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Envían cartas a varios alcaldes de Cuenca advirtiendo de un “trasvase” para facilitar una macrogranja

Almendros (Cuenca)

Carmen Bachiller

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La Asociación para la Defensa de la Economía Responsable de Almendros (ADERA), en Cuenca, ha remitido una carta a todos los alcaldes que forman parte de la Mancomunidad de Aguas ‘El Girasol’. En concreto a los ayuntamientos de Santa Cruz de la Zarza, Pozorrubio de Santiago, Tarancón, Almendros, El Acebrón, Barajas de Melo, Leganiel, Torrubia del Campo, Tribaldos y Zarza del Tajo.

En la misiva, informan de la presentación de alegaciones por parte del colectivo vecinal al anuncio publicado por la Confederación del Guadiana en el Boletín Oficial de la Provincia de Cuenca, con fecha 19 de noviembre, en el que explican que “sorpresivamente”, el Ayuntamiento de Tarancón ha solicitado un aprovechamiento de aguas de una vieja captación en desuso destinada a algunos municipios de la comarca, entre ellos el propio Almendros, “sin que conozcamos quién o qué necesidades lo reclaman”.

Según el Boletín, la solicitud tiene como objetivo “ampliar el volumen máximo anual de 1.049.375 m³/año hasta un total de 1.674.000 m³/año” para el abastecimiento del núcleo urbano de Tarancón, El Acebrón, Villarrubio, Almendros, Tribaldos y Rozalén del Monte.

En la misiva, ADERA se presenta como “un grupo de vecinos de Almendros que hace casi un año nos hemos constituido en asociación” con el objetivo de defender “proyectos sostenibles, el medio ambiente, el entorno y los bienes comunes existentes en el municipio y la comarca” y que nació contra lo que califican en la carta de “una palmaria indecencia política: la venta o permuta por parte de nuestro alcalde, don Acisclo Jiménez, de dos fincas de su propiedad para construir en ellas dos granjas de cerdos”.

Detallan que una de las explotaciones es “de medianas proporciones promovida para la investigación”, y una segunda, de 80.000 lechones al año, incluye una incineradora de cadáveres que, dicen, ha sido “incorporada en el proyecto aprovechando su doble condición de alcalde y titular de fincas rústicas y de la proximidad de un pozo público de emergencia ‘Pozo del Cerro del Espino’ que abastece agua a Villarrubio y Almendros en caso de emergencia”.

También explican lo que consideran “importantes deficiencias técnicas y administrativas en su tramitación”, respecto a la granja más grande que, recuerdan, “ ya hemos trasladado a la Junta de Comunidades y que ahora están en manos del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha”.

Comentan que la carta tiene su origen en algunas informaciones que, dicen, “aunque no están contrastadas, nos han producido gran inquietud”. Se refieren al papel que podría jugar la Mancomunidad de Aguas El Girasol “si el expediente de macrogranja presentado inicialmente no prosperara ante los tribunales” a la hora de “buscar nuevas soluciones administrativas para dar validez a la cacicada de nuestro alcalde de Almendros” .

Y es que, la petición a la Confederación del Guadiana por parte del Ayuntamiento de Tarancón supone, aseguran, “un trasvase de aguas entre cuencas (Guadiana/Tajo), cuando todos nuestros pueblos fueron obligados precisamente por la Junta de Comunidades y el Ayuntamiento de Tarancón a prescindir de estas captaciones de la deficitaria Sierra de Altomira y abastecernos del Tajo”.

Aseguran que la solicitud de agua del Ayuntamiento de Tarancón -según el anuncio para los municipios de Tarancón, El Acebrón, Villarrubio, Tribaldos y Almendros- “ tiene su origen, al menos una parte de ella, en un pozo de abastecimiento en desuso, en el paraje de La Fuencaliente, y a cuya titular de la parcela no se ha informado, por cierto- (también ha alegado) conectada a una línea subterránea o conducción de fibrocemento que atraviesa todo nuestro término municipal”. Recuerdan que es, “precisamente en el entorno de esta vieja tubería en desuso en la que se pretendía asentar la polémica macrogranja”.

La carta dirigida a cada alcalde advierte que “como ciudadanos que queremos ver en nuestros alcaldes y cargos públicos un ejemplo de ética así como un espejo de decencia y honorabilidad” por lo que reclaman a los ediles que “a la hora de tomar decisiones desde la Mancomunidad que puedan afectar a este proyecto tomasen en cuenta también nuestro punto de vista”.

La misiva “pretende ser una amable invitación a que, en la medida de su responsabilidad, no ligue sus decisiones públicas al interés particular de un alcalde o un promotor privado, por importante que sea” y que, por otro lado, “menos aún que caigan en el despropósito de soberbia y arbitrariedad en el que ha incurrido nuestro pobre alcalde de expulsar del censo a quien hemos recurrido públicamente esa indecencia”.

Aclaran, por otro lado que, “pese a nuestro proceder en defensa de lo público, lo ético y lo legal, no tenemos ninguna posición contraria a que Incarlopsa –industria clave de la comarca- se expanda por la provincia, por la región y por todo el mundo” y por el contrario dicen estar “a favor de esta industria clave de la comarca, pero sin que ese desarrollo se asiente sobre cimientos más próximos a la corrupción que al desarrollo sostenible. Tampoco sobre atajos ni falsos trasvases de indecencia política”.

Mientras, Incarlopsa quiere convencer a los agricultores de que cambien cultivos

De forma paralela a la batalla que libran los vecinos de Almendros contra la macrogranja porcina auspiciada por la empresa Incarlopsa con sede en Tarancón, la integradora asociada a la cárnica, ICPOR, se ha reunido con 150 agricultores conquenses, en colaboración con ASAJA y la Universidad de Castilla-La Mancha, para presentarles su “proyecto agrícola”.

Se trata de una iniciativa que según ICPOR fomenta “la economía circular” y persigue diversificar la tipología de cultivos en la provincia “mejorando la calidad del suelo y el medio ambiente de los campos de Castilla-La Mancha”. Aluden, en concreto, a las necesidades de abastecimiento de la futura planta de Montalbo que “incluyen cultivos como proteaginosas y leguminosas, productos no muy habituales en el campo castellano-manchego” que tiene previsto construir Incarlopsa como fábrica de piensos para nutrir al más del millón de cerdos que tienen previsto criar en la provincia conquense.

Frente a las críticas de las plataformas vecinales que hablan de los peligros de la contaminación de los suelos y las aguas derivados de este tipo de actividad, ICPOR dice que se comprometerá a “la compra de materia prima de proximidad, aportando estabilidad y seguridad al agricultor”.

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