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Una fuga de gasoil de un edificio del Arzobispado de Toledo se filtra durante meses a pozos milenarios

Imagen de uno de los pozos antes de drenarse el agua y los vertidos de gasoil / Julián Baños

Fidel Manjavacas

Las filtraciones de gasoil que llevan contaminando desde el pasado mes de agosto el acuífero del Casco Histórico de Toledo y que hasta el momento han afectado a tres pozos milenarios de un inmueble particular, situado en la calle Cuesta Ciudad, provienen de un edificio del Arzobispado de Toledo.

En concreto, la fuga se ha localizado en el suelo en el que se sitúa la caldera del inmueble situado en la calle Trinidad, en el que se se encuentran Radio Santa María y el Canal Diocesano, gracias a las labores de inspección de las instalaciones del edificio que se han llevado a cabo este miércoles, según adelantó La Tribuna de Toledo y confirmó este medio.

Desde que hace más de tres meses el afectado, Julián Baños, historiador y director de la empresa turística 'Entorno Toledo', diera a conocer las primeras filtraciones de uno de los tres pozos del local, dos de ellos de origen árabe con más de diez siglos de antigüedad y otro romano, su contaminación ha ido en aumento. Este lunes se drenaron el agua y los vertidos que almacenaban.

Baños, que ha ido denunciando también a lo largo de estos meses en las redes sociales la evolución de este vertido, explicaba antes de conocerse el origen de la fuga que, con las lluvias de los últimos días, el nivel freático –la capa de agua subterránea– del primer pozo había vuelto a subir: “Antes era gasoil y ahora es agua con gasoil”, señala frente al primer pozo árabe contaminado.

Así, este miércoles se comenzaban a realizar pruebas en distintos puntos del entorno de la calle Trinidad y del edificio en el que finalmente se ha localizado la fuga, una actuación para la que el Servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Toledo contó con la colaboración de los agentes medioambientales de la Junta de Castilla-La Mancha, así como de agentes de la autoridad.

La investigación de la situación comenzó la semana anterior “sobre el propio terreno”, según apuntaban a Efe fuentes de la Policía Nacional, que han colaborado con el Ayuntamiento de Toledo para localizar el origen de la fuga. Las mismas fuentes afirmaron que estudiarán si este vertido, por su naturaleza y posibles consecuencias, constituye algún tipo de delito, aunque precisaban que “aún es pronto” para determinar las causas de un proceso que, creían, podría “ir para largo”.

¿Más pozos afectados?

Alertaba ya Baños el pasado mes de octubre de que “pese a haber sacado al menos 40 litros, la fluidez, densidad, color y cantidad cada día es mayor, hasta el punto de que el agua presenta un aspecto negruzco”. El fuerte olor a gasoil, que ha disminuido considerablemente desde la extracción que hicieron este lunes, le ha causado también perjuicios, ya que tuvo que suspender las visitas turísticas a su local.

“La situación se agrava indudablemente, porque la desgracia puede derivar a los otros dos pozos por su proximidad y cota”, señalaba Baños en una carta que remitió a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) el pasado mes. En este sentido, apunta que pozos del entorno como el del Salvador o el de los Deseos podrían estar también afectados por este vertido, así como “otros aljibes del Casco”, una situación que no hemos podido confirmar.

El Arzobispado cierra el suministro y pide disculpas al propietario del inmueble

Tras confirmarse el origen de la fuga, el Arzobispado de Toledo ha cerrado el suministro de gasoil de la caldera instalada en el edificio que posee en la calle Trinidad y ha asegurado que cambiará la tubería soterrada que va del grupo de presión a la caldera del edificio de la calle Trinidad, donde se ha encontrado la fuga.

De la misma manera, el ecónomo diocesano se ha puesto en contacto con Julián Baños, propietario del edificio afectado, para pedirle disculpas por el vertido que ha sido fortuito y “evidentemente sin ninguna intención”. “Este Arzobispado se ha preocupado siempre del tema llevando a cabo las revisiones a cargo de su personal de mantenimiento”.

Además de cambiar dicha tubería para subsanar la pérdida de combustible, el Arzobispado de Toledo señala que, en cuanto Medio Ambiente emita las medidas que deben aplicarse para solucionar el problema, estas “se aplicarán de manera inmediata, como corresponde”.

En el comunicado, ha querido recalcar también que, desde que este verano se tuvieron noticias de los vertidos, revisaron todas sus instalaciones sin encontrar el origen del problema y que incluso se cambió una arqueta por la posibilidad de que tuviera que ver con la dicha fuga.

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