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Refugiados, desahuciados, luchadores: Víctor Claudín contra el poder “devorador” en ‘Contracuentos’

Portada de 'Contracuentos'

Alicia Avilés Pozo

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Hace cuatro años, el escritor y periodista Víctor Claudín participó en una caravana de activistas que se hizo hasta Gracias para denunciar ante los gobiernos occidentes la pésima gestión de la crisis de refugiados. En Tesalónica se reunieron manifestantes de toda Europa y pudo conocer de primera mano algunas historias y testimonios que le marcaron para siempre. Hoy esos días en los que los desplazados se contaban por miles casi se han olvidado, y aunque seguimos observando la constante llegada de migrantes por mar y tierra, la conciencia ciudadana parece perdida. Pero no en la mente y en la prosa de este activista madrileño.

 “Mi idea desde entonces era construir un conjunto de relatos de ficción que partiera de esa realidad injusta, insolidaria. Creo que es algo que resulta imprescindible denunciar desde todos los territorios, sobre todo desde la denuncia periodística, como se hace; pero también, por ejemplo, desde la literatura”, comenta.

Así nació ‘Contracuentos’ (HG Editores), un conjunto de relatos que son la voz no solo de los refugiados, de los que huyen de sus países y sus hogares por las guerras, sino también de los desahuciados (el propio autor sufrió los embates de las fauces hipotecarias), los desamparados, los que ya no encuentran salida o los que la encuentran pero no pueden llegar a ella. Cuentos descarnados, sin apenas concesiones, como punzadas periodísticas, muchos a un paso del reportaje, y titulados siempre con palabras que comienzan por ‘contra’. “Siempre contra el poder que todo lo devora”.

Víctor Claudín cuenta lo que siente, “sin disfraz”. Muchos de los relatos son muy duros pero él opina que siempre “hay motivos para la esperanza”. “Yo ahora mismo estoy ilusionado con el gobierno actual, sabiendo que hay que estar muy pendiente de la evolución de su trabajo y de que no les van a dejar alcanzar demasiados de los objetivos propuestos, pero ilusionado al fin y al cabo”. Pero aclara a que esa esperanza hay que llegar “conociendo y asumiendo la terrible realidad de tantos ámbitos de la vida, comprendiendo quién es el enemigo de la justicia social, de la convivencia en paz y del desastre de nuestro hábitat”.

“Hay que conocer lo que verdaderamente pasa en las casas, en las calles y en los centros de trabajo, y no lo que nos muestran en la televisión. Los motivos para la esperanza están en mucha gente dispuesta a cambiar este rumbo cruel y avasallador desde muchas atalayas y calles diferentes, y en que este sistema es imposible que pueda mantenerse tal y como va, porque es tan voraz que se está devorando a sí mismo”, subraya.

Para ese objetivo, ¿hace falta más literatura comprometida con las denuncias sociales? El autor cree que sí y que es además “muy necesaria”. Opina que la creación ha de ser libre, no sujeta a censuras ni autocensuras pero considera igualmente esencial el compromiso, aunque sea “muy difícil” publicar en esa dirección por culpa de las grandes editoriales, de casi todos los medios de comunicación y de las políticas institucionales, “que permanentemente priman a escritores dóciles, que traslucen en sus obras el mensaje de la equidistancia”. Para Claudín, “no hay equidistancia, de ahí la necesidad de ejercer la memoria democrática, no la memoria histórica, la memoria de los vencidos, de los que no han tenido ni tienen voz”.

De esa situación nace el Víctor Claudín más indignado con una situación actual en la que nada parece evolucionar hacia la justicia social: ETodo está distorsionado por mezquindades, por intereses políticos de vía estrecha, por el poder omnímodo del dinero y sus derivados“. Su compromiso vital con la cultura y activismo social le han hecho ser muy crítico y desconfiar de la supuesta ”evolución“ de las sociedades occidentales.

“Apretar las clavijas, quitar derechos...”

“Están construidas por una élite gobernante afincada en la idea del capitalismo salvaje y no están dispuestas a ceder ni un ápice; es más, cada vez quieren más y más. Para ello el control ha de ser absoluto y el ejército de parados lo más amplio posible, para poder apretar más las clavijas, quitar derechos, sabiendo que siempre hay un nuevo sustituto en condiciones más rebajadas, que lo va a asumir de manera esclava”.

El vínculo de Víctor Claudín con Toledo está muy enraizado. Hace siete años comenzó a trabajar para la Dirección de Juventud y la Biblioteca de Castilla-La Mancha en la organización de encuentros de creación literaria para jóvenes escritores. Ese proyecto luego se convirtió en un encuentro anual de jóvenes cantautores que ahora organiza con la Consejería de Educación, Cultura y Deportes y que este año cumplirá su cuarta edición.

“Los resultados han sido fantásticos. Y además esta ciudad me encanta, me tiene subyugado”. Por eso ha considerado obligado venir a la capital castellanomanchega a presentar sus ‘Contracuentos’. El acto tendrá lugar el próximo viernes, día 14 de febrero, a las 20.30 horas, en la Libro-Taberna El Internacional y acompañarán a Víctor Claudín la editora y traductora Xohana Bastida y el poeta y cantautor toledano Carlos Ávila.

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