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Castilla-La Mancha es la segunda región que más bibliotecas ha perdido desde 2014

Sin las bibliotecas, los pueblos embrutecen. Cartel en Toledo.

Francisca Bravo Miranda

Los bibliotecarios de Castilla-La Mancha decidieron en 2014 que ya tenían suficiente con los recortes y crearon un movimiento que denominaron Biblioresistencia. Denunciaban, entre otras consecuencias de los recortes del Gobierno regional, entonces gobernado por el PP,  el cierre de 42 bibliotecas municipales en la región, reducción de jornadas laborales, y la falta de atención por parte de las administraciones regionales, provinciales y municipales. “¡Por culpa de la Junta, estamos peor que nunca!” reclamaban los bibliotecarios vestidos de amarillo en una de sus protestas. 

El movimiento recalcaba e l valor cultural de las bibliotecas como punto de encuentro y cultura, y defendía que funcionaban como “dinamizadoras” de la vida de los pueblos. Especialmente, en una región en que más del 90% de los municipios tienen menos de 20.000 habitantes. En este sentido, explicaba que el internet en “muchas ocasiones” sólo llega a las localidades a través de las bibliotecas. Por otro lado, los recortes lograron que se acabara con la figura del bibliotecario en muchas de estas localidades, y que el valor de este profesional se fue mermando.

La última estadística de las bibliotecas, publicada por el Instituto Nacional de Estadística, señala que Castilla-La Mancha es la segunda comunidad autónoma que más bibliotecas ha perdido en el periodo comprendido entre 2014 y 2016. Se trata de 25 centros menos de este tipo, mientras que en Valencia se cerraron un total de 35 y en Canarias, 14. Por otro lado, en Madrid se abrieron 18 bibliotecas, en Cataluña nueve y en Euskadi, seis.

En el estudio se señala que existe actualmente un total de 565 bibliotecas ('unidades administrativas') y que un 47,5% de la población regional, son usuarios. No es de las proporciones más altas, pero tampoco de las más baja y bordea la tasa nacional que es del 47,9% El número de usuarios inscrito en las bibliotecas de toda España ha crecido en un 2,1% entre los años de 2014 y 2016. 

Por otro lado, las visitas a las páginas web de las bibliotecas aumentaron en el año 2016, mientras que se redujeron las realizadas en sala. La media española señala que cada uno de los habitantes acudió a la página web de una biblioteca 4,1 veces y en sala 4,2. Sin embargo, en la región baja al 3,8 y al 2,6, durante 2016. Por otro lado, la estadística también muestra que los usuarios de bibliotecas tomaron en préstamo domiciliario 70,65 millones de documentos en 2016, un 7,2 por ciento menos que en 2014. De media, se prestaron 1,5 documentos por habitante y por tipo de documento, una tasa que también se muestra en Castilla-La Mancha.

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