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El Geoparque aspira a ser el “pulmón del turismo verde” en la comarca de Molina de Aragón

FOTO: Raquel Gamo

Raquel Gamo

Miles de hectáreas de bosques dorados por los albores del otoño, acantilados de vértigo, llanuras fértiles, rocas milenarias, fauna salvaje y flora autóctona vigilados por el susurro de un río joven e inquieto que se abre paso sorteando la accidentalidad de un paraje virgen y todavía desconocido. Parece la descripción de un destino exótico y lejano, propio de una publicación de viajes. En realidad, es el retrato a grandes pinceladas de un espacio geológico y natural único de Castilla-La Mancha: el Geoparque de Molina-Alto Tajo.

Quién le iba a decir a Joseph Torrubia, que en 1754 publicó ‘Aparato para la Historia Natural’, considerado el primer tratado de paleontología española, que sus hallazgos paleontológicos y mineralógicos en la comarca de Molina de Aragón (Guadalajara) se iban a traducir, al cabo de tres siglos, en un Geoparque de proyección internacional.

Esta zona cuenta con uno de los antecedentes más antiguas de estudios geológicos en España. Y éste es precisamente uno de los pilares en los que se asienta un proyecto orientado a aprovechar la riqueza geológica del Señorío de Molina. Enclavado en el corazón del Parque Natural del Alto Tajo, el Geoparque cuenta con una superficie de alrededor de 4.190 kilómetros cuadrados y abarca total o parcialmente 70 términos municipales en Molina de Aragón. Con una población de 10.370 habitantes, de los cuales un tercio viven en Molina, se trata de uno de los desiertos demográficos de la conocida como España vacía. Una vasta área rural sin polígonos industriales y donde el hombre –los pocos que quedan- viven en armonía con el entorno y trabajan del agro y la ganadería.

Además de tratarse de un área formada de un rico patrimonio geológico y paisajístico destinado a la conservación y a la divulgación científica, el Geoparque está concebido como un instrumento para el futuro que actúe como motor de la economía local, lastrada por la despoblación. “El Geoparque es una estructura de repoblamiento de la zona, que va permitir crear puestos trabajos dignos ligados al turismo de la naturaleza en aquellas localidades que disponen de población estable y de las infraestructuras necesarias”, explica Manuel Monasterio, gerente del Geoparque de Molina a eldiarioclm.es.

Monasterio pronuncia estas palabras durante el reciente viaje organizado por la Confederación de Empresarios de Guadalajara (CEOE-Cepyme), en colaboración con la Diputación de Guadalajara, para medios de comunicación nacionales e internacionales especializados en turismo. Durante dos jornadas, más de una treintena de empresas de comunicación recorrieron algunos de los destinos más emblemáticos del Geoparque molinés.

El recorrido comenzó con la visita guiada a la Cueva prehistórica de Los Casares un monumento nacional desde 1935 que alberga una serie única de pinturas rupestres del paleolítico con una antigüedad de más de 10.000 años. A continuación, la expedición continuó hacia el monasterio cisterciense de clausura de Buenafuente del Sistal, del siglo XIII, una parada en el mirador del Puente de San Pedro, paraje turístico del parque natural donde se une el río Gallo al Tajo; el municipio de Zaorejas, considerado como una de las puertas a este espacio natural. La jornada concluyó con un descendimiento a pie del Barranco de la Hoz, el mirador más elevado del Alto Tajo, a través de una sinuosa senda tallada con escalones sobre la propia roca arenisca.

Durante la segunda jornada, el grupo de periodistas tuvo la oportunidad de conocer la Sierra de Caldereros, integrada en la Red Natura 2000, donde se localiza el Castillo de Zafra, escenario de la popular serie de ‘Juego de Tronos’ y el casco histórico de Molina de Aragón, capital de la comarca. La actividad, financiada por la patronal alcarreña a través del convenio que mantiene con la Diputación de Guadalajara, se plantea como una de las estrategias para promocionar turísticamente a la provincia. La intención es reeditar la cita anualmente, después del viaje a la Alcarria programado en 2016 y la visita al Geoparque de molina Alto Tajo este año.

Entre los responsables políticos que acompañaron a los periodistas durante la ruta se encontraban el presidente de la Diputación Provincial, José Manuel Latre, quien valoró la gran aceptación que había recibido el viaje: “Nuestro objetivo es impulsar el turismo y por ello la Diputación apoya toda iniciativa que vaya encaminada a dinamizar la economía provincial”, subrayó. También participaron los diputados provinciales Jesús Parra, Alberto Domínguez, Lucía Enjuto y Yolanda Ramírez. Por su parte, el presidente de la patronal alcarreña, Agustín de Grandes, felicitó a la Diputación por la iniciativa y animó a los periodistas “a plasmar todo lo que han visto para dar a conocer esta zona y nuestra provincia”.

Desarrollo económico

Un geoparque es un territorio que presenta un patrimonio geológico notable, que debe ser conservado y usado como motor para el desarrollo local. Desde noviembre de 2015, estos espacios son un subprograma de la UNESCO integrado en el programa de Ciencias de la Tierra y Geoparques. La declaración de geoparque, según explicaron los responsables del molinés, “lleva implícita unos objetivos económicos y de desarrollo muy claros basados en tres principios básicos: La existencia de un patrimonio geológico que sirva de protagonista y eje conductor; la puesta en marcha de iniciativas de geoconservación y divulgación y la potenciación del desarrollo socioeconómico y cultural a escala local.

Monasterio considera que la actividad del Geoparque puede “paliar el despoblamiento sosteniendo a la población joven, mediante trabajos cualificados”, aunque admite que “el despoblamiento es un río imparable que depende de una política de Estado” y que de no revertirse conduce al medio rural a “una España vacía” frente a otra realidad de grandes ciudades conectadas por autopistas y trenes de alta velocidad.

Surgidos durante la década de los 90 en Europa, España es uno de los países fundadores de los Geoparques, junto a Francia, Alemania y Grecia. Actualmente, la Red Mundial de Geoparques, de los cuales 64 se ubican en Europa, abarca 32 países. En España, además del Geoparque molinés, existen otros 10 localizados en el Maestrazgo (Teruel), Parque Natural de las Sierras Subbéticas (Córdoba), Parque Natural del Cabo de Gata (Almería), Sobrarbe (Huesca) y Costa Vasca (Guipúzcoa), Sierra Norte de Sevilla, Villuercas-Ibores-Jara (Cáceres), Cataluña Central (Cataluña), Isla del Hierro (Islas Canarias) y Lanzarote y Archipiélago Chinijo (Islas Canarias).

En concreto, el Geoparque de la Comarca de Molina de Aragón-Alto Tajo recibió las credenciales como miembro de pleno derecho de la Red Europea y la Red Global de Geoparques en septiembre de 2014, durante la sexta Conferencia Internacional de Geoparques, celebrada en Stonehammer Geopark (Canadá).

La página web de este espacio sostiene que “el territorio del Geoparque se corresponde con el Señorío de Molina-Alto Tajo, una de las cuatro comarcas naturales que conforman la provincia de Guadalajara”. En realidad, la comarca siempre ha llevado el nombre de Molina de Aragón, si bien el impulso que durante los últimos años ha recibido el Alto Tajo, constituido en parque natural ha convertido a este enclave en “un proyecto destinado al desarrollo socioeconómico de todo el territorio, tal como señala José Antonio Lozano, director conservador del Parque Natural del Alto-Tajo.

Para Manuel Monasterio, el Geoparque y el Alto Tajo son “una realidad compartida a través de la que fusionamos la geología y la naturaleza de nuestra tierra para crear una marca única que se convierta en un destino turístico”. Con una extensión de 105.721 hectáreas, este espacio protegido comprende un total de 36 municipios de la provincia de Guadalajara y otras dos poblaciones de Cuenca. La visita puede realizarse recorriendo varias rutas turísticas señalizadas como el Valle del Mesa, el monumento natural de Fuentelsaz o la Sierra de Caldereros.

Diversidad medioambiental

Además del patrimonio natural que alberga el Geoparque y el cultural, con 10 bienes de interés cultural y dos zonas arqueológicas, el pilar sobre el que se cimenta el Geoparque molinés es su patrimonio geológico, unido a su extraordinaria geodiversidad. Destaca, según sus responsables, “la presencia de importantes series estratigráficas paleozoicas (Ordovícico y Silúrico) y mesozoicas (Triásico, Jurásico y Cretácico), la amplia variedad litológica, la existencia de diversos yacimientos mineralógicos y paleontológicos, diferentes ámbitos tectónicos y una gran diversidad geomorfológica que se traduce en la variedad de los paisajes presentes en el territorio”. Destacan la sección del Silúrico inferior, la sección del límite Toarciense-Aaleniense de Fuentelsaz, los árboles fósiles pérmicos de la Sierra de Aragoncillo; la sección Pérmico-Triásico del Barranco de la Hoz; o los pliegues de Orea y Cuevas Labradas.

Y para muestra, el botón reciente de la aprobación por parte de la Junta de Castilla-La Mancha del Estratotipo de Fuentelsaz como Monumento Natural, reconocido como el mejor registro del tránsito entre el Jurásico Inferior y Medio, hace 175 millones de años. Esta medida garantiza su protección y la puesta a disposición para que la comunidad científica pueda realizar sus investigaciones en este lugar reconocido por la Unión Internacional de Ciencias Geológicas (IUGS). El reconocimiento al Estratotipo de Fuentelsaz culmina el trabajo de más de una década entre el ayuntamiento de la localidad y los especialistas que han trabajado en este proyecto. “Lo más importante fue implicar a la población local en el proceso para que conozca su importancia y valor, se sienta orgullosa de su patrimonio y adquieran un compromiso en su protección y conservación”, afirma Manuel Monasterio.

Los responsables del Geoparque subrayan los trabajos de investigación y de conservación en materia de “geoconservación” que vienen realizando tanto el Parque Natural del Alto Tajo –creado en 2000- como el Museo Comarcal de Molina de Aragón, que impulsa una intensa labor divulgativa en este ámbito. Algunas de estas iniciativas se han materializado en la creación de nueve rutas de interpretación geológica autoguiadas, con un total de 120 kilómetros y 91 paradas equipadas con paneles y placas, y otras dos en el Valle del Mesa y en la Sierra de Caldereros. También se han editado folletos para divulgar esos itinerarios, una completísima guía geológica del Parque Natural y diversa información geológica en los cuatro centros de interpretación del Alto Tajo.

El proyecto del Geoparque de la Comarca de Molina y el Alto Tajo pretende “aunar los esfuerzos de estas dos entidades”, según Monasterio, tras crear una estructura destinada a coordinar las iniciativas e intensificar la relación con las administraciones. Cuatro años después de que fuera reconocido como miembro de Geoparques de la Unesco, el siguiente reto al que se enfrenta es la primera evaluación de expertos que tendrá lugar en 2018 y que decidirá sobre su continuidad en la red internacional de espacios geológicos.

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