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“Con Ciudadanos el PSOE puede hablar de negocios, con nosotros tiene que hablar de política”

José García Molina

Alicia Avilés Pozo

José García Molina es secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha y, de nuevo, el candidato de Unidas Podemos a la Presidencia de esta comunidad autónoma en las elecciones del próximo domingo. La diferencia con su candidatura de hace cuatro años es que Podemos ha sido socio de gobierno de los socialistas durante la mitad de la legislatura, el único Ejecutivo autonómico con este modelo de todo el país. Tras perder la formación morada los dos diputados que tenía en el Congreso por Castilla-La Mancha (en Toledo y Albacete) en las pasadas elecciones generales, repasamos con él sus expectativas de cara al 26M y sus impresiones del ya casi finiquitado gobierno de coalición.

En el debate electoral televisado de Castilla-La Mancha, tuvo usted un enfrentamiento con Emiliano García-Page. Le espetó que usted había dejado a los castellano-manchegos sin presupuestos en 2017 “para poder entrar en el Gobierno”. ¿Cómo ha recibido esa acusación? debate electoral televisado de Castilla-La Mancha

Esa historia llevamos tiempo contándola cada uno como la cree o como la siente. Y lo he explicado muchas veces. En aquellos presupuestos, PSOE y Podemos habíamos presentado cuatro enmiendas conjuntas y nosotros, por nuestra parte, 25 enmiendas por separado que no se negociaron. Durante el trámite parlamentario lo dijimos muchas veces. Recuerdo incluso al consejero de Hacienda siendo muy duro con nosotros, casi burlón, y en esas condiciones no se podían aprobar. La política, cuando uno no tiene mayoría, es negociación. Si no quieres negociar, perfecto, pero no tengo por qué apoyarlo.

Pero García-Page hizo una relación directa entre el rechazo de Podemos a los presupuestos y su deseo de entrar en el Gobierno castellano-manchego...

Esa relación la hizo él pero la realidad es que en los dos meses que estuvimos sin conversar, García-Page habló con el PP para que le aprobara los presupuestos y este le dio calabazas; también habló de un adelanto electoral, pero tampoco quiso hacerlo. Y finalmente fue él quien nos vino a decir, y nosotros lo dijimos públicamente, que era bueno para Castilla-La Mancha generar un espacio de estabilidad y de garantías para la legislatura y para la gente, y la fórmula nos pareció bien. El tendrá que explicar su versión de los hechos.

Su versión está clara.

La mía también, y si alguien quiere ir a la hemeroteca y revisar lo que pasó en aquel debate de presupuestos, se puede entender perfectamente. 

También ha pedido usted disculpas a los ciudadanos por las leyes no aprobadas, pero apuntando a que ha sido García-Page quien lo ha “impedido”. ¿No hay ninguna autocrítica por la parte de Gobierno que corresponde a Podemos?

Siempre nos hemos caracterizado por ser críticos y por querer siempre más de lo que tenemos, pero me remito a hechos contrastados. No solo no se han aprobado las dos leyes trabajadas por el equipo de Podemos (la Ley de Garantía de Ingresos y la de Participación Ciudadana), sino que también la Ley de Bienestar Animal, o la de Economía Circular, o la de Vivienda, que han sido elaboradas por el bloque socialista de la Junta, las ha paralizado Emiliano García-Page. No las hemos paralizado ni yo ni el consejero de Agricultura ni la consejera de Fomento. Ha sido él quien ha pensado que quizás políticamente le rentaba que eso no pasase. Pedí perdón porque él no lo va a hacer.

¿Sobre la aprobación de esas leyes pendientes se ha hablado en los últimos consejos de gobierno?

Por supuesto, siempre se ha hablado.

¿Y ha habido una presión por parte de Podemos para que esas leyes salieran adelante?

En todas las reuniones y la respuesta siempre ha sido 'no'. 

¿Cuál es el motivo que se ha esgrimido?

Entiendo que tiene que ver con el cálculo electoral. A lo mejor el presidente pensaba que aprobar estas leyes, o nos beneficiaba a nosotros, o le perjudicaba a él, pero eso hay que preguntárselo a García-Page.   

A la luz del hecho de que ninguna de las mencionadas leyes se ha aprobado, de volver a pactar con el PSOE para entrar en el Gobierno castellano-manchego, ¿se endurecerían las condiciones?

Lo importante no son las condiciones que uno pone al principio. Tenemos un ejemplo en el acuerdo de investidura de García Page que firmamos ante notario con el PSOE y que empezaron a incumplir a los cuatro meses, por lo que tuvimos que romperlo. Creo que más que lo que uno promete está la fuerza que uno tiene para hacerlo. La diferencia está entre entrar desde el comienzo en un gobierno y tener un área de gestión clara, y entrar a mitad de una legislatura cuando muchas cosas ya están rodadas. Eso ha dificultado algunas cuestiones. Además, es verdad que la Ley de Garantías de Ingresos no ha salido, pero el Plan de Garantías Ciudadanas sí, porque estaba en los presupuestos. Y ha tenido unos efectos clarísimos; la tasa de riesgo de pobreza se ha reducido cinco puntos en estos dos años en Castilla-La Mancha. Tampoco la Ley de Participación ha salido, pero la dinámica de participación que hemos tenido con los ayuntamientos es casi como si estuviera operativa, lo que nos ha faltado es formalizarla y ahí ha sido García-Page quien lo ha impedido, precisamente en las partes más progresistas.

¿Eso no sería razón de más para una hoja de ruta que contemplara toda la legislatura?

Pero esa hoja de ruta tiene que dejar claras nuestras competencias desde el principio y que esté en nuestras manos. Y luego tiene que haber buena voluntad de entenderse, que a veces no siempre es fácil.

De cualquier forma, esta fase final del 'no' a las leyes de Podemos, ¿ha perjudicado la posibilidad de un pacto con el PSOE? 

Le ha perjudicado más a García-Page, porque si todos los consejeros estábamos diciendo que salieran adelante, y el presidente se ha negado, el que tiene que explicarlo es él. Nosotros dimos nuestra palabra, hemos hecho nuestro trabajo, lo hemos hecho además con mucha solvencia, pero la decisión última es del presidente y es quien tiene que explicar a la ciudadanía por qué estas leyes hoy no son una realidad.

El de Castilla-La Mancha ha sido el único gobierno autonómico PSOE-Podemos en toda España, ¿sigue sirviendo de ejemplo para las futuras negociaciones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias?

Por supuesto. Pedro Sánchez haría muy bien en tener en su gobierno a nuestros compañero de Unidas Podemos. El ejemplo de Castilla-La Mancha demuestra que más allá de las diferencias se puede gobernar mejor. Nosotros estiramos a los socialistas hacia lugares donde no quieren ir o les cuesta ir o tienen las manos más atadas. No lo digo yo, lo dicen todos los datos. Pablo Iglesias nos ha puesto como ejemplo. Claro que puede haber dificultades con dos fuerzas distintas gobernando, pero ya no nos queda otra, el tiempo político en el que vivimos es ese. Hay que entenderse y nosotros sabemos con quién sí y con quién no nos podemos entender.  

García-Page ha mostrado en alguna ocasión su preferencia por gobernar con Ciudadanos, ¿cómo lo interpreta?

El análisis que yo hago es muy sencillo. Con Ciudadanos el PSOE puede hablar de negocios, con nosotros tiene que hablar de política. Pero es realmente curioso que un partido que se dice socialista le tire los tejos a otro que gobierna con la extrema derecha en Andalucía. Es curioso que García-Page le tire los tejos al partido que consiguió fagocitar el gobierno de Susana díaz. Al PSOE le ha costado un gobierno y Page debería prestar más atención a las lecciones de la historia. Pero es cosa suya.

En el caso de que en Castilla-La Mancha gobernaran PSOE y Ciudadanos, y Podemos no obtuviera representación, ¿qué ocurriría con las dos leyes promovidas por su partido, y que ya están aprobadas por el Consejo de Gobierno? 

Tendrán que ir a las Cortes para su tramitación. Y ahí veremos cómo se retrata cada uno. Yo estoy convencido de que la gente del Partido Socialista quiere esas leyes y que por lo tanto cuando lleguen a las Cortes se van a aprobar, y si no, se van a tener que dar muchas explicaciones.

Tras los resultados de las elecciones generales, donde Podemos perdió los dos diputados del Congreso por Castilla-La Mancha, ¿qué expectativas tiene el partido ahora en esta región?

Nuestra expectativa aquí es la de crecer. Siempre hemos dicho que no se pueden extrapolar los resultados de las generales a las autonómicas porque se vota distinto. Creo que aunque hay más partidos en liza, el efecto de Vox en todo el país no va a tener la misma fuerza aquí. Va a haber muchos elementos que van a cambiar. Yo no me fío de las encuestas porque casi siempre se han equivocado con nosotros, pero las que manejamos marcan una tendencia en la que estamos en un suelo alto, y puede que crezcamos.

Es lo que ha apuntado el CIS, que Podemos puede mantener sus dos diputados regionales.

No descartaría que se nos vaya al final arriba o abajo. Hay una clave fundamental. Al entrar otros partidos nuevos, en muy pocos votos se va a decidir un diputado casi en cada provincia. Va a pasar en Albacete, en Ciudad Real y en Guadalajara, y de ahí nuestro mensaje de apelar a los socialistas de corazón y a la gente progresista si no quiere un gobierno de derechas, con Ciudadanos, y para dar continuidad a la hoja de ruta que nos hemos marcado esta legislatura.

¿Cree que hay entre el electorado de Podemos en esta región cierto desencanto por la división y el enfrentamiento entre los dos únicos diputados del partido?

Siempre hay en los partidos quien trabaja contra el secretario general. Emiliano García-Page lo sabe también, que le preguntan a Pedro Sánchez. Me gustaría que fuera evitable pero me parece que no lo es. A mí no me gustan las divisiones internas y sobre todo no me gustan que se exterioricen así. Eso daña a los partidos. Las dificultades hay que afrontarlas de puertas para adentro y luego explicar las soluciones. En eso, nos toca madurar. 

En cuanto a la polémica propuesta de Podemos sobre las oposiciones, ¿sigue avalando Podemos que se favorezca a empadronados en la región tras las críticas de numerosos colectivos e incluso cuando Izquierda Unida se ha desmarcado de la misma?polémica propuesta de Podemos sobre las oposiciones

He estado explicando esta iniciativa a los compañeros y se ha entendido mejor. Creo que a lo mejor se leyó demasiado apresuradamente. Se entendía como una medida excluyente y no excluya a nadie. A lo largo de la historia de la política se han llevado a cabo medidas de discriminación positiva justamente porque se parte de una diferencia o desigualdad que se intenta compensar. En las oposiciones de nuestro país, en algunas comunidades -algo que me parece bien-, tienen elementos diferenciadores en sus baremos que hacen que la gente de allí pueda estar en las oposiciones de allí y también en las de aquí, mientras que no sucede con la gente de aquí. Para compensar esa desigualdad proponemos fórmulas para ver cómo no estamos en una situación de desigualdad. No hemos hablado de excluir en ningún caso.

“Si nunca se hubieran llevado a cabo políticas de discriminación positiva, muchas cosas hoy en día serían muy complicadas”

Pero si el baremo es el empadronamiento, sí que se está excluyendo a quien no está empadronado...

No necesariamente y voy poner un ejemplo, que es muy distinto pero sirve. Cuando se va a contratar a una empresa para llevar a cabo un servicio público, se barema y se puntúa que tenga su fiscalidad en Castilla-La Mancha. Y me parece bien porque tenemos que cuidar a nuestra pequeña empresa. Lo que proponemos es una fórmula, como el empadronamiento, que pueda puntuar. ¿Significa eso que automáticamente se vayan a dar las plazas? Claro que no. Habrá que pasar los exámenes, porque hay otros elementos que entran en juego como la capacidad y el mérito. Creo que se ha entendido de manera exagerada, pero cuando la hemos vuelto a explicar a sindicatos y a los compañeros, se ha entendido mejor. ¿Genera reticencias porque es algo nuevo? Normal, como siempre que se propone algo distinto. Pero si nunca se hubieran llevado a cabo políticas de discriminación positiva, muchas cosas hoy en día serían muy complicadas.

¿Esta propuesta tiene el respaldo del Consejo Ciudadano autonómico?

Hay gente, como todo en nuestro partido, que la ve con buenos ojos y gente con más reticencias, pero dese luego el Consejo de Coordinación sí que la avala, como todas las medidas nuevas y el programa participativo que ha sido votado.

En clave de elecciones municipales, ¿cómo valora el hecho de que en ciudades como Cuenca no haya habido confluencia o como en Toledo, donde los concejales de Ganemos se han retirado en base una lista que consideran “impuesta”?

Siempre hemos buscado la confluencia, en todas partes. Nos reunimos con todos los ayuntamientos y pusimos en valor el trabajo que se había hecho. En algunos sitios se ha llegado a acuerdos y en otros no. Lo respetamos profundamente, aunque no es lo que queríamos. Lo que sí quedó claro desde el principio es que iba a haber primarias en todas las organizaciones para componer una lista. Luego habrá quien se habrá sentido cómodo con el reparto o el acuerdo y quien se habrá sentido incómodo. En el caso de Toledo, yo respeto mucho lo que han hecho los compañeros, pero llevaban el puesto de salida. No sé cuáles son sus razones y lo lamento, igual que en Cuenca y Guadalajara. Está demostrado que la división penaliza y lo vamos a ver en Talavera, y es posible que lo veamos en Toledo y Cuenca. Luego nos tocará reflexionar si lo que hemos hecho es lo mejor.

Por último, como secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, ¿hasta qué punto está ligado su cargo al resultado de estas próximas elecciones?

Está ligado totalmente. Siempre. En política quien no asume responsabilidades está fuera de la realidad y cuando las cosas van mal, hay que poner el cargo a disposición del Consejo Ciudadano. Creo que todos los partidos deberíamos hacer lo mismo. Lo hemos hecho siempre así. Si las cosas van mal, hay que someterse a evaluación y a escrutinio.

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