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La ofensiva de los sindicatos apunta a una huelga general si no se deroga la reforma laboral

Cabecera de la del 1 de mayo en Barcelona Foto: Tomeu Ferrer

Tomeu Ferrer

Barcelona —

La manifestación central convocada por CCOO y UGT en Barcelona ha mostrado un cambio de actitud de las organizaciones sindicales. Si otros años la posición era defensiva, ahora se habla de reconquistar derechos y poder adquisitivo. Si antes se trataba de parar golpes, ahora se empieza a hablar de acciones masivas como la huelga general. Incluso cuando hay empresas o sectores donde se deslocaliza la actividad los sindicatos y los sindicalistas no se arrugan.

La marcha convocada bajo el lema: contra la pobreza salarial, trabajo digno y derechos, ha reunido a unas 50.000 personas, según los organizadores. Contrastar la cifra es difícil, pero para dar una idea, cuando la cabecera de la manifestación llegaba a la plaza de la catedral, aún quedaban grupos que no habían empezado a caminar desde plaza Urquinaona.

Un día al año los líderes de CCOO, Joan Carles Gallego, y de UGT, Camil Ros, eran entrevistados una y otra vez antes de comenzar la manifestación.

Gallego enmarcaba la jornada del 1 de mayo en la “denuncia de la situación que vivimos. Hoy hay recuperación, hay producción de riqueza, pero no llega a la ciudadanía, queda en las cuentas de resultados, en las ganancias empresariales y en el reparto de dividendos”. Por lo tanto, proponía: “traducir la recuperación en derechos laborales y derechos sociales. Hay que traducir la negociación colectiva en salarios, con más igualdad para la mujer, con salud y seguridad en el trabajo y sobre todo con trabajo estable”. Además, consideraba que “hacen falta también cambios en las políticas públicas, en la reversión de los recortes sociales y con inversiones potentes en educación, salud, atención a la dependencia, porque esto generará, a su vez, más inversión y empleo de calidad”. Todo ello hacía repetir a Gallego: “estamos a la ofensiva”. Y en este punto recordaba reclamaciones que tercamente mantienen los sindicatos: “derogar la reforma laboral, y recuperar los derechos que nos han sido tomados”.

Por su parte, Camil Ros, flamante secretario general de UGT de Catalunya, insistía también en “derogar la reforma laboral. No se reduce el paro, sino que se crean nuevos contratos, de semanas, meses, con jornada reducida. Esto no es creación de empleo, esto es creación de más precariedad laboral ”, afirmaba. “La reforma laboral es la que ha propiciado el recorte salarial más importante que hemos sufrido durante la crisis económica. Por lo tanto, es clave la derogación, junto a obtener un salario mínimo de mil euros para que la gente pueda llegar a fin de mes”. En este sentido, el sindicalista de UGT reclamaba al gobierno que pueda salir de las elecciones la derogación de la reforma , y hacía una advertencia: “y si no la deroga, nosotros intensificaremos las movilizaciones hasta donde consideremos oportuno. Y si es necesario crear las condiciones para que a finales o principios de año haya una convocatoria de huelga general así lo plantearemos, porque la salida de la crisis pasa por la derogación”.

Con la plaza de la catedral llena a rebosar, ha abierto las intervenciones Berta Zúñiga, la hija de Berta Cáceres, asesinada en Honduras debido a su posición de resistencia del pueblo Lenca a las intenciones de multinacionales hidroeléctricas que amenazan sus condiciones de vida. La hija de la dirigente ha denunciado que bancos europeos, holandeses y de Finlandia, financian estas actuaciones.

Camil Ros se estrena

Camil Ros ha intervenido pidiendo la derogación no sólo de la reforma laboral, sino de leyes como la mordaza o las que impiden el derecho de huelga: “el derecho de huelga es como el derecho de voto”, afirmó. Ha reprobado de nuevo la reforma, de la que dijo, “causa la pobreza laboral y sólo beneficia a los consejos de administración de las empresas del Ibex 35”. En este punto ha reclamado la implantación en Catalunya de la Renta Garantizada de Ciudadanía, para propiciar unas condiciones de vida mínimas a todos los ciudadanos.

La reforma laboral, denostada una y otra vez ante los manifestantes y los numerosos líderes políticos que se ha reunido, ha sido criticada también por favorecer la creación de las empresas de servicios integrales que hacen que “una camarera de hotel en lugar de cobrar 1.200 euros mensuales que es lo que marca el convenio, cobre a través de estas empresas externalizadas sólo el salario mínimo”, decía Camil Ros.

El concepto, a la ofensiva, ha sido de nuevo mencionado cuando Ros ha hablado de la negociación colectiva, que debe servir, dijo, para recuperar los derechos recortados. Entre estos recordó los de los trabajadores públicos, y del resto de ramas productivas que han visto reducida su capacidad adquisitiva. Y ha sido en este momento cuando Ros ha vuelto a mencionar, entre aplausos, el concepto de huelga general.

La intervención del nuevo secretario general de la UGT catalana ha recordado que la Unión Europea negocia “de forma vergonzante” el tratado TTIP, mientras al mismo tiempo niega los más elementales derechos a los refugiados sirios. Finalmente, Ros ha citado a los diferentes colectivos que están en conflicto y ha hecho un llamamiento a alcanzar los mileuros de salario mínimo, y que “ninguna familia, salvo la real, esté en el paro”.

Gallego y el internacionalismo

Ha cerrado el acto Juan Carles Gallego, de CCOO. Ha comenzado glosando el primero de mayo como día de la solidaridad entre los pueblos del mundo. Ha mencionado a Berta Cáceres, y también Ibrahim, un sindicalista saharaui asesinado por reclamar los derechos de sus compañeros. También ha hablado de los refugiados y de la “vergonzante actitud de la Unión Europea”, lo que le ha hecho decir “no nos sentimos partícipes de esta Europa”. En este punto se ha referido también al tratado TTIP que “supondrá una devaluación de las condiciones de trabajo en nuestro continente”.

El secretario general de CCOO, mencionó conflictos vivos en Catalunya, como el de Delphi, Metro de Barcelona, la lucha de los trabajadores de la geriatría, o el caso de los trabajadores de TV3 que se movilizan para evitar una condena de 7 años de un compañero “que dio la cara por los otros trabajadores”, o también el caso de la lucha de las camareras de pisos de los hoteles que debido a las externalizaciones “deben trabajar por 2 euros la hora”.

Junto con las luchas en marcha, y en plena consonancia con la llamada una acción sindical ofensiva, Gallego ha mencionado luchas victoriosas, como las de los trabajadores de la empresa AJ Ruz, de Girona, o la de los trabajadores de Valeo.

Gallego ha hablado de la ley catalana de emergencia social, recorrida por el PP. En este sentido ha acusado al partido de Rajoy de ser servil con los intereses bancarios y actuar contra los derechos de los más débiles. Enmarcó el recurso al Tribunal Constitucional de las leyes surgidas del Parlamento de Catalunya de intento de ahogar los conflictos políticos a través de la judicialización, mientras se ha afianzado en la tesis de CCOO en favor del derecho a decidir.

La parte final de su intervención la ha dedicado Gallego a denunciar el trabajo precario, y reclamar, por lo tanto, un salario mínimo de mil euros. Ha dado un toque a la Generalitat y los gobiernos locales a los que ha pedido que apliquen cláusulas sociales equivalentes al salario mínimo para incrementar la capacidad adquisitiva a partir de la acción de las administraciones.

Ha terminado Gallego con un llamamiento a los trabajadores a participar en las votaciones del 26 de junio. “Es necesario que haya un cambio de políticas, que del nuevo parlamento surjan propuestas de izquierdas y que se derogue la reforma laboral”, dijo, con una llamada final a la unidad de acción y reforzar los sindicatos de clase.

Ambiente preelectoral

Ambiente preelectoralLos sindicalistas habituales en la manifestación del 1 de mayo han notado este año una proliferación de dirigentes políticos más grande de la acostumbrada. Presencia, que a nadie se le escapa, tiene que ver con el período preelectoral. La presidenta del Parlamento de Catalunya, Carme Forcadell estaba en segunda fila. También se ha visto la hasta hace poco responsable de UGT en Girona, y actual consejera de Trabajo, Dolors Bassa. O el presidente de ERC y vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junquera, que ha hablado un rato con Camil Ros. Del PSC se ha podido ver a Miquel Iceta, con una gorra del partido y al final del acto con un adhesivo de UGT, o a la parlamentaria Eva Granados, del mismo partido. También se ha visto Isabel López hasta hace poco parlamentaria en Madrid, preguntando a compañeros de UGT “por el nuevo secretario general”. Incluso hay quien ha podido ver cerca de Carme Forcadell a un parlamentario de Ciudadanos.

En la marcha había también políticos habitualmente presentes en el día del trabajo, como Joan Coscubiela, de Catalunya Sí es Pot, junto con Lluís Rabell de la misma organización. También estaba Joan Tardà, de ERC, o el ex concejal de ICV en el ayuntamiento de Barcelona, Ricard Gomà. Y se ha visto a, Ricardo Pisarello, teniente de alcalde de Barcelona, miembro de Barcelona en Comú, en primera fila, junto con el también habitual de la jornada, el concejal socialista Jaume Collboni, mientras los secretarios generales hacían su intervención final.

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