tenga su encaje, en términos amplios, que llega hasta el desencaje si así se desea, y sobre todo que la gente lo pueda decidir de manera libre.

Felipe González dijo que un ex secretario general es como un jarrón chino, que luce pero siempre es en medio del paso. En este sentido, ¿cuál es el papel que le ve a un ex secretario general de UGT de Catalunya?

No tengo ni idea. No quiero dejar un lugar para entrar en otro. Dejo una actividad y quiero saber qué pasa cuando al día siguiente no tienes que ir a trabajar. Realmente creo que la desconexión no será fácil. Ahora bien, espero tener la tranquilidad intelectual para decir: te levantas y ya decidirás que haces. Sé que al día siguiente no sonará el teléfono y no tendré nada que hacer. Pero si, sin embargo, alguien piensa que puedo hacer algo útil, allí estaré. En todo caso lo que sí trataré, es de respetar mucho a la dirección del sindicato y ayudarla en lo que sea preciso.

¿Os veis opinando de cosas no estrictamente sindicales?

Supongo que opinar, como ciudadano, y también de cosas de mi organización. Si coincido con la dirección si opinaré. Si no coincido, no lo haré. Sea quien sea la persona que esté al frente del sindicato, será muy amigo mío, porque el sindicato no hay nadie a quien yo pueda poner la cruz porqué que no tenga feeling con él.

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