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El monasterio alcarreño de Sopetrán, a la venta por ocho millones de euros

Pedro Aguilar, blog Comer y Andar por la Alcarria

Raquel Gamo

El histórico monasterio de Sopetrán, construido a finales del siglo XI y situado en plena comarca de la Alcarria, en Guadalajara, vive una nueva oportunidad para resurgir de sus cenizas. Y nunca mejor dicho. El templo en estado de ruina se degrada cada día a la espera de que lleguen inversores que apuesten por una rehabilitación estable del monumento. En julio la propiedad anunció la venta del edificio por un precio de ocho a diez millones de euros y que busca socios para desarrollar un plan de recuperación del monasterio y su entorno durante los próximos años.

Este nuevo intento por salvar el edificio de culto, declarado Bien de Interés Cultural en 1996, se produce diez años después de que se frustrara otro proyecto integral liderado por la entidad propietaria y que se paralizó con la irrupción de la crisis. “Se trata de recuperar el proyecto original y creemos que es un momento óptimo para acometerlo por el auge de la construcción”, explica Alfredo García, gerente de Alquiler Protegido, inmobiliaria encargada de gestionar la venta del inmueble, a eldiarioclm.es

Sopetrán se emplaza en la Cuenca del Henares, en medio del valle del Badiel, dentro del término municipal de Hita. Su paisaje de llanura y de trigales, típicamente alcarreño, ofrece una deliciosa panorámica del cerro de la villa medieval de Hita y del pico serrano del Ocejón, que se vislumbra a lo lejos. Rodeado de pequeños municipios como Torre del Burgo o Heras de Ayuso, de escasa población, esta zona de la provincia de Guadalajara recobra su pulso gracias al turismo.

Hita fue reconocida a principios de años como ‘uno de los pueblos más bonitos de España’, una distinción que ha hecho que cada vez más viajeros visiten la localidad, especialmente en julio, cuando la villa celebra su tradicional Festival Medieval, considerada como Fiesta de Interés Turístico Regional. Los vecinos de Hita acogieron con ilusión el proyecto de recuperación de Sopetrán hace 10 años. Después, al ver que la obra no arrancaba y pasaba el tiempo, el optimismo dio paso al desencanto. José Ayuso, alcalde de Hita, considera que “Sopetrán es el futuro de Hita. Tiene todo nuestro apoyo, porque es una oportunidad única que traería actividad y población al pueblo”, asegura a eldiarioclm.es

El “ambicioso proyecto” con el que la empresa propietaria, Coordinadora Monasterio de Sopetrán, pretende rehabilitar el edificio religioso y acondicionar su entorno consiste en crear un gran complejo residencial, turístico y empresarial mediante el que se revitalizaría la zona. Por un lado, la recuperación del monasterio, que ocupa una parcela de 10.500 metros cuadrados, comprende la construcción de un hotel de 41 habitaciones con un centro de reuniones y de formación, así como de espacios para la celebración de eventos y actividades sociales y culturales. Además, también se rehabilitaría la hospedería situada en las inmediaciones, que se convertiría en un alojamiento con 36 habitaciones y salones destinados a iniciativas lúdicas y hosteleras.

Las actuaciones se completarían con el diseño de un pueblo medieval peatonal que ofrece todo tipo de servicios a los futuros residentes y a los visitantes. En concreto, dispondría de 350 viviendas “peculiares”, 60 chalets de viviendas asistidas, 40 locales comerciales, un spa, zonas verdes y deportivas que cubrirían una superficie de 164.760 metros de la parcela urbana, de los que 10.500 metros cuadrados corresponden al monasterio. “Es un plan ambicioso y novedoso en España para el que solo necesitamos inversores que apuesten por ello a largo plazo”, asegura Alfredo García.

Los trabajos para recuperar Sopetrán, que suponen la multimillonaria inversión de 100 millones de euros, cuenta con todos los permisos necesarios obtenidos durante la última iniciativa empresarial frustrada con la que intentó recuperar el inmueble. Una de las modificaciones que se realizaron en la etapa precedente fue reconvertir las 16 hectáreas sobre las que se asienta el complejo del monasterio en suelo urbano para que el plan superara sin problemas todos los trámites burocráticos.

Ahora solo falta que el Ayuntamiento de Hita conceda la licencia de obra. Aunque la operación urbanística se encuentra en una fase incipiente de negociación para encontrar capital con el que hacer realidad la idea, el responsable de coordinar la venta se muestra optimista: “Estamos ilusionados con el proyecto y pensamos que esta vez es viable, hay muchas personas interesadas en participar, incluso inversores antiguos a los que hubo que devolverles su dinero”. Entre los particulares que negocian actualmente con la Coordinadora de Sopetrán se encuentran tres importantes constructoras españolas, así como dos inversores internacionales procedentes de China e India.

La idea inicial de la entidad propietaria es cerrar la operación “sin renunciar a la titularidad de Sopetrán”, de tal forma que el proyecto se ejecutaría conjuntamente entre los socios capitalistas y la propiedad. Las obras se llevarían a cabo en tres fases y durarían cerca de seis años.

Varias reconstrucciones

El monasterio de Sopetrán es un monumento que rezuma una dilatada historia. Declarado Bien de Interés Cultural en 1996, su estado es ruinoso y se degrada día a día. La historia del monasterio se remonta al siglo VII cuando en el año 611, el rey visigodo Gundemaro fundó la primera de las cinco órdenes religiosas que han habitado este templo benedictino.

Un siglo después comenzó el viacrucis de los derribos y las reconstrucciones posteriores que han condicionado la estética ecléctica del monumento de estilo renacentista, gótico y herreriano. En el año 728, el complejo fue derribado por los árabes. Con posterioridad resurgió hasta en cuatro ocasiones. La primera se produjo en el 847 por parte de los mozárabes de la Alcarria, la segunda en 1055 a cargo de Haly Maimón, hijo del rey Almamún a quien, según cuenta la leyenda se le apareció la imagen de la Virgen María sobre una higuera y la tercera en el siglo XI por obra del rey castellano Alfonso VI, agradecido a la Virgen por protegerle en este lugar del ataque de un oso, y que otorgó el lugar a una comunidad de canónigos de San Agustín.

La última y definitiva edificación del cenobio se fechó en 1372 por mandado del arzobispo de Toledo, Gómez Manrique, que entregó el complejo a la Orden de San Benito. Los monjes que han habitado a lo largo de los siglos el templo se dedicaron principalmente a las tareas agrícolas y a la fabricación de harina que extraían de varios molinos harineros situados en el entorno del monasterio.

La posición estratégica de Sopetrán a medio camino entre los Reinos de Castilla y Aragón convirtieron al enclave en un sitio frecuente de paso y visitas de reyes, nobles y personalidades influyentes del medievo. Según relata José Serrano Belinchón en su libro ‘Diccionario Enciclopédico de la Provincia de Guadalajara’, el monasterio de Sopetrán contó siempre con el favor de Señores y magnates, en especial con el de varios miembros de la familia Mendoza y tuvo como primer abad a un monje traído de San Millán de la Cogolla, de nombre San Martín.

El declive del recinto clerical comenzó en 1836 con la Desamortización de Mendizábal. El monasterio fue clausurado al contar con menos de doce monjes, sus bienes fueron desamortizados y paso a pertenecer al Estado que lo subastó públicamente a particulares por algo más de dos millones y medio de reales. “Faltos de compradores, la puja fue a la baja y en 1847 fue adjudicado por 210.000 reales tan solo a un vecino de Guadalajara Camilo García de Estúñiga, cuando el monasterio ya estaba expoliado”, tal como reseña el malogrado investigador del patrimonio José Luis García de Paz en su obra ‘Patrimonio Desaparecido de Guadalajara’. Durante la Guerra Civil, el monasterio fue centro de comunicaciones del bando republicano en la Batalla de Guadalajara, en marzo de 1937. Al final de la guerra, un incendio destruyó gran parte del monasterio.

En 2001, según explica el alcalde de Hita a eldiarioclm.es, un grupo de más de 100 vecinos de Hita y otras poblaciones formaron una cooperativa para adquirir el edificio con fines culturales y benéficos. La finca la compraron siete años antes en un contexto en el que la drogadicción iba en aumento en Guadalajara “para evitar que Proyecto Hombre se estableciera allí”.

Desde 2007, Sopetrán es propiedad de Rafael Ortega, gerente de la actual Coordinadora Monasterio de Sopetrán, quien lo compró por 190 millones de pesetas. La avanzada degradación del monumento hizo que la asociación Hispania Nostra lo incorporara a su ‘Lista Roja del Patrimonio’.

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