Un protocolo dará respuesta “integral y coordinada” a los alumnos con TDAH
El Gobierno de Castilla-La Mancha ha puesto en marcha un protocolo de coordinación con el alumnado que sufre trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Un protocolo que marca las pautas a seguir por parte de los profesionales de la educación o la sanidad en el caso de detectar un posible caso.
El consejero de Educación, Ángel Felpeto, ha explicado que desde el pasado mes de julio las Consejerías de Sanidad, Educacion y Bienestar Social así como el SESCAM han venido trabajando de manera conjunta con la Federación de Asociaciones de TDAH de Castilla-La Mancha para dar una “respuesta coordinada” a las necesidades sociosanitarias de los menores en el ámbito escolar y familiar que van acompañadas de la correspondiente respuesta educativa.
3.360 alumnos con TDAH
El protocolo, comentaba Felpeto, surge de la necesidad educativa de “aunar actuaciones e intercambiar información” entre profesionales y familias. También se trata de “agilizar y potenciar” los procesos de detección, intervención y seguimiento de los casos para “dar una respuesta integral, multidisciplinar y de calidad” a los afectados y a sus familias.
En Castilla-La Mancha existen 3.360 alumnos que padecen este trastorno de los que 315 están en Guadalajara, 714 en Albacete, 715 en Ciudad Real, 1.206 en Toledo y 400 en Cuenca. El consejero recordaba que este tipo de trastorno es “uno de los más frecuentes” en la infancia y la adolescencia con un “impacto notable”en el ámbito educativo,social y familiar. Se trata, añadía, de ofrecer “calidad” a la diversidad del alumnado. “Que nadie se quede atrás y la labor conjunta y coordinada ofrece los mejores resultados”.
El intercambio de información como clave
El protocolo puede iniciarse tanto en el centro educativo como en Pediatría o Atención Primaria o bien desde los Servicios Sociales de Atención Primaria o Atención Especializada.
En el ámbito educativo, será el tutor del alumno o el docente quien “comentará y contrastará” con el equipo docente los aspectos observados para iniciar el proceso. Será entonces el orientador quien inicie la evaluación psicopedagógica y se pondrán en marcha las medidas educativas necesarias en el centro así como el trabajo de coordinación con la familia. El informe psicopedagógico se remitirá al pediatra y se incorporará al expediente del alumno.
Si el posible caso de TDAH se detecta en el ámbito sanitario, será el pediatra quien inicie el protocolo solicitando información al centro escolar, previa autorización de la familia. Una información que se compartirá entre los servicios sociales, educativos y sanitarios.
Ante la existencia de “sospecha” de un TDAH, el pediatra derivará al menor a la Unidad de Salud Mental Infanto Juvenil (USMIJ) donde se realizará el diagnóstico y tratamiento definitivo.
El tercer caso está relacionado con las situaciones en las que la demanda se realice por parte de la familia ante los Servicios Sociales de Atención Primaria o Especializada. Dichos servicios acordarán con los familiares la derivación al pediatra para el inicio del protocolo en el caso de que se detecten indicios de un posible TDAH y, además, se comunicará al centro educativo.
El papel de la Unidad de Salud Mental
La Unidad de Salud Mental Infanto Juvenil (USMIJ) será la encargada de trasladar el diagnóstico tanto al pediatra como al centro educativo u otros servicios sociales. “Será quien confirme o no la sospecha”, señalaba el consejero. Una vez confirmado o descartado el diagnóstico, se concluirá el proceso de evaluación psicopedagógica en el centro, con el ajuste de las medidas educativas necesarias.
El protocolo también incluye medidas de seguimiento de cada caso así como el intercambio de información posterior al diagnóstico entre los distintos especialistas que trabajan con el menor.
“Ahora será mucho más eficaz”
Gloria López Ruiz, presidenta de la Federación Asociaciones TDAH en la región ha mostrado su satisfacción con la reunión mantenida con el Consejo de Gobierno de Castilla-La Mancha que ha abordado el asunto de manera monográfica esta semana.
“Hemos conseguido que se establezca un protocolo importantístimo para que haya coordinación y se dé una respuesta integral a las familias y a los niños porque es un trastorno que perdura”. Ahora, espera que el resultado directo del protocolo se traduzca en una “buena respuesta” no solo para los afectados por este trastorno sino que mejoren los proceso de inclusión “para cualquier persona”.
Hasta ahora, explicaba, y ante el problema, “las familias íbamos sobreviviendo.Ahora se actuará de forma conjunta y será mucho más eficaz” porque, recordaba, si el trastorno no se detecta a tiempo suele haber fracaso escolar. Y estas personas, ya como adultos, suelen tener dificultades para acceder a un empleo. “Terminan excluidos de la sociedad”.
¿Cómo detectarlo? “Es fácil”, asegura Gloria López, ya que los comportamientos de los niños afectados “son extremos, son impulsivos, hiperactivos” que no permiten que su día a día se desarrolle con normalidad. “Tu hijo o tu hija no responde como los niños de su edad”.
