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El lince cazado murió en una batida de caza de zorros en una finca de la familia Botín

Foto: Europa Press

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La muerte de Kenitra, uno de los ocho linces ibéricos puestos en libertad el pasado mes de julio dentro del programa Life-Iberlince de Castilla-La Mancha, el segundo ya fallecido, se produjo por un disparo de un cazador mientras se hacía una batida de caza de zorros en la finca 'Las Navas de la Condesa', ahora propiedad de Jaime Botín, hermano del recientemente fallecido presidente del Banco Santander Emilio Botín. La información la da Ecologistas en Acción a través de un comunicado de prensa.

Esta finca está en el término municipal de Almuradiel (Ciudad Real), y el animal, como todos los pertenecientes a este programa, llevaba un radiotransmisor para ser localizado en todo momento para saber por dónde se movía el lince. Por este hecho la asociación ecologista señala que a los propietarios de la finca no les cabía otra que reconocer lo que había pasado porque se acabaría sabiendo al observar el rastreo del animal y para ellos no es una muestra de responsabilidad que los propietarios se pusieran en contacto con los agentes medioambientales.

Señalan que no es un simple accidente de caza sino que más bien es fruto de la política en esta materia llevada a cabo por el gobierno regional.

Esta finca ya tuvo un precedente de conflicto con trato de especies protegidas hace 20 años cuando se quedó atrapado en un cepo un águila imperial siendo multados los propietarios por el incidente.

La muerte de Kenitra se produjo en una modalidad de caza que resulta más intensiva que las convencionales no muy extendida en nuestro país como la batida de zorros. Esta práctica moviliza a muchas personas y el disparo se hace con menos precisión, disparando con menor identificación del objetivo. En estas batidas participan numerosas armas y cazadores que hacen que haya más peligro por un lado de cazar animales protegidos y por otro de que otros cazadores sean heridos. No obstante el punto de suelta de este animal está a pocos kilómetros de la finca, algo por lo que Ecologistas en Acción ha pedido explicaciones a la Consejería de Agricultura por todo el incidente.

El programa Life está auspiciado por la Unión Europea a través de subvenciones para las regiones afectadas que luchan por introducir de nuevo en el hábitat al lince ibérico. Sin embargo estos fondos que se destinan desde Bruselas corren peligro de perderse por la política en materia cinegética de Cospedal, que pone en riesgo la introducción de la especie por la incompatibilidad de actividades.

La necropsia hecha a Kala, el primero de los linces que fue encontrado muerto hace algo más de un mes, se resolvió como “no concluyente”, por lo que siguen sin conocerse las causas de su muerte.

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