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Recuperando el bosque autóctono de la Sierra Norte para evitar “futuros desastres” y crear 'el Bosque de la Solidaridad'

Valle del río Ungría, en Guadalajara

Francisca Bravo Miranda

La Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono (ARBA) y Ecologistas en Acción de Guadalajara han organizado, con motivo del Día del Bosque Autóctono, una repoblación forestal. Se han recogido bellotas autóctonas de la zona, que se plantarán en el Barranco de la Hiruela, en las proximidades del poblado de Fraguas. Los organizadores recuerdan que “no es la primera vez que se ha llevado a cabo una plantación en esta zona, cuyo objetivo es la restauración forestal de este paraje”.

Este año, la actividad quiere, además, apoyar al colectivo de pobladores de Fraguas creando el 'Bosque de la Solidaridad', para llamar la atención al “potencial que tiene el proyecto en la educación ambiental y actividades de concienciación”. La actividad se ha programado para este sábado 23 de noviembre, a partir de las 10:00 de la mañana, y habrá igualmente varios talleres y comida popular en Fraguas.

Simón Cortés, de la Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono, explica que el Día del Bosque Autóctono se celebra desde 1988, gracias a un manifiesto en favor de recuperar el patrimonio forestal. Más de un centenar de grupos se han adherido a la iniciativa en toda la península ibérica. En el caso particular del monte de Utilidad Pública nº277, 'Fraguas', recuerda el incendio que sufrió hace ya más de una década. Para luchar contra las consecuencias de dicho siniestro se siguen haciendo actuaciones porque la ladera está “bastante pelada”.

En esta ocasión, se plantarán encinas y quejigos, en la zona de solana y umbría, respectivamente. Hasta ahora, la asociación ha localizado hasta una docena de cárcavas, muestra de erosión en el suelo. “La idea es plantar semillas y evitar que estas cárcavas se hagan mayores. La erosión hace que cuando llueve mucho, se tienen a crear unos huecos sin ningún tipo de vegetación y la tierra se va yendo al arroyo, y el arroyo la baja”, explica Cortés. Esto hace que muchas veces se “arrastra todo”.

De este modo, se pretende prevenir que las lluvias finalmente acaben llegando hasta los poblados. “Es una manera de ir recuperando el bosue autóctono pero también evitar que pueda ocurrir en un futuro una desgracia a los pueblos de abajo a través del arroyo. Para que no ocurra lo que ocurre en muchos sitios con las inundaciones”, afirma Cortés. Además, recalca que la bellota es toda autóctona, porque son “muy puristas” y quieren mantener los “distritos vegetales” como son desde su origen.

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