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Cuatro pueblos de Castilla-La Mancha llevan con el mismo alcalde desde 1979

Foto: Guía Repsol/ Europa Press

Los ayuntamientos de Valdarachas, Matillas y El Recuenco, en la provincia de Guadalajara, y Alcañizo, en la de Toledo, tienen el mismo alcalde desde 1979, 40 años después de las primeras elecciones democráticas, que fueron municipales, celebradas en España el 3 de abril de 1979. Los cuatro ediles castellano-manchegos integran una lista de la que participan una treintena de consistorios en todo el país.

Mauricio Martínez Machón (PP) lleva como alcalde del pequeño municipio de Valdarachas (Guadalajara) desde la época de Franco y a punto de cumplir los 87 años volverá a optar a la Alcaldía de su pueblo con el claro propósito de arreglar las calles porque “están muy fastidiadas otra vez” y de limpiar el arroyo.

“Es lo que más me interesa, pero no me dan dinero por ningún sitio”, ha señalado quien lleva de alcalde más de la mitad de su vida. Le nombró en 1972 el que fuera gobernador civil y ha recordado que entonces no había agua en las casas, ni calles, ni farolas, incluso “había que hacer las necesidades al campo”, algo que ha cambiado “a lo grande”.

Pero no sabe qué pasará con municipios pequeños como el suyo, donde también ha llegado la España vaciada y así se pone de manifiesto en que Valdarachas tenía entonces más de un centenar de habitantes y hoy esa cifra se ha reducido más de la mitad porque “los jóvenes desaparecen de los pueblos”, ha dicho.

En todos estos años ha arreglado el cementerio, la torre de la iglesia, las calles y ha puesto farolas, proyectos de los que se siente “muy a gusto” pero “como no pongan fábricas, no se que pasará con los pueblos”, ha subrayado, tras recordar con nostalgia y pena como la proyectada Autovía de la Alcarria “se ha quedado en nada”.

Nunca ha cobrado “un duro” por su trabajo como regidor, al contrario, más bien le ha costado dinero, pero eso no le importa a este agricultor y panadero ya jubilado pero satisfecho de trabajar por sus vecinos desde hace 47 años, convirtiéndose posiblemente en regidor con más años de alcalde y uno de los de mayor edad de España. Si revalida su cargo el próximo 26 de mayo, superará el medio siglo. “Si no me muero antes, haré 51 años de alcalde”.

El pueblo que cambió “de la noche a la mañana”

Ignacio Gordón (independiente) lleva como alcalde de Matillas (Guadalajara) de manera ininterrumpida desde antes de 1979, más de cuatro décadas en las que el municipio “ha cambiado de la noche a la mañana”, pero cree que todavía hay muchas cosas que necesita su pueblo, entre ellas, “aparataje para que los mayores puedan hacer ejercicio”, ha señalado.

Le nombró también el gobernador civil que había tras la muerte de Franco; ha estado con el PP pero hoy forma parte de una agrupación independiente, y ahora prefiere recordar los momentos buenos, como cuando terminaron de arreglar las calles o costumbres como la de felicitar a los de mayor edad con un ramo de flores.

Recuerda casi a la perfección que cuando asumió este cargo no había agua en las casas, las calles eran de tierra “prácticamente todas y no había ninguna instalación deportiva”, cuestiones que ha solventado aunque ha admitido que aún quiere arreglar “pequeños flecos” como el mejorar la señal de televisión o sustituir tuberías que han quedado anticuadas y obsoletas.

En esos inicios “cada uno construía como podía, no había proyecto ni nada”, algo que, según Gordón “ha cambiado totalmente”, y hoy, el “cien por cien de las calles están asfaltadas”, hay polideportivo, parque, luces led y “tampoco falta el agua”, ha remarcado.

También ve muy complicado el futuro de Matillas, un pueblo que cuando funcionaba la fábrica de cemento llegó a tener más de un millar de habitantes y ahora apenas supera el centenar, y que al igual que otros muchos de la provincia “va a menos” pese a que tener parada de tren. Gordón teme que su pueblo “a la larga, desaparecerá si no se invierte en empresas”.

“Los pueblos están decayendo poco a poco”

De su lado, el alcalde de El Recuenco, Paulino Collada (PP), lleva también más de cuatro décadas como regidor, y aunque ha asegurado que su pueblo ha mejorado muchísimo en servicios y condiciones, “el personal que viene es más exigente”.

Ha estado con el PSOE y hoy está con el PP, y es que Collado tiene claro que “donde le den perras para el pueblo, allí va”, ha afirmado tras reconocer entre risas que se presenta a la reelección y que sabe que saldrá otra vez de alcalde.

Los 300 habitantes que tenía entonces El Recuenco se han convertido en sesenta, pero en todos estos años el pueblo ha visto mejorar sus calles, se están acometiendo también mejoras en las conducciones de agua y los edificios están “todos reconstruidos”, ha manifestado.

Sin embargo, al igual que los alcaldes de Matillas y de Valdarachas, ha subrayado que los pueblos “están decayendo poco a poco”, y eso pese a que en su municipio “se van apañando” con los ingresos de la caza, porque los fines de semana también va mucha gente, ha dicho.

Pero si no cambian muchos las cosas también ve mal el futuro de su pueblo porque, si bien antes había maestro, veterinario, médico y cura en El Recuenco, “hoy, todos esos servicios son para siete u ocho pueblos”, ha concluido este regidor jubilado al que lo que más satisface de su quehacer diario es “hacer el bien a la gente”.

“No sabía por dónde empezar”

Desde la provincia de Toledo, el alcalde de Alcañizo, César Sánchez, ha indicado que el municipio no tiene “nada que ver” desde 1979 a la actualidad ya que cuando accedió a la alcaldía “no había nada”. “El pueblo carecía de todo, servicios, calles y de todo. No sabía por dónde empezar y era tremendo”, ha subrayado.

En este sentido, ha indicado que lo primero que hizo fue poner alumbrado público porque lo que había hasta entonces eran unas “lamparitas” que parecían candiles cada cien metros, a lo que ha añadido que alguna persona mayor le dijo tras la instalación que parecía que “el sol salía por la noche”.

También recuerda que no se podía salir a la calle con zapatos en invierno. “Te ponías de barro hasta arriba”, apunta, para añadir que cuando la gente se arreglaba los domingos iba con sus botas de goma puestas. “Era impresionante”, rememora.

“El pueblo carecía total y absolutamente de cualquier servicio, desde el más básico. La consulta médica era una habitación en una casa vieja y no había ni ayuntamiento porque era un cacho de nave con unas mesas viejísimas y unas sillas atadas con cuerdas”, ha destacado.

Bajo su punto de vista, el mayor avance que ha vivido Alcañizo en estos 40 años es la dotación y la mejora de los servicios que ahora tiene y todas las infraestructuras. “Para Alcañizo es un lujo tener una piscina como la que tiene, con el vaso más grande de la zona, así como una casa de la cultura fabulosa, un parque, el ayuntamiento nuevo, la ermita, el polideportivo y el consultorio nuevo”.

“Infinidad de cosas, que es lo que tiene que tener, aunque siguen faltando” otras, ha subrayado, resaltando que el último servicio del que se ha dotado es la residencia de ancianos, cuyo proyecto comenzó hace 18 años y “afortunadamente” está ya a punto de terminarse. “Es una de las mejores obras que hemos hecho en el pueblo para una población tan mayor”.

Respecto al futuro, tras dejar cubiertas las necesidades básicas en infraestructuras y servicios, Sánchez ha apuntado que el próximo paso es promocionar el pueblo para tratar de atraer a gente. “Que se pudiera traer a alguien al pueblo como turista o que se ubique dentro. Eso es el mayor reto y es en lo que empezaré a trabajar”.

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