Dos décadas emprendiendo y ayudando a emprender a las mujeres

Hace 20 años, cuando todavía los debates sobre igualdad y conciliación no ocupaban la primera línea del debate político y social, un grupo de mujeres empresarias de Albacete decidió unirse para hacerse fuertes en la ciudad y en toda la provincia. En estas dos décadas, con sus épocas peores y mejores, la Asociación de Mujeres Empresarias de Albacete y Provincia (AMEPAP) ha conseguido convertirse en el segundo colectivo de este tipo que más ha crecido en toda España, según su última auditoría externa, y ahora es un referente para todas las empresarias de Castilla-La Mancha y de España. Su actual presidenta, Antonia Pastrana, cogió las riendas hace cuatro años y fue renovada recientemente por la Junta Directiva. Entre sus prioridades está seguir fomentando la conciliación y luchar por mejorar las condiciones en el sector del autoempleo.

Pastrana es organizadora de eventos y compagina su trabajo como autónoma con la asociación y con su familia. Considera que AMEPAP nació de un grupo de “mujeres valientes” que llevan dos décadas apostando por “visibilizar a todas las autónomas, ejecutivas y directivas” de Albacete. Para ello, cuenta con el respaldo de 200 mujeres solo en la capital y otras 150 que no son socias pero a las que también ayudan en todas sus necesidades como empresarias puesto que la asociación agrupa trabajos de todo tipo: desde las profesiones independientes, hasta la artesanía, el comercio o la agricultura.

Aunque comenta que la crisis económica les ha pasado factura, con la pérdida de socias por cierre de empresas (sobre todo comercios), el objetivo es “seguir creciendo”. Y para ello consideran que el factor clave es la formación. “Es necesario que nuestras asociadas estén continuamente formadas para seguir compitiendo con otras empresas”, comenta su presidenta, una función que además realizan “a la carta”: la asamblea se reúne mensualmente para conocer sus necesidades y ponen en marcha cursos de formación conforme a lo demandado por las empresarias.

El último curso realizado ha sido sobre la gestión del tiempo en la empresa, pero ya han impartido formación sobre redes sociales, comercio exterior, comercio electrónico o inglés, entre otras temáticas. Con ello, generan también puestos de trabajo porque las propias asociadas son las que imparten estos cursos a sus compañeras. “Se trata de emprender pero también de hacer emprender”, resalta Antonia Pastrana.

La asociación cuenta además con una bolsa de empleo que se va conformando con las ofertas que llegan hasta el colectivo y también celebra reuniones habituales basadas en el ‘networking’, es decir, generar redes de contactos para “crear oportunidades de negocio, sinergias, riqueza y empleo” entre las mujeres trabajadoras. A estos encuentros están invitadas tanto las socias como todas aquellas empresarias que quieran acudir y gracias a ello se materializan proyectos muy innovadores como, por ejemplo, uno de los últimos conseguidos entre una bodeguera y una psicóloga: sesiones de ‘vinoterapia’. “Nuestro objetivo no es otro que intentar ayudarlas y visibilizarlas. Somos autónomas, micropymes y no pasamos por el mejor momento porque hay mucha competencia, por eso lo que tenemos que hacer es sumar fuerzas”, agrega Pastrana.

¿Por qué este tejido empresarial ha creado lazos tan fuertes entre las mujeres en Albacete? La presidenta de la asociación explica que desde 1993 esta ciudad se ha mantenido por encima de la media nacional en creación de empresas en el sector femenino, debido sobre todo a su amplio sector de servicios y a sus buenas comunicaciones. “Es una ciudad de emprendimiento y se está generando mucho autoempleo. También hay muchas mujeres que, en los últimos años, han terminado la universidad y han decidido coger las riendas de negocios familiares, sobre todo en el sector rural, remodelando los proyectos y adecuándolos a los nuevos tiempos”.

Esta Asociación de Mujeres Empresarias de Albacete lleva también doce años haciendo entrega de los Premios 'Entre Nosotras', donde se reconocen  los proyectos empresariales de nueve mujeres de toda la provincia. En la última gala se conmemoraron además sus 20 años de historia.

“Hay que vibrar con esto, sentirlo como un proyecto para ayudar, porque al final te quita tiempo de trabajo y familia, pero yo animo a todas las mujeres de todas partes a formar parte de estas redes, porque al final la unión hace la fuerza”, subraya la presidenta de AMEPAP, que dice mantenerse en una lucha constante por conseguir medidas como la reducción de la tarifa de autónomos. “Estamos con los pies en el suelo pero mirando al cielo, porque no nos ponemos techo en cuanto a conseguir nuestras peticiones”.

En cuanto a los problemas que más se ponen sobre la mesa en la asociación, recalca que la conciliación de la vida laboral y familiar sigue siendo “el gran escollo”, junto con la mencionada tarifa para autónomos y la desigualdad salarial entre hombres y mujeres: “yo antes creía en las cuotas por formación y no por obligación, pero me he dado cuenta de que no, de que tiene que ser obligatorio porque hay ejecutivas que no consiguen entrar en los puestos de alta dirección tras años de trabajo y esto no puede seguir pasando en pleno siglo XXI solo por el hecho de ser mujer”. “No es pedir tanto, queremos los mismos derechos pero también las mismas obligaciones”, añade.

Ante todo, “nos encanta ser mujeres, ser empresarias, ser ambiciosas y ser madres”. “Las mujeres hemos sido recolectoras; de alguna forma hemos sido también el matriarcado, siempre hemos llevado las riendas y esa pasión nos hace emprender, que haya una economía en nuestra casa, agudizamos el ingenio y en vez de ver el vaso medio vacío, lo vemos medio lleno porque nos levantamos con esas ganas de triunfar, de seguir adelante y nos crecemos ante la adversidad. Es algo que yo veo día tras días en todas las mujeres que conozco”, concluye.