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“Con esta nueva ley, las mujeres dejan de ser personas adultas para ser personas tuteladas”

Lourdes Cifuentes

Francisco Valero es ginecólogo. Desde hace cinco años trabaja en la Clínica Iris de Albacete donde, además de labores de ginecología y obstetricia, practica interrupciones de la gestación o abortos. Una veintena de años ejerciendo su profesión lo avalan y lo han llevado a trabajar a ciudades como Valencia y Murcia en materia de salud sexual y reproductiva. Este martes participará en la mesa redonda organizada por Red Feminista por el Derecho a Decidir, donde junto al Catedrático de Derecho Penal de la UCLM, Nicolás García, y la activista de FEMEN en España, Lara Alcázar, reflexionará sobre la derogación de la actual Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción Voluntaria del Embarazo. AlbaceteCapital ha hablado con él sobre el aborto, la ley que prepara el ministros Ruíz Gallardón y su parecer al respecto.

¿Usted se considera un asesino?

Yo no soy un asesino. Una interrupción del embarazo no es matar a un niño, sino que interrumpes el desarrollo de un embrión que no es persona todavía. Es más, se interrumpe el embarazo de una mujer que no quiere que ese embrión llegue a ser persona por los motivos que tenga.

Yo salvo la vida de muchas mujeres y evito que muchos niños, que vayan a nacer con problemas (malformaciones) o que no exista un medio adecuado para su desarrollo, llegue a nacer y vivan en unas condiciones ínfimas.

¿Qué le preocupa más de la Ley que prepara el ministro Gallardón?

En principio, con esta nueva ley, las mujeres dejan de ser personas adultas para ser personas tuteladas. Ellas proponen un aborto pero la decisión final la toman los psiquiatras o los jueces. Algo que no tiene ninguna justificación ya que la mujer es libre de tomar las decisiones que quiera y, con la ley actual, lo es. No tiene que dar cuentas a nadie porque con su cuerpo tiene capacidad de decidir. Con la propuesta del ministro Gallardón la mujer se convierte en un objeto que sólo sirve para ser madre a juicio de otras personas que deciden si tiene o no tiene que ser madre.

Si el aborto se convierte en ilegal, usted pasaría a ser un delincuente.

Claro, al fundamentar la ley en la premisa de que la mujer no toma la decisión, sino que la toman por ella, queda exenta de toda responsabilidad. El médico sí comete el delito porque es inteligente y la mujer “pobrecita” no tiene culpa de nada porque la decisión no está en su mano.

Entre los supuestos que contempla el proyecto de ley está el del menoscabo psicológico para la mujer, ¿Cómo se puede medir?

No se puede medir, esto lo contempla la ley y crea mucha confusión porque no se usan argumentos médicos ni jurídicos. Yo sólo sé que si una persona tiene un embarazo no deseado psíquicamente le va a afectar por muchos motivos. Puede que no lo sepan sus padres y quiera evitar problemas para la familia, puede que no tenga posibilidades económicas para mantener a un hijo en ese momento, e incluso, porque puede que la despidan del trabajo. Todos esos motivos seguirán siendo un motivo de preocupación si sigue el embarazo y tiene el niño.

¿Qué consecuencias cree Ud. que tendrá la aplicación de esta ley?

Una de las más graves es el aumento del periodo de tiempo para llevar a cabo la interrupción del embarazo. En el caso de que una mujer que quiera abortar cumpla con los trámites requeridos para poder hacerlo, estaríamos hablando de que la gestación sigue su curso y habrá perdido un mes para poder realizarle un aborto con más seguridad. Pasaremos de realizar un aborto de pocas semanas de bajo riesgo a otro de más semanas y ya de alto riesgo.

Además, como la mayor parte de mujeres que quieran abortar no van a poder argumentarlo por la vía psiquiátrica, se producirá un aumento de los abortos clandestinos con lo que va a empezar a haber mujeres con graves lesiones y muertas, incluso, o quien tenga dinero se podrá ir a Londres o Amsterdan a que les practiquen abortos seguros.

El objetivo de la ley es disminuir el número de abortos.

La mujer que tiene claro que quiere abortar, abortará, sea de la manera que sea y recurriendo donde haya que recurrir. Los datos están ahí, las leyes no influyen en el número de abortos. Tanto así que con la actual Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo que no establece supuestos para poder interrumpir la gestación, abortaron en 2012 seis mil mujeres menos.

¿Ha sufrido acoso de los colectivos pro- vida?

Claro. En Albacete han hecho pintadas en la fachada de la clínica. En Murcia y Valencia también. Yo les llamo grupos anti-elección porque para mí pro-vida no son porque lo único que intentan es impedir que se lleve adelante la libertad de las mujeres, no les dejan decidir. En mi caso, me ha llegado hasta la puerta de alguna de las clínicas donde trabajo el cura de la parroquia con velas y demás para rezar. Son unos scraches como los de las hipotecas pero de éstos no se quejan.

¿Hay un perfil de mujer concreto que interrumpa su gestación?

No. Las mujeres que abortan son de todas clases sociales, con diferentes niveles académicos y de todas las edades. Yo he asistido, incluso, a mujeres con cargos en el Partido Popular que me dicen que son contrarias al aborto pero que su caso es distinto. Yo no creo que sus casos sean distintos al resto, sino que tienen sus motivos para interrumpir el embarazo como cualquier otra mujer.

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