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“Todavía hay un flujo de neumáticos que terminan donde no deben”

Neumáticos

Carmen Bachiller

En  España el número de vertederos ilegales de neumáticos está entre los 12 y los 15 y al menos cuatro de ellos están en Castilla-La Mancha, además del más conocido tras un incendio de grandes dimensiones en la localidad toledana de Seseña. Se encuentran en Cervera del Llano (Cuenca), Argamasilla de Alba (Ciudad Real), Hellín (Albacete) y Consuegra (Toledo). Son los vertederos ilegales que se conocen ‘oficialmente’ y a  cuyos ayuntamientos ya ha mostrado su compromiso de retirada el Gobierno de Castilla-La Mancha. Lo hará la empresa Tragsa, la misma que se ocupa de los de Seseña, para llevarlos a gestores autorizados en Chiloeches (Guadalajara) y Campo de Criptana (Ciudad Real).

Pero al margen de estos vertederos se cree que hay otros muchos,  identificados o no. Uno de ellos se encuentra en el  término municipal de Cuenca, cerca de Albaladejito. Alberga  centenares de neumáticos, según denuncia Ecologistas en Acción, en una zona cercana al río Júcar, dispersos por una superficie de en torno a 3.000 m2, con entre 10 y 20 toneladas de neumáticos. Los neumáticos podrían haber sido arrojados durante años de forma ilegal provenientes de empresas del sector, “pero hace tantos años que no parece posible el rastreo de los responsables”, lamenta la organización. Buena parte de los neumáticos están cubiertos de vegetación. “Este vertedero, aunque no es tan grande como el de Cervera del Llano, lleva muchos años abandonado y sin que ninguna institución pública tome cartas en el asunto”, aseguran.  

El Gobierno de Castilla-La Mancha presume de ser el primero en ‘coger el toro por los cuernos’ para eliminarlos. Ha sido a raíz de lo ocurrido en Seseña y en el aire queda una pregunta… ¿Cómo es posible que existan este tipo de vertederos si cada consumidor está obligado a pagar una pequeña cantidad ‘extra’ para reciclaje cada vez que compra un neumático nuevo? De hecho, la mayoría de los neumáticos que se recogen para ser reutilizados proceden del mercado de reemplazo (sustitución en los talleres) y el consumidor paga entre 0,80 céntimos (moto), 1,3 euros de un turismo o 2,3 euros de una camioneta por su reciclaje.

Signus Ecovalor (Sistema Integrado de Gestión de Neumáticos Usados) es una entidad sin ánimo de lucro que lleva ya diez años trabajando en el mercado de recogida y reciclado de neumáticos a iniciativa de los propios fabricantes. Un portavoz de la entidad explica que España genera cerca de 350.000 toneladas anuales de neumáticos, pero 100.000  carecen de control y regulación y terminan en vertederos ilegales

En lo que se refiere a Castilla-La Mancha, Signus recogió durante 2015 un total de 10.633 toneladas de neumáticos en 1.467 puntos de generación, principalmente servicios de neumáticos y talleres. Por provincias, se retiraron 2.361 toneladas en Albacete, 2.873 en Ciudad Real, 1.060 en Cuenca, 1.350 en Guadalajara y 2.988 en Toledo. Hay empresas especializadas que se encargan de hacerlo. En concreto, Cauchos Oliver, Defesa, Recuperaciones de Castilla-La Mancha, Grupo Neumastock, Logística Ambiental y Recuperaciones Guadalajara.

La entidad asegura controlar la “trazabilidad” de cada neumático. Además, informa a las comunidades autónomas sobre dónde y cómo se gestionan. Todos los puntos de generación están registrados en su sistema y se recogen en cualquier taller que solicita la retirada del neumático de forma gratuita. Hay 25.371 puntos de recogida en España. “Al ser gratis la recogida es absurdo llevar el neumático a un vertedero”, aseguran desde Signus.

La realidad, es bien distinta. Esta entidad  reconoce que aún quedan fuera del sistema cierto tipo de neumáticos como los de ‘gran formato’ (por ejemplo los vinculados al sector agrario) que no están regulados por ley. En su opinión, la nueva legislación que ya está en marcha debería incluir  “todos los flujos de neumáticos para que ninguno se escape de estar bien regulado” y aboga también por “perseguir y sancionar” a aquellos productores que no declaran los neumáticos.

Además, en el caso de los neumáticos de primer equipo, los fabricantes delegan la responsabilidad en los desguaces que normalmente realizan una gestión  “generalizada” de todas las piezas de los vehículos. “Es algo que no permite saber ni cuántos neumáticos gestionan ni a dónde se llevan. Hay un flujo que de neumáticos que terminan donde no deben”.  

El ‘viaje’ de los neumáticos

Los neumáticos usados se llevan a plantas de clasificación gestionadas por empresas contratadas por Signus (u otro operador) mediante concurso público. Se separa el neumático reutilizable (12%) del resto que necesariamente han de ser transformados porque, a diferencia de otros materiale,s no pueden ser reciclados para volver a convertirse en neumáticos. “Sufren un proceso de vulcanización al meterlos en un horno y el proceso químico no permite deshacerlo. Se buscan nuevas aplicaciones a este tipo de materiales”.

El I+D relacionado con este producto, explica Signus, se centra en consolidar y buscar nuevos mercados de los materiales reciclados obtenidos en estas plantas. Salen diferentes productos, dependiendo de su paso por un proceso de trituración (no se separan los componentes) para obtener restos de acero, caucho y textil cuyas aplicaciones suelen ser la obra civil para relleno ligero de terraplenes o combustible de sustitución en cementeras. “No es cierto que los neumáticos se lleven a quemar a las cementeras, antes hay que fabricar un producto con determinadas condiciones para que puedan utilizar”.

Si pasan por un proceso de granulación sí se separan los componentes. El caucho -el compuesto mayoritario del neumático- se utiliza para aplicaciones tan variadas como las losetas de seguridad de parques infantiles, las bolitas negras de los campos de fútbol de césped artificial, carreteras, objetos moldeables para suelas de calzado…“Se siguen buscando nuevas aplicaciones porque hoy por hoy la gestión cuesta dinero y por eso los consumidores tenemos que pagar una pequeña cantidad al comprar un neumático nuevo. El precio de los neumáticos y la demanda no cubren los gastos posteriores de gestión”.

Actualmente se trabaja en “buscar salidas” a los neumáticos viejos de forma que se genere valor y así su gestión al fin de su vida útil  pueda costearse sin que el consumidor tenga que pagar por ello.

 Signus habla también de las posibilidades que ofrece el proceso de  pirolisis para conseguir combustibl. Pero aún son muy limitadas. El pasado año gestionaron 190.038 toneladas de neumáticos. De ellas, una parte se reutilizaron pero, del resto, solo 921 se destinaron a pirolisis. El  Gobierno de Castilla-La Mancha  planteó generar combustible destinado a vehículos, aunque  Signus no ve demasiado clara la idea. “Es posible que tenga futuro  pero aún no tenemos experiencia suficiente para saber si es viable”. En cambio, sí contemplan su uso como combustible para calderas.

La ‘histórica’ acumulación en Seseña

Seseña  acumulaba históricamente neumáticos antes del año 2006, cuando comenzó a operar Signus tras la aprobación de un  Real Decreto de 2005  que permite responsabilizar a los fabricantes e importadores de la correcta gestión al final de la vida útil de los neumáticos fuera de uso.

Antes de esta regulación, los neumáticos llevaban a vertederos legales y, en todo caso, la  responsabilidad recaía sobre los servicios de neumáticos y talleres que estaban (en teoría) obligados a buscarse un gestor y pagar para la retirada de los neumáticos hasta alguna instalación o vertedero. Además, antes de  2005 apenas existían instalaciones de reciclaje de neumáticos porque existía la opción del vertedero. 

“En Seseña, un empresario tenía permiso para recoger y recauchutar neumáticos, en teoría para gestionarlos. Eso no ocurrió y se acumularon montañas de neumáticos” cuyo resultado final fue el conocido incendio de hace unas semanas. Hasta 2011 no se declararon Bien Abandonado. Signus confirma que tanto la Comunidad de Madrid como Castilla-La Mancha le habían consultado en octubre de 2015 sobre la idoneidad de la gestión desarrollada hasta entonces en el vertedero. “Nos pidieron un informe sobre las instalaciones, sobre si era o no viable para gestionar los neumáticos en un corto periodo de tiempo. Recomendamos usar otras instalaciones porque aquello no era viable. No hemos tenido ya más reuniones aunque estamos a su disposición”.

Lo que ocurrió en la localidad toledana “fue un cúmulo de despropósitos. Pasó el tiempo y administrativamente todo es lento. No es que las administraciones se despreocupasen”, asegura la entidad que cree que ahora “las comunidades autónomas se han puesto las pilas porque es un problema que hay que solucionar”.

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