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Sobre este blog

Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.

 

‘National Treasure’: la intrahistoria del cómico Paul Finchley

Foto: loslunesseriefilos.com

Mario Cerdeño

Los escándalos sexuales y de abusos de personas con cierto bagaje de poder -directores, productores, empresarios, presentadores, actores, etc-, por desgracia, están a la orden del día. No se puede olvidar los casos como el de Harvey Weinstein, Kevin Spacey o Bill Cosby, entre otros. En ellos, las relaciones de poder, dinero y sexo siempre están muy presentes. La miniserie británica ‘National Treasure’ a través de cuatro capítulos adapta libremente un escándalo de esta índole que saltó en 2013: el del presentador Jimmy Savile.

El caso del presentador británico Jimmy Savile apenas os sonará de nada. Él se convirtió en una auténtica celebridad durante los años setenta, ochenta y noventa en la cadena BBC presentando el programa ‘Top of the Pops’. Un fenómeno televisivo que se ganó la fama, el respeto y el cariño de los espectadores convirtiéndose en un auténtico “tesoro” nacional; incluso, otorgó un gran apoyo a diversas organizaciones benéficas durante ese periodo. Sin embargo, en 2013, más de un año después de su muerte, se destapó la madre de todos los escándalos que conoció a el país: una investigación dictaminó a través de cientos de pruebas y testigos que el Jimmy había sido un depredador sexual, en un currículum de abusos sexuales a cientos de personas de ambos sexos, entre ellas a menores.

Esta historia sobre la sórdida e inquietante caída de una celebridad pública muy querida está dirigida por Marc Munden. Director que le imprime un empaque técnico muy interesante y personal a ‘National Treasure’. Su sello visual es el de ‘Utopía’, aquella serie británica que causó gran impacto en 2013, ya que en parte él fue responsable de la misma. En el guion se encuentra Jack Thorne que tiene en su carta de presentación series como ‘This England’, ‘Skins’, ‘The Last Panthers’, ‘The Fades’. Un tándem magnífico que lo completa un reparto muy acertado encabezado por Robbie Coltrane, Julie Walters y Andrea Riseborough.

El actor y cómico Paul Finchley (Robbie Coltrane) recibe uno de los homenajes más cariñosos y sinceros a toda una carrera dedicada a las series de televisión y al espectáculo junto a su compañero de dúo Karl Jenkins (Tim McInnerny). Dos personas de las más queridas y amadas de la televisión por parte del público británico.

Sin embargo, todo cambia cuando Paul es detenido por la policía para afrontar la acusación de violación interpuesta por una ayudante de producción que trabajó con él décadas atrás. Según pasan los días después más denuncias pondrán, aún más, en el foco al cómico y a su familia.

El daño familiar producido por estos hechos socava las relaciones con su esposa, Marie (Julie Walters), que ha perdonado año de infidelidades; y, la de su hija Dee (Andrea Riseborough), traumatizada por las diferentes adicciones en su juventud. La realidad de no saber qué tipo de persona es en realidad tu padre hará temblar los cimientos de su confianza y lealtad.

La narración de ‘National Treasure’ tienen detrás de sí un importante componente psicológico sobre la caída a los infiernos de Paul Finchley. Sin embargo, lo que me resulta más interesante de este drama sórdido y apasionante es el debate que suscita; muy ligado a la realidad actual: el juicio y vapuleo mediático -televisivo y redes sociales- de este tipo de denuncias sobre abusos sexuales que excede a la misma realidad procesal y penal; e incluso, al concepto de presunción de inocencia. Un debate que salpica miles de páginas de periódicos y cientos de programas televisivos. La verdad y la mentira, en ambos casos, se ven perjudicadas y comprometidas por ese juicio mediático que se forma alrededor y al que se ven sometidas ambas caras de la moneda: convirtiéndose el público y las redes sociales como únicos y verdaderos jueces y verdugos.

La historia de ‘National Treasure’ se puede desgranar en tres componentes importantes: primero, la erótica del poder y su relación -en muchos casos- con los abusos sexuales; segundo, los medios de comunicación y su tratamiento informativo tendencioso, convenenciero y amarillista de este tipo de escándalos convirtiéndose en muchas ocasiones en juez y verdugo; tercero, como esa violación de la privacidad por parte de la masa social y mediática afecta de manera emocional al seno familiar y a las relaciones de amistad.

El texto navega con cierto tono oscuro y sórdido a través de la culpabilidad, las medias verdades, la soledad, la intimidad, la infelicidad, el poder, la fama y el dinero del cómico Paul Finchley. Un personaje lleno de aristas, pero, con más secretos. La duda razonable -más al final que al principio-, siempre está palpable durante todo el relato, sobre todo, en el cambio perspectiva hacia él por parte su esposa Marie y Dee, su hija. Una porque ve la posibilidad que tras años de infidelidad consentida se esconda un verdadero monstruo y, la otra, siente que parte de sus traumas pueden estar bloqueados por ese tipo de comportamiento paterno.

El sendero de ‘National Treasure’ comienza con ese lado más extravagante de la fama y en su mundo de las apariencias. Tras las denuncias por abusos sexuales, sin hechos probatorios, se entra en el particular descenso a los infiernos de Paul. El espectador entrará a formar parte de ello porque realmente no sabe si es verdad o mentira. Después entra el juego mediático junto con nuevas demandas que hará que todo vaya tomando un cariz más serio, a la vez, que todo se empieza a descontrolar. Como consecuencia directa sus familiares y amigos empezarán a dudar y sospechar de él.

La hija tomará el protagonismo de la parte intermedia de ‘National Treasure’. Ella y su fallida memoria pondrá dudas en la inocencia de su padre; sin embargo, yo habría apostado más por desarrollar desde otra perspectiva la historia de Paul. No me termina de funcionar la focalización del relato desde su experiencia.

La catarsis final de este buenísimo drama británico dejará muy buen sabor de boca al espectador, ya que la historia guarda un gran componente psicológico detrás. Además, resulta muy interesante la evolución y la construcción del personaje de Marie.

‘National Treasure’ es una miniserie británica de esas que merecen la pena echar un vistazo. Cuatro capítulos muy ligados a la actualidad que dan pie al debate. En España se puede ver a través de Filmin.

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