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Comienza la temporada alta de incendios con los bomberos en una situación “precaria”

Foto: Europa Press

Con junio, se establece como es habitual en Castilla-La Mancha el protocolo por riesgo alto de incendio por el verano, unas medidas que se extenderán hasta final del mismo. Entre estas medidas están el sellado de las barbacoas fijas que hay en diversas zonas de recreo de la región, la prohibición expresa de fumar en cualquier zona de monte o campo y el aumento de trabajo de los trabajadores de GEACAM, los bomberos forestales de la región que durante este tiempo (cuando no han tenido que atender ningún incendio) se han dedicado al desbroce y cuidado de los montes para que precisamente no haya incendios.

Desde la Junta de Castilla-La Mancha se ha querido recordar estas prohibiciones así como pedir a toda persona que se conciencie con la situación y que tenga total precaución: no lanzar ninguna colilla, ni siquiera aparentemente apagada, por las carreteras, no realizar ningún fuego ni controlado en zona de campo y pedir a los ciudadanos que además de que eviten estos peligros, alerten si por su zona ven algún incendio lo antes posible.

De estos trabajos se encargan los trabajadores de GEACAM, una empresa pública cuyos trabajadores llevan varias temporadas pasando rachas en las que consideran que la Junta no les ha tratado como deben y que además en las últimas semanas han vivido desgracias como la muerte de compañeros. El 20 de mayo dos trabajadores de la empresa que precisamente hacían labores de desbroce y pertenecían a un retén del norte de Ciudad Real fallecían en un accidente de tráfico.

Estos trabajadores, que en temporada baja (invierno) solían estar haciendo labores de desbroce hace unos años, ahora pasan varios meses en el paro. Hasta mayo, solo trabajaban por las mañanas en labores de prevención, pero permanecen en guardia por si tienen que ser llamados para algún incendio (se llama a los miembros del cuerpo más cercano, estén haciendo lo que estén haciendo). Así ocurrió el pasado miércoles 27, donde se declaró un incendio en Carranque (Toledo) y enviaron a una cuadrilla que trabajaba cerca a sofocar las llamas.

Junto a agentes medioambientales, los miembros de GEACAM trabajaron con ellos todo el día para sofocar las llamas, un incendio que fue apagado a las 23:30 horas. A mediodía les enviaron desde el cuerpo comida y agua para todos los trabajadores tanto de GEACAM como medioambientales y locales que había trabajando. Sin embargo la sorpresa para los miembros del retén llegó cuando pidieron que les enviaran comida para cenar en vista de que el incendio se alargaba y desde la gerencia se les negó, y se les pidió “que se buscaran las mañas” para poder cenar, ya que no iban a enviar a nadie para llevarles comida. Al agente medioambiental desplazado allí la dirección de GEACAM le dijo que “era una tontería” desplazar alguien para llevarles comida a cuatro personas.

Comisiones Obreras ha puesto una denuncia contra GEACAM por lo ocurrido. “Entiendo que la actuación de los responsables de Geacam podría considerarse, además de vergonzosa y de incumplimiento de las obligaciones de la empresa para con sus trabajadores, un presunto delito contra la salud y seguridad de los trabajadores. Por tanto y teniendo por presentado este escrito pido que realicen de forma urgente las actuaciones oportunas tendentes a que estos hechos no puedan volverse a producir y a levantar las infracciones que pudieran derivarse de estas actuaciones de GEACAM, así como remitir a la Fiscalía de la Audiencia provincial y/o la Fiscalía de Siniestralidad Laboral, en su caso”, dice el escrito presentado por la Federación Agroalimentaria de Comisiones Obreras, y concretamente por su secretario general, José Sánchez de los Silos.

En ese caso, el agente medioambiental desplazado ya mostró su rechazo y repulsa a las decisiones de la gerencia de GEACAM por “abandonar” a un retén sin darle el avituallamiento necesario, indicando también que ellos tomarían medidas para defender a sus compañeros en este tipo de sucesos que quedaron desamparados.

Un caso concreto que muestra el mal estado de GEACAM, con los trabajadores contratados por meses y que en los casos más graves acaban exponiendo sus vidas por apagar incendios forestales en la época más virulenta.

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