El CSN emite su informe 2017 con nulas novedades sobre el cementerio nuclear

El informe del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) correspondiente al año 2017, que acaba de hacerse público, vuelve a recoger la situación del Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radiactivos previsto para Villar de Cañas (Cuenca).

El regulador atómico hace alusión, sobre todo, a las actividades de evaluación la solicitud de  autorización de construcción del basurero nuclear pero aporta pocas novedades. “En relación con las actividades de evaluación asociadas a la autorización de construcción e Instrucciones técnicas de desarrollo, se mantuvieron en el año 2017 un total de catorce reuniones técnicas CSN/Enresa”, recoge el documento.

Se recuerdan también las peticiones a Enresa de información adicional relacionada con la seguridad tanto en 2016 como en 2017. Han sido, dice el Consejo de Seguridad Nuclear seis peticiones de información extra desde el año 2014. Y mientras, el regulador sigue evaluando la información “en el marco de la autorización de construcción” del cementerio nuclear que viene rechazando de forma reiterada el Gobierno castellano-manchego que encabeza Emiliano García-Page, ahora expectante ante la llegada del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez.  

Hay que recordar que el presidente castellano-manchego ya le pidió “poner punto final al absurdo planteamiento del cementerio nuclear” y que este mismo viernes, y tras una reunión con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, el titular de la consejería de Medio Ambiente, Francisco Martínez Arroyo, se mostraba convencido de que no habrá ATC ni aunque se prorrogase la vida de las centrales nucleares.

El informe explica también algunos detalles concernientes a la autorización de protección física de las instalaciones y los materiales nucleares y de las fuentes radiactivas. El pasado año  se mantuvo en mayo de una reunión “técnica” entre el CSN y  Enresa y también forma parte del proceso de evaluación dentro de la autorización de construcción.

Además, el año pasado  se efectuaron tres inspecciones. La primera destinada a comprobar el desarrollo del Programa de Vigilancia Radiológica Ambiental (PVRA). La segunda para realizar comprobaciones sobre la aplicación del Programa de Garantía de Calidad (PGC) en las actividades del ATC y  la tercera para comprobar los resultados del plan de actividades complementarias de caracterización del emplazamiento y actuaciones recogidas en el informe favorable del CSN sobre la solicitud de autorización previa.

En cuanto a las actividades del Programa de Vigilancia Radiológica Ambiental (PVRA) en la zona, que se viene aplicando desde 2016, el pasado año se recogieron 56 muestras y se realizaron 169 análisis. Hasta aquí llegan los datos ofrecidos por el Consejo de Seguridad Nuclear.

El desmantelamiento de Zorita, al 84% en 2017

El informe también alude al proceso de desmantelamiento de la Central nuclear José Cabrera, en Almonacid de Zorita (Guadalajara). Una vez clausurada, las actividades  arrancaban en 2010 y todavía continúan siendo ejecutadas por Enresa .

En 2017,  continuaron las actividades de descontaminación de paramentos y de retirada de elementos radiológicos en los edificios de contención y auxiliar. Ya en marzo  concluyeron las actividades relacionadas con la segmentación del blindaje biológico y con la descontaminación de paramentos en la cavidad de recarga y en el foso del combustible gastado. En el mes de abril comenzaron las actividades de desmontaje de sistemas y de descontaminación en los edificios del evaporador, el  almacén 1 de residuos radiactivos y de otros elementos singulares

A 31 de diciembre de 2017, se estimó que se había ejecutado en torno al 84% de las actividades del Plan de desmantelamiento y clausura. Una de las novedades fue implantar un nuevo almacén de residuos radiactivos “de muy baja actividad”.

El CSN concluye que “de la evaluación de los resultados obtenidos durante el año 2016, se puede concluir que la calidad medioambiental se mantiene en condiciones aceptables desde el punto de vista radiológico, sin que exista riesgo para las personas como consecuencia de las actividades realizadas en la instalación”.

A 31 de diciembre de 2017 la instalación disponía de cuatro almacenes temporales de residuos radiactivos y dos campas. Uno de los almacenes se encuentra al 95,00% de su capacidad total.

La “incidencia” en el Hospital de Ciudad Real

El informe recoge también las incidencias en instalaciones radiactivas de 2ª y 3ª categoría (donde se manipulen o almacenen elementos radiactivos que puedan utilizarse con fines científicos, médicos, agrícolas, comerciales o industriales o las instalaciones que utilicen aparatos generadores de rayos X).

En 2017 se registró una incidencia en el Hospital General de Ciudad Real. Según recoge el informe tras los “vómitos de una paciente en el aparcamiento  público del hospital, tras la ingesta de una cápsula de I-131” (utilizada para algunas enfermedades) se procedió a retirar el residuo, a la descontaminación de la zona afectada y acotación de la misma. “No hubo consecuencias radiológicas”, señala el mismo informe.

¿Cómo están los almacenes para combustible gastado (residuo radiactivo) en Trillo y Zorita?

Los contenedores de Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central José Cabrera se encuentran al 100% mientras se procede a completar su desmantelamiento. Hay que recordar que la piscina de esta planta nuclear (instalación de 15 o 20 metros de profundidad llena de agua para enfriar el combustible una vez gastado almacenado en recipientes de contención) quedó libre a final de 2013, tras la carga de los 377 elementos combustibles en 12 contenedores y traslado al ATI.

En la central nuclear de Trillo, las piscinas en las que se alberga el  combustible gastado se encuentran al 86,52% de su capacidad total mientras que su ATI está al 40%.