Libros en busca y captura
21:30 horas. Acabo de cenar y me conecto a Internet. Veo en Facebook que han liberado ‘La conjura de los necios’ de John Kennedy Toole. Llevo mucho tiempo detrás de esta obra. En las fotos indica que está por la zona del Parque de Bomberos. Está cerca de casa. Me voy de caza.
21:45 horas. Llego a la zona y busco, pero no encuentro nada. Entro en la aplicación y pido más pistas. Tras unos minutos, me dicen que está en la glorieta.
22:00 horas. A las faldas de la escultura de la rotonda está el libro. Subo a las redes la foto con la presa en mis manos.
22:30 horas. Ya en casa comienzo a disfrutar de su lectura. Dentro de un mes liberaré el ejemplar para que otros puedan leerlo.
Éste es el simulacro real de una ‘cacería’ que pueden protagonizar a diario cerca de 2.000 conquenses que participan en una peculiar iniciativa que está revolucionando las redes sociales. El juego ‘Cazadores de libros en Cuenca y provincia’ nace con el objetivo de convertir la ciudad en una gran biblioteca pública al aire libre.
La idea parte de Antonio Niño, técnico de la Biblioteca Pública ‘Fermín Caballero’. Antes de aterrizar en España, este original concepto surge de la imaginación de una profesora alemana, quien tras el boom de la caza de los Pokemon, que se convirtió en el entretenimiento mundial el pasado verano, decide cambiar estos seres por libros con tal éxito que el juego se ha extendido también a muchos países. En el caso de nuestro país, Sevilla y Málaga han sido las pioneras, aunque se ha desarrollado casi simultáneamente en Cuenca.
Según explica su impulsor, se trata de fomentar la lectura y compartir esos libros que la gente tiene en su casa y que probablemente nunca más leerá o no saben qué hacer con ellos. Asimismo, se persiguen otros objetivos como reactivar el amor por los libros entre aquellos que leen menos de lo que quisieran; animar a leer desde edades tempranas- puesto que también se liberan ediciones infantiles y juveniles-; implicar a las familias lectoras; propiciar las relaciones interpersonales y sumergirnos en la aventura de la caza del conocimiento y de la diversión a través de hábitos saludables.
¿Cómo se puede participar?
Desde el pasado 23 de abril que se puso en marcha coincidiendo con el Día del Libro, ya se han unido a esta singular comunidad lectora cerca de 2.000 cazadores, y la lista aumenta a razón de unos 50 diarios. Los requisitos para participar son tener el carné de la Red de Bibliotecas Públicas de Castilla-La Mancha y adherirse al grupo de Facebook.
En cuanto a las instrucciones, son sencillas: seleccionar las obras a liberar y hacer una foto en las que se vea título y autor; acompañar cada libro con una nota, por ejemplo, ‘Enhorabuena por cazar este libro. Cuando me termines, libérame. Gracias’; y esconder los ejemplares en cualquier punto de la ciudad, a ser posible en lugares frecuentados o emblemáticos. Como pista, en el muro del grupo hay que incluir una foto del entorno del escondite que sea reconocible y poner un hashtag que ponga libroliberado y zona en la que se libera (#libroliberadopuentesanpablo).
Quien desee el libro se desplaza a ese lugar a buscarlo y cuando lo encuentra debe avisar al resto de los cazadores con el hashtag #librocazado y subir una instantánea con el ejemplar. Quien encuentra una obra debe dejar otra a cambio escondida en otro lugar. Y así sucesivamente.
Además de libros de ‘carne y hueso’ el juego también incluye libros digitales, a través de una pegatina con un código QR situada en diferentes puntos que da acceso a la e-Biblio regional, con más de 2.000 títulos de novelas para leer en cualquier soporte digital.
Mónica Martínez, también técnico de la Biblioteca y ‘cazadora’, indica que este sistema “resulta más atractivo que venir físicamente a la biblioteca, porque por desgracia la gente aún tiene un concepto muy estancado de que aquí se viene solo a estudiar, pero no se imaginan la diversidad de libros que tenemos”. Antonio Niño espera que ‘Cazadores de libros’ sea una biblioteca permanente y que cada vez se sumen más conquenses. Hasta la fecha se han liberado más de 300 libros de parques, esculturas, edificios emblemáticos... Y la caza continúa.
