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Cuando el barrio (y sus vecinos) autogestionan su futuro social y económico

Barrio de La Granja, en Ciudad Real

Carmen Bachiller

Barrio periférico con alto nivel de desempleo en el que conviven ciudadanos procedentes de distintos países de origen. Es el ‘prototipo’ elegido por el Ayuntamiento de Ciudad Real para poner en marcha un proyecto que fomente la convivencia ciudadana intercultural y el desarrollo social.

El desarrollo comunitario en barrios fue uno de los objetivos que se marcó la Concejalía de Acción Social en el inicio de la actual legislatura. Ahora se ha concretado en el proyecto ‘Dinamización vecinal, participación social, y fortalecimiento comunitario en el Barrio de La Granja de Ciudad Real’.

La firma de un convenio con la Obra Social ‘La Caixa’, dentro de la convocatoria de ayudas para la inclusión social que ofrece la entidad, ha permitido atraer recursos para el proyecto ante la imposibilidad, explica la concejala del área, Matilde Hinojosa, de contratar personal propio en el Consistorio, debido a las limitaciones del techo de gasto que el Estado impone a las administraciones. Se invertirán 32.000 euros, de los que el Ayuntamiento aporta 7.000 euros.

La concejala de Acción Social explica que “se trata de mejorar los espacios del barrio, retomar el uso de los lugares públicos, mejorar las relaciones vecinales y, sobre todo, dar respuesta a las problemáticas que los propios vecinos detectan. Se convierten en sujetos activos del cambio”.

¿Por qué el barrio de La Granja?

La elección del barrio de La Granja está relacionado con el estudio y diagnóstico de las necesidades de los barrios de Ciudad Real que el Consistorio encargó en julio de 2016 y que “ha permitido establecer líneas de actuación prioritarias”.

En esta zona, donde reside el 2% de la población total de la ciudad, “conviven personas con realidades muy distintas, varias etnias y culturas y en el que el desempleo agrava la situación”. La media de edad en el barrio es de 39,8 años. No es uno de los más envejecidos. Además, el 11,8% de los hogares presentan una baja intensidad en el empleo, hasta un 23,2% de los hogares tienen algún parado de larga duración pero a su favor tiene que es el segundo más activo de la ciudad (después de Puerta de Santa María-Pio XII) en la búsqueda de trabajo.

El Ayuntamiento lo considera “un barrio óptimo para empezar a trabajar con el desarrollo comunitario para extenderlo después a Pío XII, plaza de toros, el barrio del Pilar, quizá con otras estrategias como la de desarrollo sostenible (EDUSI)”.

El proyecto comenzará con la creación de pequeños grupos que se reunirán semanalmente bajo la supervisión de un psicólogo y un trabajador social, contratados para la tarea. “La idea es crear procesos de desarrollo personal basados en la convivencia vecinal y la educación en valores, con la idea de formar vecinos comprometidos con su entorno, con la vecindad responsable y solidaria”.

Se espera que el proyecto, que tiene casi un año de duración, pueda perdurar en el tiempo, una vez creados los grupos y definidas sus dinámicas de trabajo en el propio Centro Social del barrio. Los intereses que expresen los vecinos se traducirán en talleres u otras actividades de ocio y tiempo libre (muchas de ellas dirigidas a los jóvenes) además de “estructuras de participación de las que todos formen parte, apostando por la integración, la solidaridad, fomentando la creatividad…”

Se aprovechará también el trabajo que otras entidades vienen desarrollando ya en este barrio y con las que colabora el Ayuntamiento. Son estructuras de participación generadas en la vigente legislatura como la Mesa de Inclusión o la Mesa de Emergencia Social.

Este es el segundo acuerdo de colaboración con la entidad tras la puesta en marcha de ‘Caixa Pro Infancia’ que lucha contra la pobreza infantil a través de la educación. “La idea es ir sumando distintos proyectos a este barrio para conseguir tejer un entramado social de ayuda mutua y de desarrollo del barrio”. Unas 1.500 personas podrían ser las beneficiarias directas de las acciones de la iniciativa.

La concejala reconoce que es un proyecto del que se tardará en ver resultados. “Lleva un desarrollo lento porque se trata de sentar unas bases sólidas para que puedan hacer suyo el barrio y que pueda crecer. No se trata de algo que pone el Ayuntamiento y ya está”. Este programa también contempla la concesión de ayudas individualizadas y becas de comedor para personas en itinerario de inclusión social del barrio de La Granja.

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