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Emiliano García-Page: “No seré presidente de Castilla-La Mancha con coalición alguna”

Foto: Francisca Bravo.

Alicia Avilés Pozo

Con 46 años, Emiliano García-Page ha sido casi todo lo que se puede ser en la política regional. Desde que se convirtiera en uno de los concejales más jóvenes de España, no ha dejado la política, primero municipal y luego autonómica. Consejero durante el Gobierno de José Bono en la región, y tras ser vicepresidente y portavoz del Ejecutivo posterior de José María Barreda, consiguió hace ocho años arrebatar al PP la Alcaldía de Toledo. Ahora, su reto es “desalojar” de la Junta a María Dolores de Cospedal y conseguir un Gobierno de “consenso” para Castilla-La Mancha, que sepa “gestionar la ansiedad y la esperanza de la gente tras cuatro años de pesadilla”.

¿Cuáles son los cálculos electorales del PSOE tras la creciente importancia de nuevos partidos políticos en todo el territorio español?

Cospedal se sale de cualquier cálculo posible. Castilla-La Mancha va a ser la envidia del independentismo catalán y de Artur Mas, porque aquí sí que va a haber un plebiscito: Cospedal Sí, Cospedal No. No creo que valgan para nada los antecedentes. La gente va a tener la ocasión de transformar en votos la queja, el dolor y el llanto. Estas elecciones van a ser sonadas en España.

Al margen de esa reflexión, ¿cuál es su análisis en cuanto a esas fuerzas políticas emergentes?

Por lo pronto, por lo que veo, ni a Podemos ni a Ciudadanos les interesan ni los ayuntamientos ni las comunidades autónomas. Consideran esto como un canapé de cara a las generales. De mala manera se puede construir un proyecto que no vaya de abajo a arriba. Para cambiar la realidad, me da la impresión de que algunos están empezando por el tejado. Pero no tengo problemas en entenderme con nadie, de hecho, lo he intentando hasta con Cospedal, pero es evidente que no tengo madera de héroe. No iba a ser yo el único en el mundo que se entendiera con ella.

¿Ha habido acercamientos con estos nuevos partidos (Podemos, Ciudadanos)?

No, ni los voy a tener. Ni seré presidente de Castilla-La Mancha con coalición alguna. No va a haber ni Cospedal ni Podemos. Si la gente quiere arreglar los temas, yo creo que tiene la fuerza en su voto, pero no sería bueno ir a la urna con un bolígrafo, calculando a ver qué quiniela sale. No se trata de una quiniela a ver quién acierta el 15. Se trata de dejar claro si la gente quiere cuatro años más de desmantelamiento de Castilla-La Mancha o quiere un cambio seguro y sensato, que es lo que representamos nosotros. Es más, si no es sensato, cambio no es, será otra cosa, será aventura. Y aquí la aventura más importante fue la de Don Quijote, que hoy estaría muy cabreado, muy indignado, con Cospedal. Sería el molino contra el que luchar.

Aun así, puede plantearse un panorama parlamentario en el que el PP perdiera la mayoría absoluta y pudiera conformarse una mayoría progresista…

Si aquí hay formaciones políticas que luego quieren obtener prestigio en el conjunto de España, yo creo que el partido que apoye a Cospedal perderá muchas opciones de cara a las elecciones generales y a la Moncloa. Eso lo saben Ciudadanos y Podemos.

¿Y esas reuniones que, según el PP, mantiene con Podemos?

Hubo la cena que todos conocen con Podemos. Y la charla fue amistosa, normal. La última cena que tuve con Cospedal no pasó de 45 minutos y se me hizo larga.

¿Con Podemos no se le hizo larga?

No, de esa cena personalmente yo salí con la convicción de que voy a pedir que no se les vote. No me asustan. Con 46 años no soy refractario al cambio ni a que haya gente que legítimamente quiera usar el Congreso para cambiar España. A mí que Pablo Iglesias quiera ser diputado al Congreso me parece bueno para el país, malo sería que quisiera destrozar el Congreso de los Diputados. Ahora, al mismo tiempo que digo esto, digo que la única opción razonable de cambio es la del PSOE. Todo lo demás es cambiar, pero sin saber hacia dónde.

La entrada de una tercera fuerza en las Cortes regionales o incluso de una cuarta, ¿se valoraría en positivo por parte del PSOE?

Ni positivo ni negativo. Soy partidario de que las legislaciones sean pactadas, sean consensuadas y sean representativas. Lo que sería dramático es que hubiera 300.000 votos que se tiren a la basura, y que no tengan representación. Que eso es lo que ha intentando Cospedal, hacer trampas. Las mismas que se ve que quieren hacer en la calle Génova y en el PP. Es evidente que a estas alturas va a haber mucha gente en el PP que me felicite el 24 de mayo y me agradezca que la hayamos quitado de en medio, políticamente hablando. De hecho, yo estoy dispuesto a hacer ese favor a mucha gente del PP.

Hay diversos colectivos sociales apelando a la petición de una mayoría progresista para un rescate social de la región, ¿será esa la prioridad?

Sí, la región requiere un rescate. Y quitar a Cospedal no va a arreglar todos los problemas, pero sin quitarla de la Presidencia, será imposible arreglarlos. Se ha convertido en el principal freno de la región en muchas cuestiones, y en otras literalmente ha sido la piqueta. Echarla no significa arreglar todo de golpe, pero sí empezar a arreglarlo.

¿Cuál sería el primer paso del primer día de García-Page como presidente?

Convocar a todos los interlocutores sociales para fraguar un camino conjunto, un pacto, sin ninguna duda. Lo verdaderamente importante es saber que esto no lo va a arreglar una sola persona, ni siquiera a lo mejor una mayoría concreta, sino que la mayoría tiene que ser respaldada y dialogada con todos los colectivos sociales. El agujero que ha hecho Cospedal es enorme, empezando por la propia autoestima de la región.

¿A qué se refiere con la “autoestima”?

A que ella no quiere a esta tierra, se le nota por los cuatro costados y eso se refleja en el permanente insulto a la inteligencia de los ciudadanos que es la televisión de Nacho Villa (director general de Ente Público Radiotelevisión de Castilla-La Mancha). No he conocido en Europa un caso tan lamentable de perversión informativa y manipulación. Al principio me molestaba a mí y a mi familia, luego a muchos socialistas, pero ahora simple y llanamente hacer lo que hacen con la televisión pública es faltar al respeto de la gente. Ese es el mejor reflejo de cómo gobiernan, desde la prepotencia, desde la chulería, desde la soberbia. Si hubiéramos dado con un presidente normal, que fuera moderado, que hablara con los ciudadanos, que recibiera a los periodistas incluso aunque le critiquen, seguramente a mí me costaría mucho más desalojarla de la Presidencia. Pero sería más sano para la gente de la tierra.

¿Cambiará el PSOE la Ley Electoral si vuelve a gobernar?

Pactaremos las reglas del juego con todo el mundo, sí. Pero no solo la Ley Electoral, que es una pieza de un todo más grande que es el Estatuto de Autonomía. Hay que recomponer todas las heridas institucionales y llegar a consensos institucionales, evidentemente.

¿En ese caso se volvería a ampliar el número de diputados?

Bueno, sería cuestión de discutirlo con los partidos políticos. Yo creo que lo verdaderamente importante es por qué lo ha hecho Cospedal. Ella lo hace para hacer trampas y la única manera de no hacerlas es que la ley sea pactada y consensuada, a ser posible por unanimidad de todo el mundo.

¿Sería posible revisar el método de asignación de escaños?

Yo no tengo límites en el debate institucional. Lo importante sería cerrar un acuerdo para que esto dejara de ser una discusión y evitar que cualquier presidente pueda modificarla a capricho. Cospedal es el único caso en toda la democracia -que ni siquiera (Juan José) Ibarretxe (ex lehendakari del País Vasco) se atrevió a llegar tan lejos-, en el que un solo partido con sus solos votos ha hecho lo que le ha dado la gana. Es lamentable que se le tolere, y yo espero que los ciudadanos no consientan cuatro años más de soberbia.

¿Cómo se puede arreglar la situación de los dependientes en Castilla-La Mancha tras la anulación judicial del desarrollo de la Ley de Dependencia?

Yo voy a derogar toda la normativa que ha hecho Cospedal en ese sentido y a pactar el desarrollo de la ley. Lo que han hecho es esterilizar una ley que tenía que dar frutos, que tenía que dar a luz. Los gobiernos no son solo gerentes, no son solo gestores. Gestionar en política significa utilizar todos los órganos del cuerpo, a ser posible también el corazón. Y este es un gobierno desalmado; han practicado la política de ‘ojos que no ven, corazón que no siente’ y así hemos llegado a las elecciones. Ni sienten ni ven lo que pasa en esta tierra. Se conforman con tener a sicarios informativos que le hagan el trabajo sucio pensando que la gente es tonta.

¿Cuáles serían los primeros pasos para solucionar los problemas en sanidad que denuncian plataformas, pacientes y profesionales sanitarios?

Aquí la gente no nos pide que inventemos la pólvora. Lo que la gente me pide todos los días es que retomemos lo que teníamos. En muchos casos va a ser recuperar y reconstruir. Los grandes consensos sanitarios estaban hechos en la región y ahora habrá que plantear una clara agenda de recuperación, pactada, porque es evidente que si soy presidente se van a agolpar multitud de demandas. Soy consciente del nivel de ansiedad de mucha gente. Por tanto no veo problema en lo que hacer, pero sí veo que hay que pactar los ritmos para hacerlo. Hay que gestionar la esperanza y la ansiedad de la gente para olvidar la pesadilla de estos cuatro años.

¿Y en el caso de la atención a los inmigrantes ‘sin papeles’?

Castilla–La Mancha lo que hará será llevar una iniciativa al Consejo Interterritorial de Salud, porque es algo que hay que plantear a nivel nacional. Es la regulación del Ministerio lo que hay que cambiar y no me costará bajo ningún concepto llegar a acuerdos con otras comunidades autónomas para plantear esos cambios. Por supuesto, no se va a quedar ninguna persona sin atender desde el punto de vista humanitario.

¿Tengan o no papeles?

Como dicta el sentido común y la humanidad. El problema es que los que más golpes se dan el pecho con ideas religiosas son los que han sido capaces de dejar a la gente sin tarjeta sanitaria en la puerta de un hospital. Y eso no se arregla con una confesión.

¿Cómo retomaría la política hídrica llevada a cabo en la región?

Pues Cospedal podría perfectamente cambiar su ático de Marbella por uno en la Manga del Mar Menor, porque realmente en Murcia tienen que estar muy agradecidos con la traición que ha hecho a la bandera hidráulica de la región. Le ha salido muy caro a esta tierra su puesto de secretaria general del PP. Porque en todos los casos ha antepuesto este cargo a los intereses regionales, tanto en el vertedero nuclear, que ahora resulta ser una lotería, como en el agua. Es una vergüenza, ha firmado lo contrario de lo que votó aquí. Por nuestra parte, vamos a plantear la revisión por completo de los planes hidrológicos y vamos a hacerlo todo por mecanismos legales.

¿Qué margen de maniobra hay para impedir un cementerio nuclear en Castilla-La Mancha si es el Ministerio quien lo estipula así?

Hay todo el margen. Además, en el Ministerio están asustados, primero por las facturas que han visto de los gestores de Enresa, que esas se van a terminar sabiendo, y segundo por el suelo. Es verdaderamente increíble que se haya decidido establecer un basurero nuclear en una zona, y sea ahora cuando se hagan los estudios de seguridad. Solo el sobrecoste de la obra de Villar de Cañas vale más que el Hospital de Cuenca. Una vez que hayamos ganado a esta maquinaria de triturar carne y de generar odio que ha montado Cospedal, a partir de ahí todo será mucho más asequible.

Y, ¿qué hay de los grandes números, de la cuentas de la Comunidad Autónoma, uno de las principales reproches del PP al Gobierno anterior del PSOE?

Hay que renegociar las condiciones financieras de la comunidad con el Estado. A Cospedal le han interesado más los piropos de (Cristóbal) Montoro, que por otro lado hay que tener gusto, que los problemas de la gente. Y todo para terminar doblando el déficit previsto. Ni siquiera ha cumplido con eso después de tanto dolor y sacrificio. Ha suscrito Cospedal tantos préstamos con los bancos como los gobiernos de (José) Bono y (José María) Barreda juntos, unos en 30 años y ella en tres.

En el caso de que no ganase las elecciones, ¿renunciaría a seguir liderando el PSOE en Castilla-La Mancha?

Eso no dependerá de mí, dependerá del resto de los compañeros. Estaré a su disposición. Yo creo que estoy haciendo un servicio a mi partido. Asumí dirigir el barco a puerto después de 28 años de gobierno y creo que esa responsabilidad, en plena crisis, la he cumplido a satisfacción. Estoy muy satisfecho del cariño y del apoyo de todo el mundo. Y además, me importa un pimiento lo que me pase en el Partido Socialista si seguimos teniendo cuatro años más a Cospedal. Es más, no creo que le importe a nadie.

¿Qué ha aprendido el PSOE en estos cuatro años de oposición en la región?

Hemos aprendido bastantes cosas. Hemos aprendido a valorarnos. Éramos un partido que no sabía hacer oposición porque nunca había tenido esa oportunidad, y es evidente que la hemos hecho de manera constructiva y aguantando la mundial. Yo aguanto todos los días un cubo de aceite hirviendo, no solo de la televisión pública y de algunos medios comprados y manipulados, sino de una administración que no tiene más objetivo que asesinarme políticamente. Soy consciente de que soy el gran estorbo para Cospedal. Hubieran estado encantados de caciquear en la región sin nadie que les levantara la voz. Y me siento en ese sentido como en una etapa fructífera para aprender política.

También hemos perdido la ingenuidad sobre muchos dirigentes del PP que se habían pasado la vida pidiendo favores, buscando consensos, y que se han convertido en auténticos dirigentes desalmados. Yo soy creyente y creo en un futuro de la eternidad, pero me cuesta verme allí con muchos de los que han gobernado esta tierra durante cuatro años.

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